L.M.A.
Molière fue implacable sobre la necesidad de actualidad en la escritura de comedias: “Cuando retratas héroes (trágicos) puedes hacer lo que quieras. Son retratos imaginarios en los que no esperamos reconocernos. Pero cuando retratas gente real, tienes que pintar lo que ves. Los retratos deben ser exactos. Si no haces retratos reconocibles del mundo contemporáneo, entonces no has conseguido nada.” (La Critique de l´Ecole des Femmes, escena VI). Si la re-escritura de esta obra desde nuestra contemporaneidad significa tomarse libertades, se hace convencidos de que la reinvención de este clásico es una “fidelidad” del tipo más apasionado y verdadero. Hemos buscado conectar aquellos interrogantes que plantea el texto con las preocupaciones que forman parte de nuestra vida contemporánea.
La vida de Molière es una vida vinculada al teatro, como pocas. Su obra es el resultado de las peripecias de su recorrido vital, de las necesidades de su trayectoria artística. El propio Molière dejó escritas obras sobre las polémicas suscitadas por sus enemigos: La Crítica a la Escuela de las Mujeres y La Improvisación de Versalles son comedias donde los protagonistas son los actores de su compañía. Molière escribía sobre lo que le afectaba, sobre el violento mundo que le rodeaba, el teatro y el poder político. En la sustancia de Molière está esa concreta y afilada `mala leche´.
Al tema de la pieza original que tanto nos concierne, -falsedad frente a sinceridad y sus límites para la convivencia social, conformismo frente a inconformismo-, hemos querido ahondar aqui en los motivos de la misantropía en nuestro tiempo. Al contrario de Alceste, el actor Max intenta participar en la sociedad, integrarse en el sistema teatral y no puede. Algo en su interior le frena e intranquiliza: ¿qué le impide manifestar su disgusto e insatisfacción? El temor a aislarse, la amenaza de ser apartado, la posibilidad de revelar su animalidad salvaje. Esta contradicción entre su deseo de “ser el misántropo”, de actuar como Alceste (quien dice lo que piensa, en un acto de valentía, aunque ridículo) y de ser, en realidad, un ser débil que calla continuamente, es lo que le hiere y produce dolor. Max –irónico nombre para un ser tan pequeño; distinto a Alceste aunque de raíz idéntica-, traiciona su sentir una vez tras otra, no sabe cómo comportarse. Su conflicto (interno) es sentir que no puede decir y actuar conforme a lo que siente y piensa. No la declaración de un sufrimiento declarado, basado en la retórica, sino contenido en el comportamiento, velado entre líneas. Este desarrollo temático hace posible un extraño maridaje: el de la ácida comedia molieresca con el espíritu chejoviano, cruel y tierno, doloroso y divertido.
Presentamos el proyecto “Ensayando…”. Una serie teatral que describe el devenir de una compañía, desde su fundación hasta su declive y desaparición. El grupo ensaya, en cada episodio, una obra esencial del repertorio universal. Los protagonistas aqui son las gentes del teatro. El ámbito, el escenario y los diferentes lugares del teatro donde habitan.
“Ensayando…” es un diario de nuestro propio viaje de “exploración” a través de temas, personajes y situaciones que son el legado de los poetas dramáticos. Una fuente de inspiración de la que beber, hoy y siempre. A través de los conflictos de la gran dramaturgia y en sus diferentes géneros y estilos, se pinta un friso humano con el hecho escénico de fondo, un contexto tan útil como cualquier otro. En este caso Moliére y su misántropo. Un nuevo Misántropo, contemporáneo y en su propio medio, el teatro.
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