L.M.A.
Nuestro ínclito escritor y periodista mariano José de Larra escribió que en España “escribir es llorar”, pues algunos promotores y editores han transformado el aserto en un “escribir es cobrar” o lo que es lo mismo: "Escribir es pagar para los escritores". Véase si no el caso del libro que sobre el centenario de Miguel Hernández se coordinó, con pequeños ensayos, artículos o poemas de escritores e ilustraciones de artistas, desde el Gafé Gijón, donde anteriormente se había publicado otro sobre el IV aniversario de la primera edición de El Quijote y del que se facilitó un ejemplar a cada autor.
Cuando el libro sobre Miguel Hernández, editado por De la Torre se presentó en el Café Gijón, donde cada cual se paga sus consumiciones, los autores se encontraron con la desagradable sorpresa de que no se les facilitaba un ejemplar sino que tenían que comprarlo por veinte euros. “Eso es cosa de la editorial”, se lavaba las manos uno de los organizadores que recabaron los originales. “¡Es que sois doscientos autores”, decían las vendedoras de la editorial en el Gijón, donde las voces de clientes, vendedores de libros y presentadores constituía una verdadera algarabía y apenas podía escucharse.
El abuso o las malas prácticas en este caso es de sonrojo o indignación. Aquí no ha habido patrocinio o “esponsor” alguno, ni por parte del Café Gijón, ni por parte de la editorial, como se había hablado. Los escritores y artistas han sido burlados puesto que, por analogía con el libro del Quijote, esperaban un ejemplar de compensación. No ha sido así.
Estos abusos o malas prácticas requieren la intervención de las asociaciones o colegios de escritores ante la organización y los editores. Los autores de buena fe han esperado un libro y los editores han jugado con las expectativas de todos ellos. Doscientos autores por veinte euros igual a cuatro mil euros. No está mal la operación, aparte de los compradores no autores.
Entre los organizadores y autores participantes en el libro de Miguel Hernandez se encuentran José Bárcena, Rosa Moreno, Ántonio Leyva, Cristina Maristany, Fanny Rubio, Mingote, Antonio Granados, Cuchy de Osma, Ana Queral… (cierto que algún privilegiado sí han tenido su ejemplar gratuito).
Disminución de la producción de libros
Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de ejemplares de libros impresos se redujo en 2011 un 24,4%, hasta los 99,8 millones, una cifra que en 2010 había alcanzado los 132 millones. El número de ejemplares ha caído a los niveles de hace 10 años. Con los abusos o malas prácticas de las editoriales con los autores, quizás puedan compensar esas pérdidas. En 2010 se publicaron 76.206 títulos en España.
Por otro lado la tirada media disminuyó un 22,4%, de 1.730 copias por título en 2010 se pasó a 1.345 en 2011. La caída es significativa si se tiene en cuenta que en 2009 esa cifra era de 2.470 ejemplares. Solo el 1,9% de los libros que se publicaron el año pasado superaron los 5.000 ejemplares.
Dentro del mercado, los datos ofrecidos por el INE subrayan que fueron peores en literatura, con una fuerte reducción en la tirada media (-34,1%) y en los libros de artes plásticas, gráficas y fotografía (-28,2%). También bajó el 2,6% el número de títulos editados en 2011, que quedó en 74.244. Desglosado este dato, se comprueba que las primera ediciones se redujeron un 0,5% mientras que las reediciones lo hicieron hasta el 25,3%.
El dato positivo se refiere a la edición de libros de texto, que aumentó un 42,9%, así como las publicaciones para niños, que crecieron un 10,2%.
La gran mayoría de los 74.244 títulos editados (30,8%) correspondió a la literatura (22.882), seguida de las obras de ciencias sociales (13.595) y las ciencias aplicadas (medicina, ingeniería, tecnología, etc.) con 10.164.
De las 17 comunidades autónomas, las que más produjeron fueron Madrid, con 23.443 títulos (con un descenso del 6,2% con respecto al año anterior), y Cataluña (con 20.324, el 1% menos). La tercera posición fue para Andalucía, con 10.712.
Por idiomas, el español representó el 78,9% de los títulos; el apartado de catalán, valenciano y balear alcanzó el 10,5%; el gallego, el 1,9%, y el euskera, el 1,1%, con un descenso del 8,7%, el mayor de toda las lenguas españolas. En cuanto a los títulos en lenguas extranjeras (el 3,9%) destacan los libros en inglés (47,3%) y portugués (17,4%).
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