Obra de Erik Levesque
Julia Sáez-Angulo
Erik Levesque (París. Francia, 1959), pintor y grabador. Después de estudiar artes plásticas en la Universidad PVIII, es premiado por la Academia de Bellas Artes de París en 1985. Fue becario de la Casa Velázquez en Madrid entre 1987 y 1988. Su primera exposición personal fue en Madrid en 1987, Paris 87/88, y Suecia al año siguiente. Su trabajo se expone regularmente en París y Madrid, de modo individual o en colectivas, así como en New York, Melbourne, Shangaï, Bali…
Levesque es también autor de filmes documentales sobre pintores como Albert Irvin, John Hoyland o Louttre B. y autor de libros sobre la técnica pictórica de Cézanne, Courbet o Velázquez. Es miembro del comité de los Réalités Nouvelles. Su obra se encuentra en diversos museos.
-¿Qué es para usted la pintura?
La pintura es lo que construye mis percepciones. Es una manera, no tan simple de presentar mis percepciones, de crearlas como un cante profundo o una poesía visual. Así se puede definir la pintura como la “sombra del hombre”, “quasi mis ombras”.
¿Qué definición le gusta del color?
Él color tiene tantas significaciones posibles, es tan rico, que constituye parte del lenguaje de la pintura con las formas, pero para mí lo mas importante es que el color es evento. El color nace, es dado por la luz, que literalmente lo castiga, lo envejece por causa de los rayos UVA… así que los meses, los años, los siglos, pasan y los colores de los cuadros también. De los colores nace su propia cronología, por eso color es tiempo. Para mí es inútil volver a los colores de origen, como los museos intentan hacerlo con restauraciones, no se puede… el tiempo ha pasado… los colores no vuelven.
Así que es bueno pensar en la manera de practicar la pintura de un Greco o de un Velázquez, como ellos preparaban los colores y los aplicaban. Pensar en Goya pintando ese gris admirable con las cenizas de su fuego casero, me impresionó mucho, hice utilizar cenizas en uno de mis cuadros. Hoy en día, estamos en manos de la industria química de los colores, hay mas de cuarenta mil colores improbables con los cuales se debería poder pintar. ¡ A ver ¡
Se puede pensar el color y los colores como un reloj, una forma de reloj de agua (clepsidra), de arena o de sol. Una pintura impresionista es también un reloj solar. La fotografía analógica o numérica es un reloj que expresa sus minutos de archivos… Así también Internet como reloj global.
El pintor debe pensar en distinguir los dos sentidos del tiempo, como se distingue en ingles entre Time y Weather. El trabajo del pintor es sacar el color del lado del Tiempo cronológico (Time) para ir hacia el Tiempo (weather) de las nubes, hacia el tiempo interior con su evolución lenta o rápida acaso, así la pintura es movimiento del alma, pensamiento.
Los grabados también son pintura
-¿Y la obra gráfica, qué misión tiene?
No distingo de verdad la pintura y la obra grafica. La obra grafica es una manera de hacer viajar mis imágenes. Vivimos en una estética global de flujos que jamás para; la obra grafica es una ocasión de presentar mis cuadros como Caprichos alegres.
-¿Cuantos grabados tiene en su creatividad propia?
En 2006, el catálogo de mis grabados tenía más de doscientos ejemplares, hoy deben ser más de 300 números. Hago menos grabados sobre madera, esos últimos años pero hago monotipos que ofrecen otras posibilidades por ser un mixto entre pintura y grabado con variaciones.
-La abstracción sigue vigente ¿Por qué?
Así la define Wilhem Worringer en “Abstraction und Empfünlung” : la abstracción es la necesidad o el deseo interior propio de cada ser humano por el arte. A ir al interior de una cueva obscura para poner su mano sobre la pared. Es la necesidad de pintar, de grabar, de esculpir. Es el imperio, la necesidad del Arte en toda cultura. Desde ese punto de vista, la abstracción podría tener una forma figurativa. Pero hoy con las técnicas de fabricación y de reproducción en el mundo de pantallas en que vivimos, la figuración tiene un sentido restrictivo de identificación icónica al objeto pintando (une botella). Esa identificación es – a mi punto de vista –antitética con el arte, pues hace mirar hacia el objeto pintando como tal (la botella, etc) y no se ve la necesidad del pintor por pintar ese proyecto.
Los pintores de bodegones contemporáneos pintan siempre objetos rurales, cazuelas de cobre u otro objetos antiguos, así que en lugar de ver sus propios colores de pintor, su escritura, su visión se ve un discurso nostálgico, pasado que el pintor lo quiera o no. Los artistas figurativos contemporáneos usan mucho las escenas de género ya sea en fotografías o instalaciones. Son casi discursos periodísticos, comentarios o ilustraciones sobre una situación política o social.
Al contrario, la abstracción es una aventura abierta hacia nuevas tierras incógnitas. Si la abstracción del siglo XX nació del dibujo técnico, de la mecanización, de los motores, hoy, la abstracción del siglo XXI va a nacer de los revoluciones globales del Internet.
El gran Salón de “Réalités Nouvelles”
-¿Cómo es el concurso de abstractos que usted organiza en París?
“Réalités Nouvelles” es un colectivo de artistas que organiza, desde 1947 una vez al año, un Salón para promocionar el arte abstracto. El objetivo inicial fue un hecho con la promoción de Mondrian, de Duchamp, de Kandinsky, de Delaunay…, de pintores de los anos 50, 60, 70, etc…
Hoy el proyecto es distinto pues se trata de presentar una vez al año en el Salón a 400 artistas (pintores, escultores, grabadores… ) y de darles a cada uno una posibilidad de presentar una obra de grande dimensiones hasta 200 X 200 cm. Cada artista paga a la asociación 220 Euros para exponer, por los catálogos, carteles e Internet. Los artistas que llegan allí son del mundo entero de Japón, China, Alemania, Inglaterra, Australia… para vivir la experiencia en París.
Todo el año tenemos el catálogo en línea sobre Internet que es uno de las mayores bases de datos sobre las abstracciones contemporáneas, y el blog que sigue la actualidad de la Asociación. Nuestros archivos históricos, que son riquísimos con cartas de Kandinsky, de Mondrian, etc… está a la disposición de los investigadores o conservadores de museo, para estudiar lo que pasó en Paris durante los últimos 50 años, en el IMEC de Caen.
Nuestra institución es muy criticada (es normal) y también celebrada: criticada por tener poca mediatización, valorado por la cualidad del trabajo hecho. Yo creo que está bien que viva un poco a media luz.
Participar en esa aventura no te garantiza una galería o abrirte el mercado de arte, pero te hace conocer de cerca a los colegas encontrar profesionales del arte, gente coleccionista, y así entender mejor lo que tu trabajo tiene de personal o no. Es una plataforma de discusión para los artistas que son “animales solitarios” en sus talleres, hay que saber aprovecharlo.
-¿Qué artistas importantes se han presentado? ¿Y españoles?
La lista esta en Wikipedia y es muy grande: Josef Albers, Alechinsky, Appel, Chen Zehn, Chu Teh-Chun, Carlos Cruz-Diez, Alan Davie, Robert et Sonia Delaunay, Duchamp, Sam Francis, Hans Hartung, Herbin, Hepworth, Hoyland, Irvin, Ellsworth Kelly, Kupka, Lindström, Joan Mitchell, Motherwell, Music, Nemours, Pincemin, Poliakoff, Soulages, Bram Van Velde, Vasarely, Vialat, Waldberg, Wols, Zao Wou-ki… etc…. Olvido muchos… Entre los españoles Aguayo, Carmelo Arden-Quin, Pelayo, Oristrell, Tápies o Chillida…
-Usted practica la docencia ¿qué tiene de gratificante?
Practico la docencia en un suburbio de París, en La Défense, el barrio moderno de París, sueño tecnocrático de los 50 y 60 en Francia, con el Gran Arco… Siempre es una experiencia humana, de encuentros, lo mejor cuando se logra descubrir a un pintor, una obra a alguien que le recibe…
Los encuentros más interesantes: una mujer en Gestalterapy que practica la abstracción o un hombre de 80 años que pinta los retratos de sus amigos muertos -a partir de fotos antiguas- al pastel durante horas. Él se ponía a llorar en silencio cuando veía sus amigos moverse en el cuadro, ¡en el cuadro hecho!
-¿Qué libro de arte recomendaría usted?
“Les couleurs de L’Espagne du siècle d’or”, un libro colectivo de Yves Germain y Araceli Guillaume sobre las colores en el siglo de oro a través de la literatura y la pintura. En este libro, yo escribo un artículo sobre la color en las obras de Velázquez. Tengo ganas de leer el libro por completo, es decir, los otros artículos; saldrá en librerías el próximo mes de marzo en Francia, editado por Presses Universitaires de la Sorbonne.
-¿Qué consejo daría a un joven artista?
Que siga su deseo mas profundo porque el arte es la construcción de sí mismo y un fluido inextinguible, pero si quiere ser un triunfador va a ser difícil, tendrá que ser más cínico que Damien Hirst.
-¿Qué proyectos tiene?
Distintas exposiciones en Francia, China… Intentar siempre ser más profundo para sacar los perfumes más sutiles de las percepciones.
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