Julia Sáez-Angulo29/6/25.- El Escorial.- El monte Abantos, escurialense, parece una mastaba gigante desde mi terraza. El Abantos me saluda y le saludo -nos saludamos- todas las mañanas al abrir los ojos, porque duermo con la ventana abierta en este estío atroz del cambio climático, es un decir. Vencejos y gorriones pueblan el aire en la mañana, en busca de sustento.“Para descansar, hay que aburrirse un poco” decía Mariano Rubio, presidente del Banco de España, según me contó Carmen Posadas, buena escritora y presentadora en su día de mi primer libro, en la galería Peironcely, ya desaparecida, en Madrid. Yo no es que me aburra, pero sí he de decir que, en El Escorial, me agito mucho menos que en Madrid, algo que favorece a la hora de escribir.A falta de temas culturales inmediatos, he decidido escribir recuerdos y unas ligeras semblanzas de personajes de mi familia, a los que conocí de niña y adolescente: abuelos, y unas tías carnales singulares. En casa, nos enseñaban los ocho apellidos seguidos -todavía no se había rodado la película de los “Ocho apellidos vascos”- y eran Julia Sáez, Angulo, Martínez, Marijuán , Guinea, Amezúa, Mínguez. En suma, siete apellidos riojanos, salvo el vasco de Amezúa -llegado de Bérriz-, apellido por el que amenazaba un problemático RH negativo.Mi prima Rosa Mary y yo, siendo adolescentes, nos sonreímos con complicidad, al leer en la cartería de nuestro abuelo materno Juan Angulo Mínguez, lo de “Gran cosechero de cereales y vino”. Sin decirnos nada, nos parecía a ambas, algo grandilocuente y pretencioso. Ciertamente el abuelo Juan, era un potente hacendado agrícola, seguramente el más rico de la villa de Uruñuela, pueblo riojano de mil habitantes, con título de villa, que le otorgó el Emperador Carlos V, por su apoyo, frente a los comuneros. Uruñuela cuenta con Rollo de Justicia, acotado en una era de trilla, y una espléndida iglesia con un excelente retablo barroco. Afortunadamente, la guerra civil de 1936 no destruyó su patrimonio sacro, como en otras localidades de Castilla.Juan Angulo era hijo de Eduardo Angulo y la familia provenía de San Vicente de la Sonsierra -Villa Divisera, pueblo en el que viven descendientes de los integrantes de la “Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina”. La dinastía Ramírez de la Piscina tiene origen en la iglesia románica de Santa María de la Piscina, y está ligada a la tradición medieval en La Rioja. El linaje se remonta al siglo XII y está vinculado a la figura de Don Ramiro Sánchez de Navarra, quien fundó la Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina. Esta casa nobiliaria surgió a raíz de la construcción de la basílica y la dotación de fondos para su mantenimiento, estableciendo una relación directa entre la iglesia, la familia y el apellido.
La Divisa fue perdiendo relevancia con el paso de los siglos, hasta que en el siglo XIX fue suprimida definitivamente al abolirse en España el sistema señorial. San Vicente de la Sonsierra y Ábalos son los dos únicos pueblos riojanos, al otro lado del Ebro, junto a la castellano-parlante Álava. Pedro Ignacio Angulo llegó a Uruñuela en el siglo XVIII, para adquirir fincas y se instaló allí, pero cuando el alcalde de Uruñuela quiso que los Angulo pecharan, como todo el mundo, para restaurar los caminos, Pedro Ignacio se negó en rotundo, alegando que era hidalgo exento de tamaña obligación. El asunto llegó a los tribunales, hasta que la Chancillería de Valladolid falló en favor de Pedro Ignacio Angulo, reconociendo su categoría de hidalgo, exento de labores menestrales.La decisión de la Chancillería de Valladolid consta en un hermoso libro amanuense en pergamino del XVIII, con escudo y escritura preciosista, que lo certifican, libro que ha ido de generación en generación familiar hasta nuestros días. Por la vía masculina le pertenece a mi primo Juan -los Juanes se perpetúan- si bien quedó en la casa de la bisabuela Calixta Mínguez y quien la heredó, su hija Rosario Angulo, hermana de mi abuelo. Esto se recuerda a veces en familia.La Calahorra era la finca más grande de Juan Angulo Mínguez, orgullo de familia, por su extensión en medio de tanto minifundio riojano. Dados los cinco hijos, la Calahorra tuvo que dividirse para tres legítimas. Mi madre heredó una de ellas y yo la heredé a su fallecimiento. Me hubiera gustado venderla a mi tío y padrino Juan Angulo Marijuán, pero no pudo ser; los administradores -mis primos Rafa y Félix Martínez- tenían derecho de retracto. Con su precio cobrado adquirí mi actual casa unifamiliar con jardín y doble aparcamiento en La Guindalera, dentro del madrileño distrito de Salamanca. Aunque las casas no llevan nombre, yo le puse a la mía “La Calahorra”, en honor a mi madre. Ella se hubiera puesto a pedir limosna en la Puerta del Sol, antes que venderla, por ser feudo de la familia, pero las generaciones van cambiando las aspiraciones.El topónimo "Calahorra" proviene del árabe, específicamente de la combinación de las palabras "qal'a" (fortaleza o castillo) y "hurra" (libre o exenta). Por lo tanto, Calahorra, en árabe, podría interpretarse como "fortaleza libre" o "castillo exento". Algunas fuentes sugieren que también podría referirse a un "baluarte defensivo de gran importancia". Para otros era el lugar destinado a sembrar cereales, para guardar en silos y evitar posibles futuras hambrunas, sobre todo si llegaba la quema de cosechas como se daba en los tiempos de la invasión árabe o durante la II República. La diócesis de la ciudad de Calahorra (La Rioja) declaró la quema de cosechas “pecado reservado” de absolución, por la sucesiva quema que se dio en los años 30.
Continuará …
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/2024/01/urunuela-villa-de-la-rioja-espana.html
Monte Abantos, nocturno. El Escorial (junio 2025)
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