lunes, 21 de diciembre de 2009

María Huidobro publica un bello poemario sobre los Niños



ninos timidos y extrovertidos

Niños, la más pura expresión de lo adorable
María Huidobro
Madrid, 2009




Julia Sáez-Angulo

Escritora fecunda y poeta versátil, María Huidobro (Burgos) nos sorprende ahora con un libro de poemas insólito titulado “Niños, la más pura expresión de lo adorable”, un homenaje a los más pequeños por la vía del verso, del asombro, de la admiración y del amor a los más pequeños.

“Un niño es un amor hecho visible” decía Novalis. María Huidobro, profesora de lenguas, suscribe los versos de Luzmaría Jiménez Faro: “Niño, sueño perfecto/ de todo lo creado”, que abre el poemario. El libro lo escribió durante una convalecencia y es una reflexión sobre un período muy concreto del hombre, el de su inicio.

Los poemas de Huidobro son una mirada a la infancia desde la atalaya de madurez, una exaltación de la pureza y la espontaneidad de los primeros años de la vida donde está todo por hacer y marcar. La mirada de la poeta es de inmensa ternura y conocimiento al mismo tiempo.

Los tiempos fabulosos de la vida

El libro se estructura en nueve partes: “Niños, alada levedad de vuelo angélico”; “El maravilloso mundo de los niños; “Infancia, mágica palabra”; “Ojos que ven lo invisible”; “El corazón del niño es un tesoro”, “Tierno jazmín, el alma de los niños”; “La condición humana de los niños”; “El sueño de los niños tiene magia” y “Desvelo”.

“Entre ángeles y niños” titula la presentación del poemario el editor Basilio Rodríguez Cañada, que lo describe como “un homenaje a los tiempos fabulosos de la vida, como los definía Leopardi, una exaltación de la pureza y autenticidad de los primeros años de nuestra existencia. Una obra que transmite el inmenso amor que profesa su autora a quienes tienen el divino poder de sumergirnos en las ilusiones”.

“Todos los niños llevan en los ojos/ una huella de Dios, inconfundible, / un reflejo divino de lo excelso,/ y la luz celestial del brillo eterno”, dice en uno de sus poemas. Después de los bellos haikus escritos en libros anteriores, sorprende esta visión y atención a la infancia.


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