Julia
Sáez-Angulo
La
escritora Mercedes Monmany es la autora del libro Ya sabes que volveré sobre tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène
Némirosvsky, Gertrud Kolmal y Etty Hillesum. Una obra más en la rica literatura
sobre el holocausto llevado a cabo por la barbarie nazi, una barbarie que tuvo
lugar nada menos que en la culta Alemania en 1939-45.
Mercedes
Monmany (Barcelona, 1957) es ensayista,
crítica literaria en ABC y experta en literatura europea de los siglos
XX y XXI. Entre sus libros: Por las
fronteras de Europa (2015).
El libro Ya
sabes que volveré, que ha sido presentado por Carmen Iglesias, directora de
la Real Academia de la Historia en la librería Lé de Madrid, ha sido publicado
por la editorial Galaxia-Gutenberg. Presentó el acto Joan Derrida, por parte de
la editorial, quien elogió el título del libro como un acierto, un aserto
positivo y de esperanza de tres vidas, que eran promesa y futuro intelectual de
Europa.
En la
conversación entre Carmen Iglesias y Mercedes Monmany se comentó la tardanza y
resistencia de Europa a reconocer la Soab –holocausto de seis millones de
judíos-, incluso el rechazo a publicar los textos de testimonio y denuncia de
escritores que sobrevivieron como Primo Levi y otros, aunque estuvieran
escritores como Natalia Ginzburg o Cesare Pavese.
Buena
parte de las editoriales estaban en manos de comunistas, en los años 50 y 60, no se interesaban por los testimonios de autores
judíos, pues buscaban textos más combativos. “Los países europeos tardaron en
quitarse las máscaras”, señaló Monmany
Primo
Levi se sentía urgido, poseído y necesitado de hablar para contar lo sucedido
en los campos de concentración y exterminio y su obra solo se publicó trece
años después. Ana Frank tuvo más suerte, seguramente por ser una niña.
En el coloquio se
debatió también el tema de la identidad judía, el semitismo y antisemitismo,
para concluir que el único que tenía claro quien era judío era el antisemita, que tuvo que acudir a una definición formal y generacional.
Se habló finalmente sobre el caso de Irene Némirosvsky, crítica en sus libros con los
judíos –también con los cristianos- y el por qué lo hacía. Algún presente
estimó, off the record, que su actitud fue meramente una cuestión comercial,
porque ella escribía para vender a una burguesía muy concreta, que leía sus
libros.
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