“El espíritu áspero”
Gonzalo Hidalgo Bayal
Tusquets Editores. Colección Andanzas
Madrid, 2009 (556 pags)
“Campo de amapolas”
Gonzalo Hidalgo Bayal (2008)
“Paradoja de interventor”
Gonzalo Hidalgo Bayal (2006)
Julia Sáez-Angulo
Uno se alegra cuando descubre que no toda la literatura es marketing, es más, que la buena literatura reposa en la discreción y el silencio para que las alharacas del mercado no destruya una obra que requiere admiración y silencio para leerla y disfrutarla, sin el eco mediático del autor famoso o el ruido de su venta pública. Es el caso de la obra escrita por Gonzalo Hidalgo Bayal: tres novelas con una narrativa escrita con sabiduría, precisión y amenidad.
“El espíritu áspero” es el título de la novela publicada este año y narra la vida de un profesor de lenguas clásicas ante su jubilación, con toda clase de detalles de infancia, estudios, profesor bisoño y finalmente venerable. Todo ello da lugar a una serie de juegos entre los folios memorialísticos del profesor junto a la opinión de los alumnos y el juego con la lengua castellana a que se prestó siempre el ilustre filólogo biografiado en la novela.
“Campo de amapolas” transcurre, al igual que el anterior en Murania, lugar mítico para la literatura de Hidalgo Bayal. Dos amigos de infancia llevan a cabo un encuentro posterior y se ponen de manifiesto las vidas divergentes de uno y otro, refugiado en el arte o viajero rebelde respectivamente. Ambos buscan la articulación de sus vidas en distintos ampos y emociones. Una novela hermosa y poética, de contrastes y reflexiones sobre la vida misma.
“Paradoja del interventor” finalmente es la historia de un hombre que pierde el tren en una de sus bajadas, con todo el equipaje dentro, por lo que ha de enfrentarse sin identidad ni medios a una nueva realidad donde se encuentra con personajes extraños o marginales al tiempo que ve degradarse su vida. El desaparecido crítico Rafael Conte escribió: “he aquí la novela española más importante que he podido leer en los últimos años, no sé si diez, quizá veinte”.
Un profesor de Literatura en Plasencia
Ante esta producción nos encontramos con que Gonzalo Hidalgo Bayal es un narrador de primera, uno de los más singulares en el panorama literario español, que bien merece un premio Nacional de Narrativa. Nacido en Higuera de Albalat (Cáceres), 1950, es licenciado en filología románica y ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense.
Profesor de Literatura en un instituto de Plasencia , Hidalgo Bayal es autor de una obra que se traduce en dos ensayos literarios, “Camino de Jotán” (1994) y “Equidistancias” (1997). Como novelista, es autor de otros títulos como “Mísera fue, señora, la osadía” (1988), “El cerco oblicuo” (1993) y “Amad a la dama” (2002).
Gonzalo Hidalgo Bayal ha sido el descubrimiento literario español más cervantino y brillante de panorama de las letras españolas. Los elogios al autor por parte de los más exigentes críticos literarios no se han hecho esperar. Hidalgo Bayal es un nombre a seguir, a tener en cuenta. Sus novelas son un deleite de la buena escritura y un placer para los lectores. Buena literatura en suma ante un buen saber narrar con inteligencia y amenidad, con dominio de la lengua castellana en su visión cervantina de observación puntual y sagacidad sobre la vida.
Gonzalo Hidalgo Bayal
Tusquets Editores. Colección Andanzas
Madrid, 2009 (556 pags)
“Campo de amapolas”
Gonzalo Hidalgo Bayal (2008)
“Paradoja de interventor”
Gonzalo Hidalgo Bayal (2006)
Julia Sáez-Angulo
Uno se alegra cuando descubre que no toda la literatura es marketing, es más, que la buena literatura reposa en la discreción y el silencio para que las alharacas del mercado no destruya una obra que requiere admiración y silencio para leerla y disfrutarla, sin el eco mediático del autor famoso o el ruido de su venta pública. Es el caso de la obra escrita por Gonzalo Hidalgo Bayal: tres novelas con una narrativa escrita con sabiduría, precisión y amenidad.
“El espíritu áspero” es el título de la novela publicada este año y narra la vida de un profesor de lenguas clásicas ante su jubilación, con toda clase de detalles de infancia, estudios, profesor bisoño y finalmente venerable. Todo ello da lugar a una serie de juegos entre los folios memorialísticos del profesor junto a la opinión de los alumnos y el juego con la lengua castellana a que se prestó siempre el ilustre filólogo biografiado en la novela.
“Campo de amapolas” transcurre, al igual que el anterior en Murania, lugar mítico para la literatura de Hidalgo Bayal. Dos amigos de infancia llevan a cabo un encuentro posterior y se ponen de manifiesto las vidas divergentes de uno y otro, refugiado en el arte o viajero rebelde respectivamente. Ambos buscan la articulación de sus vidas en distintos ampos y emociones. Una novela hermosa y poética, de contrastes y reflexiones sobre la vida misma.
“Paradoja del interventor” finalmente es la historia de un hombre que pierde el tren en una de sus bajadas, con todo el equipaje dentro, por lo que ha de enfrentarse sin identidad ni medios a una nueva realidad donde se encuentra con personajes extraños o marginales al tiempo que ve degradarse su vida. El desaparecido crítico Rafael Conte escribió: “he aquí la novela española más importante que he podido leer en los últimos años, no sé si diez, quizá veinte”.
Un profesor de Literatura en Plasencia
Ante esta producción nos encontramos con que Gonzalo Hidalgo Bayal es un narrador de primera, uno de los más singulares en el panorama literario español, que bien merece un premio Nacional de Narrativa. Nacido en Higuera de Albalat (Cáceres), 1950, es licenciado en filología románica y ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense.
Profesor de Literatura en un instituto de Plasencia , Hidalgo Bayal es autor de una obra que se traduce en dos ensayos literarios, “Camino de Jotán” (1994) y “Equidistancias” (1997). Como novelista, es autor de otros títulos como “Mísera fue, señora, la osadía” (1988), “El cerco oblicuo” (1993) y “Amad a la dama” (2002).
Gonzalo Hidalgo Bayal ha sido el descubrimiento literario español más cervantino y brillante de panorama de las letras españolas. Los elogios al autor por parte de los más exigentes críticos literarios no se han hecho esperar. Hidalgo Bayal es un nombre a seguir, a tener en cuenta. Sus novelas son un deleite de la buena escritura y un placer para los lectores. Buena literatura en suma ante un buen saber narrar con inteligencia y amenidad, con dominio de la lengua castellana en su visión cervantina de observación puntual y sagacidad sobre la vida.
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