“El Concierto Barroco Venecia”
Alberto José Logarzo
Introducción: Lidia A. Viola
Poesía
Vinciguerra. Colección Metáfora
Buenos Aires. Argentina
Julia Sáez-Angulo
El libro “El Concierto Barroco Venecia” se abre con la cita: “La poesía es el refugio de una implacable desolación”, de Atilio Jorge CastepoggiAtilio Jorge Castepoggi. La poesía de Logarzo es filosófica, reflexiva de la vida que pasa y no se detiene, en la que la presencia del pasado no siempre se puede aliviar con el olvido. Es el “panta rhei” de los griegos, en este caso junto a la belleza casi eterna de Venecia.
Alberto José Logarzo (Buenos Aires) es egresado de la Escuela de Bellas Artes y cursó estudios de Arte, Antigüedades y Literatura en Europa, después de haber estudiado escenografía, escenotécnia e iluminación como egresado del Departamento de Vestuario del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires.
Venecia es la ciudad con la más asombrosa escenografía del mundo y esto, para el autor escenógrafo, tuvo que ser un impacto muy especial. Hay topos que, pese a estar mediatizados por una extensa literatura, son tan poderosos que no dejan de asombrar hasta producir el mal de Stendhal, precisamente en Venecia: enfermar ante tanta belleza.
Salvado por la poesía
Logarzo ha sofronizado el mal con la poesía. La escritura le ha salvado y ha cristalizado en palabras de su lengua, en español, la belleza del norte de Italia que va más allá de la simple visualidad de los lugares o sus obras de arte. El poeta no se queda en la mera objetividad de los ojos sino que ahonda en la realidad invisible de las mismas. En Italia, un país que está en sus raíces, a juzgar por los apellidos.
Para un estudioso del Arte, Venecia como Florencia, son claves de sugerencia, El poemario de Logarzo comienza con “Palacio Ducal” y la obra “El triunfo de Venecia” de Veronese. Sus versos no son descriptivos sino asociaciones sabias y profundas del pensamiento. Termina con el poema “Amor” que es una declaración fervorosa hacia la Ciudad de los Canales, ese palafito imposible e irreal. “la belleza es la expresión estética del amor” dice Londsay Kem, en cita de Lidia A. Viola.
Entre medias, poemas con títulos como Rosalba Carriera, una de las pocas mujeres artistas de la gran pintura; Tadsio, el personaje de Thomas Mann; el célebre Café Florián; los distintos palacios de Venecia como el Carezonico, Labia o el de Oro. El teatro La Fenice… Venecia no se acaba nunca y la “vedutta” de Logarzo en palabras se suma las de Canaletto y Guardi en pintura.
Alberto José Logarzo
Introducción: Lidia A. Viola
Poesía
Vinciguerra. Colección Metáfora
Buenos Aires. Argentina
Julia Sáez-Angulo
El libro “El Concierto Barroco Venecia” se abre con la cita: “La poesía es el refugio de una implacable desolación”, de Atilio Jorge CastepoggiAtilio Jorge Castepoggi. La poesía de Logarzo es filosófica, reflexiva de la vida que pasa y no se detiene, en la que la presencia del pasado no siempre se puede aliviar con el olvido. Es el “panta rhei” de los griegos, en este caso junto a la belleza casi eterna de Venecia.
Alberto José Logarzo (Buenos Aires) es egresado de la Escuela de Bellas Artes y cursó estudios de Arte, Antigüedades y Literatura en Europa, después de haber estudiado escenografía, escenotécnia e iluminación como egresado del Departamento de Vestuario del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires.
Venecia es la ciudad con la más asombrosa escenografía del mundo y esto, para el autor escenógrafo, tuvo que ser un impacto muy especial. Hay topos que, pese a estar mediatizados por una extensa literatura, son tan poderosos que no dejan de asombrar hasta producir el mal de Stendhal, precisamente en Venecia: enfermar ante tanta belleza.
Salvado por la poesía
Logarzo ha sofronizado el mal con la poesía. La escritura le ha salvado y ha cristalizado en palabras de su lengua, en español, la belleza del norte de Italia que va más allá de la simple visualidad de los lugares o sus obras de arte. El poeta no se queda en la mera objetividad de los ojos sino que ahonda en la realidad invisible de las mismas. En Italia, un país que está en sus raíces, a juzgar por los apellidos.
Para un estudioso del Arte, Venecia como Florencia, son claves de sugerencia, El poemario de Logarzo comienza con “Palacio Ducal” y la obra “El triunfo de Venecia” de Veronese. Sus versos no son descriptivos sino asociaciones sabias y profundas del pensamiento. Termina con el poema “Amor” que es una declaración fervorosa hacia la Ciudad de los Canales, ese palafito imposible e irreal. “la belleza es la expresión estética del amor” dice Londsay Kem, en cita de Lidia A. Viola.
Entre medias, poemas con títulos como Rosalba Carriera, una de las pocas mujeres artistas de la gran pintura; Tadsio, el personaje de Thomas Mann; el célebre Café Florián; los distintos palacios de Venecia como el Carezonico, Labia o el de Oro. El teatro La Fenice… Venecia no se acaba nunca y la “vedutta” de Logarzo en palabras se suma las de Canaletto y Guardi en pintura.
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