Monasterio de la Purísima Concepción
Convento de Capuchinas
c/ Pautxines, 14
07003 Palma de Mallorca
Tel 971 71 80 01
Julia Sáez-Angulo
El monasterio de Capuchinas de Mallorca es uno de los conjuntos conventuales más completo y hermoso, no solo de Mallorca sino de España. Abarca toda una cuadra en la parte antigua de la ciudad y comprende iglesia y sacristías, convento, claustros, huerto, aljibe, pozos, despensas, bodegas, lavadero y planchero, celdas... Y todo ello genuino, sencillo, humilde y puro, como corresponde a religiosas de la orden franciscana, que desean guardar el carisma fundacional de pobreza en este casal conventual. Un recinto valioso y singular por la verdad de su historia viva, que ha merecido ser declarado Bien de Interés Cultural.
Aina Pascual y Jaume Llabrés, historiadores de arte, han llevado a cabo en las Capuchinas de Mallorca una encomiable tarea de investigación, catalogación y estudio de las distintas piezas que alberga el convento, para conocerlas, preservarlas y mostrarlas al público, siguiendo la ascética del recogimiento que requiere el lugar, y clo piden las doce religiosas que residen en él.
Con buena parte de las distintas piezas de arte sacro y devocional, como belenes, imágenes, cuadros de pintura religiosa, cruces, candelabros, palmatorias, tenebrarios o textiles –casullas, albas, cíngulos o amitos- se han creado algunas salas de exposición que hablan de la historia del convento. Junto a ellas, otras, con piezas de artes decorativas, suntuarias o populares de cerámica, cristales, joyas, bordados o cestería, entre otras, que hablan de la vida cotidiana en el convento de Capuchinas a través de los siglos.
Los belenes navideños son una de las tradiciones más cultivadas por esta orden religiosa en Mallorca, que ha dio lugar a una exposición de gran éxito de público titulada “Los Belenes de las Capuchinas”, patrocinada por la Caixa de Baleares. Gabriel Llompart escribió un artículo en el catálogo sobre “El Belén monumental de las Capuchinas”, que se exhibe todos los años en el período de Adviento.
Las religiosas capuchinas llegaron a Palma de Mallorca en 1662. El núcleo fundacional lo formaron religiosas de Zaragoza y Barcelona, entre ellas la noble andaluza Clara María Ponce de León. La advocación del convento fue “La Purísima Concepción”, muy vinculada a la orden capuchina y al carisma franciscano en general, defensor en su día del mismo dogma de fe mariano.
Piezas de América
No olvidemos que una de las tradiciones más singulares de la ciudad de Palma de Mallorca es la de los monumentos o túmulos a la Dormición de la Virgen, asunta a los cielos y que se celebra por todo lo alto el día 15 de agosto. Jaume Llabrés y Aina Pascual llevaron a cabo otra interesante exposición en el convento, del que resta el catálogo científico sobre las fotografías que hizo Jeroni Juan Tous sobre esos túmulos marianos en las iglesias de Palma.
El monasterio de Capuchinas guarda algunas piezas venidas de América en tiempos de la Conquista española, como el precioso Cristo de Terasco (México) o el búcaro de Tonalá, también mexicano, del que ha escrito y conferenciado la experta en cerámica Natacha Seseña. Curiosamente, la última postulante a religiosa en el convento es una mujer joven, hija de argentinos, educada desde niña en Mallorca.
Las necesidades de conservación y restauración de este monasterio es una realidad sucesiva. Aunque cuenta con algunos patrocinios institucionales, siempre son escasos para la consistencia de este histórico recinto espiritual, verdadera joya conventual. Un buen puñado de benefactores, como los tuvo en el pasado, le haría mucha falta. De momento, el fruto económico de las visitas – tres euros por persona- pasa a la comunidad, que vive con la sobriedad que siempre la ha caracterizado. Pero el edificio en sí requiere mayor presupuesto de conservación.
Todo viajero a Mallorca no debe perderse la visita al convento de Capuchinas en un recorrido ameno, que viene a durar una hora y del que saldrá asombrado y edificado por la elocuencia con que pone de manifiesto la austera vivencia de la fe en unas monjas a lo largo de cuatro siglos.
* Más información http://www.capuchinasdemallorca.es/
No olvidemos que una de las tradiciones más singulares de la ciudad de Palma de Mallorca es la de los monumentos o túmulos a la Dormición de la Virgen, asunta a los cielos y que se celebra por todo lo alto el día 15 de agosto. Jaume Llabrés y Aina Pascual llevaron a cabo otra interesante exposición en el convento, del que resta el catálogo científico sobre las fotografías que hizo Jeroni Juan Tous sobre esos túmulos marianos en las iglesias de Palma.
El monasterio de Capuchinas guarda algunas piezas venidas de América en tiempos de la Conquista española, como el precioso Cristo de Terasco (México) o el búcaro de Tonalá, también mexicano, del que ha escrito y conferenciado la experta en cerámica Natacha Seseña. Curiosamente, la última postulante a religiosa en el convento es una mujer joven, hija de argentinos, educada desde niña en Mallorca.
Las necesidades de conservación y restauración de este monasterio es una realidad sucesiva. Aunque cuenta con algunos patrocinios institucionales, siempre son escasos para la consistencia de este histórico recinto espiritual, verdadera joya conventual. Un buen puñado de benefactores, como los tuvo en el pasado, le haría mucha falta. De momento, el fruto económico de las visitas – tres euros por persona- pasa a la comunidad, que vive con la sobriedad que siempre la ha caracterizado. Pero el edificio en sí requiere mayor presupuesto de conservación.
Todo viajero a Mallorca no debe perderse la visita al convento de Capuchinas en un recorrido ameno, que viene a durar una hora y del que saldrá asombrado y edificado por la elocuencia con que pone de manifiesto la austera vivencia de la fe en unas monjas a lo largo de cuatro siglos.
* Más información http://www.capuchinasdemallorca.es/
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