Julia
Sáez-Angulo
Cartas a Dios desde América Latina es el
libro publicado por Caritas en la editorial PPC, donde se dan cita medio
centenar de personas de distintos países latinoamericanos y caribeños, que se
han atrevido a escribir una carta a Dios.
“Donde
está el pobre, allí está Dios”, dice Nicolás Castellano de Bolivia. Junto a
él, Mamerto Menapace y Víctor Manuel Fernández, de Argentina; Demetria
Valentini o Eliana Bellini, de Brasil; Alejandra Izquierdo yo Sergio Torres
González, de Chile; Matilde Moreno, de Haití; Oscar Rodríguez Madariaga, de
Honduras; Carmen Lara o Pedro Barreto, de Perú… y así hasta completar la
geografía propuesta.
José
María Arnáiz SM hace la presentación del libro Cartas a Dios desde América Latina y dice que “el género de la
carta es exigente” y concluye: “Las cartas nos dejan con el rostro, el pensar y
el sentir de personas conocidas y anónimas, de obispos, escritores, políticos,
teólogos, religiosos, filósofos… También hemos recogido las cartas de algunas
personas que viven en los márgenes de nuestra sociedad y que son igualmente
hijos del mismo padre”.
La
forma más directa de relacionarse con Dios Padre es la oración. Estas cartas
son solo un testimonio público y exhibicionista de deseos en alto, para que
sean leídas por aquellos que pueden solucionar los problemas de marginados y
pobres, que comienzan por la misma evangelización.
Dios
es padre –rechina lo de padre y madre- en un sentido amplio y abarcador, que
sintoniza con el mismo Cristo. En buena
ley esto no ofende a las mujeres. Cristo se reveló como hombre, mesías y
salvador. Jesús de Nazaret es Dios redentor y hermano mayor de todos los hombres.
El gran intermediario ante el Padre, con las peticiones, quejas, alabanzas y actos
de adoración que se encuentran en las citadas cartas.
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