L.M.A.
La Galería Elvira González tendrá abierta al público hasta el 31 de marzo la exposición "Antoni Tàpies. Años 60 y 70". La muestra recogerá una selección de obras realizadas en las décadas de los sesenta y los setenta por el maestro del informalismo español, fallecido el pasado 6 de febrero, uno de los nombres imprescindibles del arte contemporáneo español.
"Un artista que siempre se percibe a sí mismo como realista, un realista que quiere mostrar la realidad pero no desde un punto de vista figurativo tradicional", tal y como lo describe el experto en la obra de Antoni Tàpies, Manuel Borja Villel, en una entrevista concedida a la galería con motivo de la exposición.
La exposición estará recoge piezas representativas de esta etapa del artista, en gran formato sobre diferentes soportes realizadas en técnica mixta. Entre ellas destaca el cuadro Què fem?, pintado por Tàpies en 1974, en la que utiliza materiales y símbolos que aparecen ya desde la década de 1950. Pero si las huellas e incisiones de las pinturas matéricas de finales de los cincuenta tienen un aspecto geológico, en las obras de los setenta, reflejan un mundo cotidiano, de dimensiones humanas.
La evolución de la obra de Antoni Tàpies (Barcelona, 1923-2012) se ha mostrado, ante todo, coherente a lo largo de su carrera y hasta nuestros días. Desde los años cuarenta y cincuenta, Tàpies comenzó a tratar motivos, temas y líneas creativas que desarrollaría durante el resto de su trayectoria. Pero sin duda, como él mismo ha afirmado, es a finales de los cincuenta cuando comienza su recorrido como un artista verdaderamente maduro. Durante la década de 1960 y 1970 su estilo se afianza y se produce la evolución más interesante, que da lugar a las obras más características de Tàpies.
Así, es durante los años sesenta cuando el interés por experimentar con la textura de la obra da lugar a lo que se ha venido a llamar “materias”. Aparecen nuevos motivos iconográficos, signos de escritura, huellas de pisadas, marcas de la mano del artista en la tela.
Què fem?, Antoni Tàpies, 1974
En las obras de estos años comienza a insertar objetos de la realidad exterior al cuadro que, transformados por la mano del artista, cambian su naturaleza. Tàpies trabaja como un alquimista que es capaz de transformar materiales perecederos e innobles en permanentes y nobles a través de su nueva vida dentro de la obra. Este interés en las transformaciones están influenciadas por la filosofía Zen, que el artista conoce bien, y con la que aprendió a dotar de nueva significación a materiales despreciados e insignificantes. Este nuevo tratamiento de los materiales de Tàpies coincide el periodo con la expansión del arte Povera en Europa, postminimal y conceptual en EEUU.
En la obra de las décadas de 1960 y 1970 no solo se produce una madurez en el tratamiento plástico de la forma, si no también ideológica. Desde mediados de los años 60 y los años setenta su obra adquiere una carácter fuertemente político, coincidiendo con el último tramo del franquismo.
Es en los setenta cuando el cuadro se convierte para él en una obra verdaderamente tridimensional y comienza a construir objetos. El creador catalán investiga y busca las características plásticas de los objetos mediante la manipulación por parte del artista.
La obra de Tàpies alcanzó ya en los años 50 de gran proyección internacional a través de las galerías Martha Jackson de Nueva York y Maeght en París. Participó en 1952 en la XXVI Bienal de Venecia y 1957 en la IV Bienal de São Paulo. Su obra se ha expuesto en el museos y centros de arte de prestigio como el Museum of Modern Art y en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; la Kunsthaus de Zurich; el Museum of Contemporary Art de Los Ángeles; el Institute of Contemporary Arts y la Serpentine Gallery, de Londres; el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, en el Jeu de Paume y en el Centre Pompidou de París; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid; el Institut Valencià d’Art Modern, de Valencia y el Museu d’Art Contemporani de Barcelona, entre muchos otros.
La actividad de Tàpies se ha extendido más allá de la producción pictórica y objetual y desde 1947 destaca el desarrollo de su obra gráfica. En este sentido, vale la pena destacar que el artista ha realizado un gran número de carpetas y libros de bibliófilo en estrecha colaboración con poetas y escritores como Alberti, Brossa, Daive, Dupin, Foix, Gimferrer, Guillén, Paz, Saramago, Taniguchi, Valente y Zambrano, entre otros.
Asimismo, Antoni Tàpies ha desarrollado una tarea de ensayista que ha dado lugar a una serie de publicaciones, muchas traducidas a distintos idiomas: La práctica del arte (1971), El arte contra la estética (1977), Memoria personal (1983), La realidad como arte. Por un arte moderno y progresista (1989), El arte y sus lugares (1999) y Valor del arte (2001).
Más información:
Fundació Antoni Tàpies www.fundaciotapies.org
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