Julia Sáez-Angulo
24.01.12 .- Marie Claire Decay, la viuda del pintor Salvador Victoria (Rubielos de Mora, Teruel, 1928 - Alcalá de Henares, 1994), hizo una donación reciente de medio centenar de obras del artista al Museo de Teruel, no lejos del Museo en Rubielos, donde está instalada la fundación y el museo que lleva el nombre del pintor, en el que también existen obras de otros artistas de la misma generación de Victoria.
“Desde el Museo de Salvador Victoria en Rubielos, hemos mantenido siempre una relación excelente y por ello he querido que la obra del pintor esté presente de manera notable. Se le hizo un buen catálogo en el que escribieron Alfonso de la Torre y Diego Arribas.
El Museo Salvador Victoria, que fue inaugurado en su pueblo natal en 2003, está instalado en un Antiguo Hospital de Gracia del siglo XVIII. La institución recoge buena parte del pintor, uno de los innovadores de la pintura española en los años 5º, así como de otra treintena de colegas, que figuraban en su colección.
El Museo lleva a cabo periódicamente exposiciones de interés y entre las más recientes figuran las del escultor Eduardo Chillida o Edo; anteriormente expuso Luis Caruncho. Actualmente está dirigido por Diego Arribas y anteriormente lo fue por Jesús Cámara.
Salvador Victoria conoció a la abogada Marie Claire Decay Cartier en París, ciudad donde residió algún tiempo. “Luz, luz y claridad” es el título del texto de Diego Arribas sobre la obra de Victoria en el catálogo y hace referencia especialmente a su última etapa en la que el pintor representó una larga serie de esferas espaciales de gran belleza y luminosidad.
Ciertamente hombre bueno y caballero, Salvador Victoria tuvo una trayectoria coherente con el informalismo y su obra se inscribe entre las más hermosas y refinadas. La donación al Museo de Teruel abarca todas sus etapas, desde los años 50 hasta los 90 en que falleció.
“Las esferas de Salvador se convierten en su particular lenguaje plástico. Ocupando el centro de la composición, los grandes círculos se pueblan de fundidos y veladuras, se quiebran, se superponen, se elevan, se abren mostrando nuevas esferas en su interior, sirven de soporte a vigorosos trazos gestuales, que regresan a la tela desde su etapa informalista, como una reminiscencia de la rebeldía juvenil y como una necesidad de humanizar y dotar de poesía la fría rigidez de la geometría. Algunos de sus amigos, como Miguel Ángel Fernández Ordoñez, ven en estos trazos una influencia de la infancia oriental de Marie Claire en la Indochina francesa”, dice Diego Arribas en el catálogo.
Más información
http://www.salvadorvictoria.com/
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