martes, 31 de mayo de 2016

Manuel Longares: “En el alfabeto encontré un depósito inagotable de fantasía y ensueño”




L.M.A.

“Yo empecé a leer en una época difícil. Había terminado la guerra y la gente buscaba comida. No la proporcionaban los periódicos que, cuando quedaban atrasados, servían para alimentar la lumbre”, confesó esta mañana ante el Micro de la Feria Manuel Longares. 

En uno de estos diarios que “morían dando calor”, el deportivo Marca, aprendió a leer el escritor. Buscaba la crónica del partido de fútbol que había escuchado “dentro de una casa aterida o gracias a la radio del vecino”: “Aquella alegría que surcaba las ondas, según los locutores, tatuaba con imágenes y letras las páginas de mi periódico”. Y el niño, recordó Longares, se aplicaba a descifrar su contenido: “Letra a letra y debajo de cada letra el índice de la mano para que el ojo no la perdiese, se creaba la palabra que encendía mis sentidos. Palabra a palabra se formaba la frase y con la frase me venía el eco de lo que había oído en la radio. 

Lo que el locutor me hizo imaginar, lo reproducía el papel impreso. Y esa consistencia que adquirían los sucesos deportivos al reseñarlo, me incitaba en confiar en el relato de lo que había visto para acumularlo en mi memoria. De este modo, edifiqué el mundo que no captaban mis ojos. Poco importaba si era veraz. En el alfabeto que yo manejaba, disponía de un depósito inagotable de fantasía y ensueño”.


Raúl Zurita:
“Escribir no debe ser motivo suficiente para escribir”

“Ni la vida será nunca un libro, ni un libro será nunca la vida. La literatura es un intento de abolir esa brecha”, afirmó Raúl Zurita esta tarde durante la conversación que mantuvo con Elena Medel en el Pabellón de Actividades, donde presentó sus libros El día más blanco (Literatura Random House) y Tu vida rompiéndose (Lumen). 

El poeta chileno añadió: “La literatura es el testimonio de una batalla gigantesca que se ha perdido. La vida ha sido para muchos, para demasiados, una tortura. Pero algunos restos, algunas ruinas de esa batalla son una obra de arte”. Zurita confesó no entender la literatura que se antepone a la vida, la literatura que se concibe como un fin en sí misma: “Lo más importante es la vida. Escribir no debe ser motivo suficiente para escribir. Yo nunca me propuse escribir un poema, es solo lo que podía hacer”. Y la voz frágil de Raúl Zurita cobró, de pronto, una formidable energía, una contagiosa potencia vital, al leer algunos de sus versos.

Un poco antes de este acto, en una edición extraordinaria del Micro de la Feria, Raúl Zurita inundó el Paseo de Coches con otro mensaje de celebración de la vida y del hombre:

“He preferido pensar en voz alta y felicitarme y felicitarlos de estar en este lugar, en esta Feria. Porque la cultura, los libros son parte de una dimensión del sueño humano. Uno piensa qué pasaría si todos los que escriben, todos los que hacen literatura, que escriben poesía, dejaran de hacerlo: la humanidad perecería a los cinco minutos que siguen. El hecho de que haya una Feria del Libro, de que haya escritores, de que haya gente que persiste en sacar desde zonas muy frágiles, desde profundidades muy rotas, muy quebradas, muy arrasadas y que insiste, no obstante, en poner su dimensión del sueño y la pasión, del amor humano, de las emociones humanas, de los sentimientos humanos  está, en cierto sentido, sosteniendo lo que somos, nos está convirtiendo a los seres humanos en seres humanos. Me alegro de estar acá, me alegro de la gente que circula, me alegro de este parque, me alegro de la ciudad de Madrid. Los saludo afectuosamente”.


Caminos de exilio
Este mediodía fue inaugurada la exposición Caminos de exilio, organizada por el Institut Français e instalada en el Paseo de Venezuela del Parque de El Retiro. El acto contó con la asistencia de Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, e Yves Saint-Geours, embajador de Francia en España. La muestra, que podrá verse hasta el 31 de agosto, está compuesta por fotografías de Manu Brabo, Sima Diab, Olivier Jobard, Pierre Marsaut y Giorgos Moutafis. Todas dan testimonio de la odisea de quienes han tenido que huir de países en conflicto. Por la tarde, los fotoperiodistas y el comisario de la exposición, Nicolas Kassianides, se reunieron en un coloquio celebrado en el Pabellón de los Jardines de Cecilio Rodríguez y moderado por el periodista Juan Cruz.


Leer por la razón correcta, leer por el placer de leer
¿Cuáles son las cualidades que requiere el ejercicio de la crítica literaria? Esta fue la pregunta que Laura Revuelta, redactora jefe de ABC Cultural, planteó a los escritores y críticos convocados en la mesa redonda Crítica, que algo queda. Elena Medel, poeta y editora de La Bella Varsovia, y Gabriela Ybarra, autora de El comensal, coincidieron en su respuesta: la curiosidad. El novelista y poeta Manuel Vilas afirmó que el crítico debe ser un enamorado: “Sin la alegría, la emoción y el enamoramiento, ¿para qué estamos en este negocio?”. Por su parte, el novelista Javier Montes cree imposible el crítico perfecto, pero al menos “debería ser alguien con la formación necesaria para juzgar un libro en los términos que el libro propone”. Por su parte, el escritor Andrés Ibáñez apuntó que resultaba imprescindible para el ejercicio profesional de la crítica literaria el interés por el mundo contemporáneo, por todas las manifestaciones artísticas y no solo las literarias: “Y, sobre todo, el crítico ha de leer por la razón correcta, es decir, ha de leer por el placer de leer. Más que juzgar una obra, ha de representar lo que ofrece un libro para que éste encuentre a sus lectores”.


Premio de Narración Breve de la UNED 2016
El relato Carpinacci no vuelve del argentino Guillermo Roz ha sido distinguido con el XXVII Premio de Narración Breve de la UNED. El jurado, integrado por Julio Neira, decano de la Facultad de Filología de la UNED; Miguel Ángel Pérez Priego, catedrático de Literatura española y Teoría de la Literatura, y la escritora Inma Chacón hizo público su fallo esta tarde en el Pabellón de Actividades de la Feria del Libro de Madrid. El Accésit Estudiante UNED ha recaído en esta edición en Voz de mando, de Fernando Martínez López.


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