Julia Sáez-Angulo
Además de los espléndidos palacios con
su pasado imperial (Schombrunn, Hofburg, Belvedere) o sus iglesias barrocas,
Viena, capital de Austria, es una ciudad rica en museos y obras de arte. El
Barrio de los Museos ofrece una especie de isla –al modo de la isla de los
museos de Berlín- con instituciones de arte e historia que concita numerosos
visitantes. Al ser una de las capitales europeas más antiguas de Europa y con
un protagonismo político importantes, sobre todo en el siglo XIX, su patrimonio
histórico artístico es incalculable.
El Museo de Historia del Arte, Kunsthistorisches
Museum, de la ciudad, frente al Museo de Ciencias naturales, ambos en soberbios
edificios, muestra valiosas colecciones de pintura clásica, además de las
culturas egipcia, griega y romana, con largas galerías que ofrecen un sinfín de
momias, estatuas, vasijas y camafeos de las respectivas culturas. Es uno de los
museos más ricos del mundo, comparable al British Museum o al Louvre en cuanto
a numerosas y ricas colecciones de diferentes culturas.
El célebre cuadro de La Torre de Babel de Brueghe
es una de las piezas más emblemáticas
de este Museo y concita numerosas miradas de los visitantes.
La célebre Albertina es una galería de
arte en la que las obras contemporáneas dan cuenta de lo más avanzado, así como
el Mumok, Museo de Arte Moderno, establecido en un edificio de arquitectura
contemporánea a modo de gran túnel oscuro en su exterior. La Albertina conserva
una de las colecciones de dibujos más numerosas (65.000 ejemplares) valiosas
con nombres como Durero, Rubens, Rafael, Miguel Ángel, etc. La pena es que los
dibujos no se pueden exponer largo tiempo a la luz y requiere unos luxes muy
bajos para evitar su deterioro. Esto ha llevado a que la Albertina exponga
facsímiles de gran calidad sobre los dibujos de sus colecciones lo que no deja
de resultar un tanto decepcionante.
Recientemente se ha construido un gran
voladizo moderno a la entrada que protege de la lluvia o el sol. En sus bajos
hay una filmoteca y al lado una de las tabernas de cerveza –kellers- más conocidas de Viena. Los
almacenes de la Albertina están robotizados y es fácil localizar sus piezas sin
pérdida de tiempo. El número de grabados de la pinacoteca llega al millón.
El MUMOK es uno de los museos más
visitados por su modernidad absoluta y la valiosa lista de artista
contemporáneos que alberga como los americanos Claes Oldemburg, Yoko Ono, Otto
Muehl, Herman Nitsch, Robert Rauschemberg, Jasper Johns o Andy Warhol. Junto a
este fondo una selección de 300 piezas que dan cuenta de los distintos
movimientos plásticos que han surgido en el siglo XX como el Accionismo vienes,
Fluxus, Pop Art o el Nuevo Realismo.
Junto a estos museos está la Colección
Lichtentein, el Museo del Reloj, el de Muebles Imperiales, el Museo Freud… Un
sin fin de instituciones que cuentan la historia y el arte de una ciudad,
Viena, que resulta grata por su limpieza y buenas comunicaciones de metro
impecable y tranvías. Sólo las altas temperaturas veraniegas, con la humedad
del Danubio, aplasta en días tórridos a los visitantes. La climatización falta todavía
en muchos lugares.
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