Manuel Muñoz Hidalgo, poeta
Al paso de los años,la Nochebuena se deshoja
como un árbol de melancolía y las estrellas no
son estrellas sino los ojos de los que nos han
dejado. La soledad es el instante del recuerdo
y de la ausencia.Hasta las canciones populares
de Navidad que nuestras abuelas nos ense-
ñaron parecen diferentes si no recuperamos
la inocencia del descubrimiento.
He salido a la calle y me rompo de tristeza al
observar que hay más hogares deshechos , más
niños en el umbral de la pobreza , más familias
sin trabajo , más desigualdad , más ancianos en
abandono,más exilios de todo tipo...demasiados
Portales de Belén en total desamparo , que los
responsables intentan disculparse con que la
población envejece,se cotiza poco y además hay
otras prioridades...
Me parece insulto,cinismo ,el aceptar ¡Felices Fies-
tas! de algunos responsables de la sociedad que
silencian sus malas artes para enriquecerse y
utilizan el temor con la amenaza y el engaño
exigiendo más austeridad y más esfuerzo.
Esta Nochebuena no será igual para todos. Parte
de la sociedad sin lo más necesario para sobrevivir
no puede confiar en las buenas palabras de quienes
le han arrebatado hasta la esperanza. Sólo un Niño
recién nacido ,envuelto en humildes pañales y re-
clinado en un pesebre, llora y a la vez enternece,mien-
tras cae la noche sobre los árboles ,parpadean las es-
trellas,su madre le mece y le canta:
Duérmete,corazón ,
que la noche es muy larga
y en mis bazos tendrás
blancos sueños y calma.
Duérmete , dulce amor,
que tu madre te ampara.
en mi pecho hallarás
el calor que te falta.
Duérmete,blanco sol,
no me sueltes la mano,
que abrazados los dos
te protejo y te guardo.
-o-
Manuel Muñoz Hidalgo
Madrid,Diciembre,2017
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