lunes, 17 de enero de 2011

Alberto Infante recita “Los Poemas de Massachussets” en Madrid



“Los poemas de Massachussets”
Alberto Infante
Ediciones Vitrubio
Madrid, 2009 (75 pags) 10 Euros




Pertenece a la fecunda saga de médicos literatos con don Gregorio Marañón a la cabeza. Alberto Infante ha llevado a cabo un recital de su último libro “Los poemas de Massachussets” en el aula de Poesía “Orillas de Ávila” en Madrid. El autor ha sido presentado por el poeta –a su vez farmacéutico- José Félix Olalla y por María Anunciación Guil Redondo, vicepresidenta del Hogar de Ávila en la capital de España.

Alberto Infante Campos (Madrid, 1979) es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense Actualmente trabaja como profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública en Madrid. Su amor por la creatividad literaria se traduce en los poemarios “La sal de la vida” y “Diario de ruta” (2006), igualmente publicados por Vitrubio.

Según declaraciones del autor: “Los poemas de Massachussets” es mi libro de poemas más ambicioso hasta el momento. Escrito entre 2005 y 2006, arranca con una Oración a modo de conjuro para limpiarle al lector los malos humos y el polvo del camino. Le sigue Retrato en sepia con poemas antiguos que han resistido (me parece) los efectos del tiempo y la distancia; una suerte de paso atrás para tomar impulso y entrar en materia explorando lo absurdo e irónico de la vida en la tercera parte, No hay Godot en Becket, cuyos poemas suponen una evolución, hasta cierto punto lógica, del estado de ánimo, más optimista y vital, de mis dos libros anteriores (La sal de la vida y Diario de Ruta). Ironía y desaliento de los que ayuda a reponerse el retorno a los poetas preferidos que, como reza el título de la siguiente sección, Siempre están. Mi deuda con ellos es, y seguirá siendo, impagable”.


“Reconfortado, el poeta puede reemprender el viaje (¡siempre el viaje!), cruzar el Atlántico y recorrer bajo la dulce luz de agosto las colinas de Massachusetts: desde Salem, la cuna de Nathaniel Hawthorne, a las Berkshires, donde Melville escribió Moby Dick, pasando por Amherst y la casa de donde prácticamente no salió Emily Dickinson. El libro concluye con un largo poema en prosa para cuyo hilo conductor, a medio camino entre la esperanza y la desesperación, y modalidad expresiva, coloquial y dialogada a ratos, reconozco mi deuda con Ashbery. Su título es más que una mera declaración de intenciones: Sostenido destello en busca de algo”.

Un excelente recital


Infante es un excelente rapsoda. Lee, recita, declama y gesticula como un buen actor que sabe dar vida al verso. Reflexiona sobre la poesía y en el poema “Preceptiva” da una serie de consejos con sabor irónico para un poeta novel que termina diciendo: “Tembloroso, acércate a lo que queda”.


Para el autor, la poesía habla del amor (“comercio sentimental profundo”, lo definió con cierto humor), la vida y la muerte, al decir de Rilke y Juan Rulfo entre otros muchos poetas. Escritor culto, cosmopolita y viajero, los lugares le incitan al poema, como París, India, Massachussets...

Le gustan las variaciones sobre poemas de otros vates como “sobre un tema de Franz Wirgh” o de una cita de García Montero. También dedica sus particulares homenajes a poetas como Vicente Aleixandre o Lao Tse.


“La poesía tiene componentes de exploración y búsqueda, de revelación de algún secreto y de experimentación”, concluyó.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias Julia. Creo que has captado muy bien algunos d elos elementos centrales de este libro.
Un fuerte abrazo
Alberto