Julia
Sáez-Angulo
19/06/18.-
MADRID .- La familia Kennedy ha sido una institución –todavía lo es en parte-
en los Estados Unidos de América, por la entidad de sus miembros en la
política y su tragedia familiar que se ha
ido cebando en algunos de sus nombres, como el magnicidio del presidente John
FItzgerald Kennedy o su hermano Bobby, que es el que hoy nos ocupa en una
biografía.
Los
Kennedy, una familia que despertó curiosidad universal en el mundo entero. No
eran ángeles, tampoco demonios. Quisieron cambiar la política de su país, pero
poderes ocultos acabaron con ellos.
El
libro Bobby Kennedy, un héroe entre
fantasmas, de Ángel Montero Lama ha sido editado por Universo de Letras y lleva un prólogo de
Javier García Sánchez titulado “Las fuerzas del mal”. El diseño de cubierta es
de Miguel Ángel Linares, en un montaje de la fotografía de Halsman.
Robert
Francis Kennedy (1925 -1968), al igual que su hermano John, casado y con diez
hijos, al igual que su hermano el presidente JFK, y el líder de los negros
Martin Luther King murieron víctimas de las balas antes de terminar de modo
natural sus proyectos.
“Descubrí
cosas que no conocía. Descubrí que mi mundo no era un mundo real”, dijo Robert
Kennedy, hombre procedente de una gran familia patricia de los Estados Unidos,
y que el autor del libro recoge como cita de entrada.
El
índice acoge capítulos tan sugerentes como: “Nací entre gallos de pelea; De
Jimmy Hoffa a la Fiscalía General; Cuba, Bahía Cochinos y la Mafia; El
asesinato de J. F.K. ; Hay vida más allá de John Kennedy; 1968, el año de su
vida… y de su muerte; El asesinato; Los testigos; Eugene Thane Cesar; Biografía
de Shirhan Shirhan; El juicio; El candidato de Manchuria; Historias en torno al
crimen; Dallas-Los Ángeles: Parecidos razonables.
“Ángel
Montero Lama ha construido con palabras lo que yo llamo un políptico fascinante
de datos y argumentaciones derivadas de estos, material que junto a JFK, 50 años de mentiras (también de
Montero Lama) está destinado a convertirse en herramienta de estudio y análisis
para quienes en el futuro decidan acercarse al tema de los Kennedy de un modo
casi forense, que es justamente como se merece, si no queremos ser engañados. Una
vez más”, dice García Sánchez en el prólogo.
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