Barrio español en Tetuán
Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.
5/10/25.- Madrid.- La tarde salió marroquí, desde que tomé el autobús al leer en un diario digital la historia de Nada, una niña marroquí de 8 años en Cataluña, inteligente y secuestrada por un boliviano y levada a una secta en la selva profunda de su país. Rescatada a los 13 años, pasó de un establecimiento de menores a otro, sin recuperación cabal alguna, hasta que una periodista Neus Sala, que quiso saber de ella, la resituó con Dios manda y ahora, aquella niña secuestrada está estudiando Derecho con idea de defender la trata de mujeres y el abuso de la infancia. Tiene tarea para rato.
Me esperaban en una chocolatería de Embajadores, el historiador Carlos S. Tárrago, que trabajó largo tiempo en Marruecos; María Jesús Domínguez, profesora de Literatura Española en Tetuán y supuestamente Cuca Berenguer, cuyo bisabuelo conquistó la ciudad santa de Xauen sin pegar un tiro. Los sefarditas lo recibieron al frente de sus soldados lanzando vivas a la reina Isabel I de Castilla, la Católica. Esta última se excusó por razones que no vienen al caso.
Les conté a los presentes el caso insólito de la niña marroquí secuestrada y el tema del norte de África afloró en nuestra conversación. El historiador habló de su feliz infancia en Melilla hasta los 12 años. Su padre era militar y la ciudad en los 60 era limpia y ordenada como pocas, según contaba, Iba al colegio de la Salle,donde sus compañeros eran indistintamente cristianos, judíos o árabes. Entre sus compañeros estaba el futuro político melillense Omar Dudú. “Había convivencia y tolerancia”, asegura Tárrago.
Sánchez Tárrago recuerda que la plaza militar no tuvo Ayuntamiento hasta 1931. En Melilla actuó el arquitecto modernista Enrique Nieto, discípulo de Gaudí. En Melilla estaba Cándido Lobera, fundador del periódico “El Telegrama del Rif”. De Melilla son también Fernando Arrabal, Miguel Platón, Manuel Abad, Sofía Acedo Reyes… La tierra ha dado nombres valiosos.
De Melilla pasamos a Marruecos, país hermoso y contradictorio. El historiador Sánchez Tárrago nos cuenta que, el día 22 de octubre, imparte una conferencia en la Universidad de Valencia bajo el título: España-Marruecos: Dos miradas, un mismo espejo. Lo que sabemos, lo que ignoramos y lo que podemos compartir”
María Jesús Domínguez conoce bien Marruecos y a los marroquíes. Habla de la decena de institutos españoles en el país del Rif, de los Institutos Cervantes. El historiador le da la réplica, porque de la docencia española en el país vecino lo sabe todo, él estuvo en la creación de la Consejería de Educación de la zona. Tienen conocidos comunes.
Llega el chocolate negro y los churros crujientes. Elegimos un establecimiento en Embajadores, proveedor en una ocasión de la Real Casa, -una tarde a Leonor y Sofía, cuando eran Infantas. Allí, una y otro me aseguran que en Tetuán y Tánger también se toman churros riquísimos como en la península. Los ecos de la presencia de España continúan. “Los que hemos nacido o vivido en el norte de África tenemos, amor, estigma, nostalgia, melancolía... de aquella tierra”, asegura el historiador.
Hablamos de la actualidad en Marruecos, las manifestaciones de estudiantes, de jóvenes; de los caladeros ahora prohibidos a pescadores españoles; del próximo aniversario de la Marcha Verde de Hassan II en 1975, de que con los marroquíes se puede hablar de todo, menos del Sáhara, el rey y la religión… son temas escabrosos. También de la situación de la mujer en el Islam, añado yo.
De Marruecos nunca se hablará bastante, es un gran país, bello, contradictorio… Hoy el verdadero problema en África está en el Sahel, donde se da el narcotráfico, el terrorismo, las masacres, la persecución a los cristianos… Esa es la real politik de hoy.
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María Jesús Domínguez y Julia Sáez-Angulo.
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