Julia
Sáez-Angulo
13/01/18 .- MADRID .- El escritor Oscar Wilde es el autor del libro El crítico como artista. La
importancia de no hacer nada. La importancia de discutirlo todo, publicado
por la editorial Reino de Cordelia.
Se trata de un ensayo con lenguaje desenfadado y mordaz en la que propone que
la labor del crítico es más meritoria que la del artista y aprovecha para escandalizar
a la sociedad de su época con provocaciones y epigramas”.
“Todos
estos ensayos coinciden con elmomento en que Wilde alcanza su madurez como escritor”,
escribe el editor en la presentación del libro El crítico como artista. “ Con ellos logró una enorme celebridad
entre el público culturalmente elevado, que valorço el ingenó de su
razonamientos y epigramas; al tiempo se ganó el desprecio y la enemistad de las
clases populares, que lo veían como un frívolo cínico y pedante. Oscar Wilde (Dublín,
1854 – París, 1900) no buscó nunca la paz con sus detractores, sino que los atacó,
convencido que su público inglés se siente mucho más a gusto “cuando le habla
un mediocre”, según escribe en La
importancia de no hacer nada.
Ciertamente
Wilde es inteligente, ingenioso y provocador, también cínico y pedante con frecuencia,
sabedor de su inteligencia, creedor de su superioridad y sin un átomo de
humildad o compasión, que hubo de aprender al final de sus días dramáticos en
la cárcel.
La
obra de Wilde es una sucesión de frases inteligentes y/o ingeniosas, que
seducen al lector y le hacen pensar. El diálogo de Gilbert y Ernest en la
biblioteca de una casa de Piccadilly con vistas a Green Park no tiene
desperdicio.
“El
engreimiento no pierde su atractivo ni siquiera cuando se ve ante la vida
cotidiana”, dice Gilbet en uno de sus largos parlamentos. Una de las citas
junto a otras citas como: “los grandes artistas trabajan de forma inconsciente,
que son “más sabios de lo que saben”, como creo que dijo Emerson en alguna
parte”. Wilde habla con frecuencia con voces interpuestas en los diálogos y el
teatro.
Wilde
defiende los libros de memorias, porque están escritos por personas que “han
perdido por completo la memoria o nunca han hecho nada digno de ser recordado”.
Vivimos “una época en las que las gentes son tan laboriosas que se han vuelto
rematadamente estúpidas” es otra de sus sentencias.
Ciertamente
los prontuarios de citas de Oscar Wilde son un vivero de reflexión aunque suene
a cínico.
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