martes, 24 de noviembre de 2009

"Hortensia Núñez Ladevéze, Forma y Color", libro compilación de su escultura y pintura

Hortensia Núñez Ladevéze, Forma y Color
Editorial Eunsa. Pamplona, 2009
Edición de Luís Núñez (238 pags)


Julia Sáez-Angulo

    24.11.09.- Madrid.- La obra de arte se completa en su circuito de comunicación con el discurso teórico y la imagen. Esto ha sucedido con la obra de Hortensia Núñez Ladevéze, que ha compilado el trabajo de su fecunda trayectoria artística en el libro titulado “Hortensia Núñez Ladevéze, Forma y Color”, publicado por Eunsa.

El libro se presentó en el Club Internacional de Prensa y en el acto intervinieron el editor y la critica de arte Rosa Martínez Lahidalga, que hicieron el elogio profesional de la artista.

La autora, nacida y residente en Madrid, es una de las escultoras españolas más reconocidas, su trabajo artístico arranca en los 60 y se prolonga en nuestro siglo, con una obra monumental muy sólida en bronce o mármol, en la que la masa se alterna con las oquedades en juegos logrados de ocupación del espacio.

Hortensia Núñez confiesa que su vida ha estado “dedicada al arte por vocación profesional”. Reconoce que, aunque tenía “sentido del color”, no se entregó a la pintura hasta los año 90 por no añadir más trabajo al ya de por sí laborioso de la escultura. Fue su serie “El Cantar de los Cantares”, inspirada en el libro bíblico, el que le impulsó a la pintura porque vio que necesitaba del arte pictórico para representarlo. “El volumen no era su lenguaje”, declaró la escultora. El resultado fue una serie de 40 cuadros en los que expresa los distintos pasajes del libro amoroso.

Tensión magistral entre figuración y abstracción
    La obra de Ladevéze está impregnada de una gran espiritualidad como lo demuestra en su escultura de “Vuelos”. “Primero siento, después veo y a continuación realizo”, ha declarado al hablar del proceso de su creatividad. La escultora explicó la génesis concreta de su obra “Gaudium”.

La escultora, que en su inicios trabajó la cerámica, descubrió en el barro la capacidad de modular en el espacio y alcanzar el volumen de monumentalidad -a la vez que intimidad-, que tienen todas sus obras.

Su dominio de la tensión entre figuración y abstracción caracteriza su obra, capaz de interpretar los temas de la naturaleza o los conceptos más diversos con una destreza y magisterio insólitos. El arte sacro es uno de los capítulos fecundos de su arte como lo demuestran en obras como la “Virgen de la sabiduría” o los distintos ejemplares de sus Nacimientos madrileños.

A la pregunta de si en su obra ha tenido el magisterio del británico Henri Moore, Hortensia Núñez Ladevéze declara que si hay alguna similitud es que “sus obras se cruzaron en el aire”.

Ladevéze reconoce que hoy están más y mejor reconocidas las escultoras, mientras que en sus comienzos la escultura realizada por mujeres resultaba más difícil de situar en el circuito artístico. Felizmente todo eso ha ido cambiando. En el caso de la escultora canaria fue el crítico de arte José Hierro el que la descubrió al conocer su obra en los años 70.



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