Julia Sáez-Angulo
Con el título de “El avestruz, tótem
utópico”, el marqués de Tamarón pronunció la conferencia de inauguración del
curso académico 2012 en el Centro Universitario Villanueva. El texto junto al
de José Bernardo San Juan sobre “Tamarón o el nombre exacto de las cosas”, se
ha publicado en un pequeño libro de Ediciones Encuentro.
Ambos autores hablan de la lengua y
literatura castellana.
“La lengua es varias cosas, casi todas
contradictorias. Es ante todo un instrumento de comunicación, y cuantos más
puedan comunicarse en una lengua mejor para todos los usuarios. El grado máximo
de capacidad de comunicación es el que alcanza una lengua franca”, dice el
marqués de Tamarón en su discurso.
“Pero la lengua es también una seña de identidad, y cuantos
menos sean los hablantes y más distinta sea la lengua de todas las demás, más
fuerte es esa seña de identidad, cuyo grado máximo es aproximadamente el del
vascuence”, añade el conferenciante.
El marqués de Tamarón, Santiago de Mora y Figueroa (Jerez
de la Frontera, Cádiz, 1941) comenta, cuestiona y matiza con ironía a lo largo
de su conferencia la afirmación del gramático Antonio de Nebrija de que “la
lengua es compañera del Imperio”:
“Antonio de Nebrija era un gran sabio, un soberbio escritor
y tal vez un hombre soberbio. Pero no era un tonto. Cuesta creer que hubiera
hecho escribir en el Patio de las Letras de la Universidad de Barcelona un
letrero que dijese: “Si eres español
habla la lengua del Imperio”. Por mucho que se hubiese sentido provocado
por excesos como los que Manuel Azaña –exasperado y humillado- tan bien relata
en sus diarios. Nebrija hubiera conseguido lo mismo de otra manera.
Por su parte, José Bernard San Juan escribe dentro del discurso: "Tamarón el nombre exacto de las cosas" “Los textos de
Tamarón están comunicados por galerías subterráneas. (…) su voluntad de decir
lo exacto y huir de esa “jerga incomprensible” como él mismo la denomina El guirigay nacional – de lo políticamente
correcto. Y quizás en este trabajo esté la clave de todo. La confianza en la
capacidad de las palabras para hablar del mundo es una herencia que debe ser transmitida
generación por generación, se trata de educar en la certeza de que existe un
orden en la naturaleza y que éste es cognoscible y que, desde luego, puede ser
expresado con palabras”
Más adelante, el profesor San Juan añade: “La prosa
limpísima de Tamarón es el reflejo de esa certeza. Y por el contrario en el
envilecimiento del lenguaje, en su empobrecimiento y en la vacuidad de muchos
de sus discursos contemporáneos se encuentra in nuce, la muerte de esa convicción”.
Más información
www.marquesdetamaron.es
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1 comentario:
Me gustaría preguntarle a mi amigo el prof. José Bernardo como ha llegado a la "certeza de que existe un orden en la naturaleza y que éste es cognoscible y que, desde luego, puede ser expresado con palabras”.
No sé si en alguno de los siglos venideros la Humanidad podrá conocer completamente ese orden que cita; por lo pronto, hasta ahora nadie lo ha conseguido. Tengo mis dudas de que el ser humano pueda conocerlo en profundidad y en todas sus dimensiones
Lo realmente sorprendente es la afirmación de que las palabras pueden expresar el "orden" de la Naturaleza. No sólo nadie lo ha hecho hasta ahora, sino que parece imposible.
Un saludo muy cordial,
José Fernando Calderero.
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