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Nuevo Futuro, 51 años de historia como asociación en la que
ha atendido más de once mil menores en todo el mundo
SAR Infanta Doña Pilar de Borbón, presidenta de honor de Nuevo Futuro
Pina Sánchez junto a las reinas Doña Letizia y Doña Sofía
Pina Sánchez junto a las reinas Doña Letizia y Doña Sofía
Julia Sáez-Angulo
27/11/19 .- Madrid .- Nuevo Futuro, una institución que cuenta
con 51 años de historia como asociación, en la que ha atendido más de once mil
menores en todo el mundo. Una entidad privada con más menores tutelados en
acogimiento residencial. Si nos atenemos a las cifras del pasado año tenemos
que Nuevo Futuro atendió 1358 niños y jóvenes en sus 96 centros y hogares.
SAR la Infanta Doña Pilar de Borbón ha sido y es la presidenta de Nuevo
Futuro desde sus primeros comienzos y siempre es una buena impulsora de
presencias y proyectos para el Rastrillo; Pina
Sánchez Errazuriz dirige hoy esta institución solidaria donde las haya. Ágatha Ruiz de la Prada y su hija Cósima Ramirez estuvieron en la
presentación del Rastrillo de este año en el Pabellón de Cristal de la Casa de
Campo, que ha tenido lugar entre los días 16 y 24 de noviembre. Allí pudimos
ver también a Cristina Benetton, viuda
de Carlo, uno de los cuatro hermanos fundadores de Benetton, cuya firma, a
través de Luciano Benetton ha donado
al Rastrillo una buena partida de moda actual, que se vendió por completo.
También ha donado ropa Benetton para los niños de Nuevo Futuro. Junto a Cristina, vimos en el stand a Paz Pérez-Bilbao e Ima Galobart
La historia de Nuevo Futuro es como
la del grano de mostaza del evangelio; comenzó con una semilla pequeña y hoy es
un árbol grande lleno de frutos. La Infanta
Doña Pilar recuerda con humor los inicios, cuando ella junto a otras
señoras, estaban encargadas del bar y tenían que lavar y fregar con agua muy
fría vasos y platos. Todo valía por la buena causa. “Nuestro bar tenía entonces
algo de confesionario, pues la gente venía a él a contarnos sus cosas”, cuenta
doña Pilar sonriendo.
La pintora Mayte Spínola, una de las pioneras en lanzar el Rastrillo pre
navideño para sacar fondos para Nuevo Futuro, narra aquellos orígenes cuando Menchu Aledo –Carmen Herrero, hija del
marqués de Aledo- junto a un grupo de señoras ayudábamos, como las Luisas de Marillac, a unas monjas
de Caridad en Madrid, que ayudaban a sostener a niños pequeños huérfanos y sin
hogar. Lo hacían en la calle Mesón de Paredes.
“Mi amiga Marta Cotoner y yo, todavía solteras, éramos junto a Menchu, Luisas de Marillac y colaboramos a fondo en el
primer Rastrillo, cuando Menchu Aledo consideró que se podía mejorar la
atención a los niños si se repartían en pisos con una madrina que los
atendiera. Trabajamos, en 1963, en el palacio de Montellano antes de su
derribo. Recuerdo que hicimos, ya casadas una fiesta hippie en el hipódromo de la Zarzuela,
que resultó muy bien para sacar fondos”, cuenta Mayte Spínola.
Rocío
Falcó, condesa de Berantevilla consideró que sería bueno que todas las
señoras aportáramos muebles y objetos que no usáramos y que dormían en los
trasteros, para hacer un Rastrillo a favor de los niños. Ella fue quien inventó
la palabra Rastrillo. El primero se hizo en un garaje de la calle Espalter. No
faltó nunca la aportación de los Barreiros, como firma de automoción y se rifaba un
coche Simca 1000 cada año, incluso cuando la firma se traspasó a Chrysler..
“El numero de stands del Rastrillo fue
creciendo paulatinamente, atendidos por Cuqui Fierro, Maritín March, Triny
Fierro, Silvia Coca, marquesa de Bolarque... Al principio no había restaurantes
y nos dimos cuenta de que cuando la gente se iba a comer, a veces ya no
volvía, por lo que se decidió poner restaurantes” –en esta última edición había
cuatro. El stand de Mayte Spínola y otras señoras se llamó durante varios años La Casta y la Susana. El fotógrafo
Urbano Galindo hacía muchas fotos para las personas que visitaban el Rastrillo
y fue un gran éxito de ingresos.
“La
orgánica del Rastrillo requiere mucho trabajo y se comienza en septiembre a
preparar toda la organización, ciertamente compleja”, afirma Mayte Spínola.
“Menchu Aledo tenía carácter y llevaba las riendas de todo con acierto. Se
compraron pisos en propiedad, para evitar que los alquileres hicieran moverse a
los niños. Casi todos ellos acabaron sus estudios y con buenos empleos dentro y
fuera de España, Conozco a un gerente de hotel en Suiza, que salió de entre los
niños de Nuevo Futuro”, añade la pintora”.
Mayte Spínola añade que lo bueno de
Nuevo Futuro fue sembrar la idea de una mejor atención a los niños, que germinó
en otras ideas similares solidarias, como El
teléfono de ayuda infantil, por Silvia
Coca o la de Alicia
Koplowitz , que creó tres hogares con niños; Cecilia Sarasola en Colombia,
Perú... Hay mucha generosidad detrás de todas ellas. “Tras la muerte de Menchu
Aledo, es Pina Sánchez Errazúriz, esposa de Alfonso, sobrina política de Menchu Aledo, que lleva con buen tino el Rastrillo. “Es una mujer chilena
muy valiosa, discreta y trabajadora que sabe ser y estar en todo momento”,
explica Mayte, que no deja de citar nombres de damas generosas como la duquesa
de Santo Buono, la marquesa de Velada, Mauri Lladó... Nobleza obliga y estas damas la ejercitan, porque sin ellas una
buena parte de la solidaridad a favor de los niños quedaría sin hacer. Es este
caso, la solidaridad es sobre todo femenina, si bien la presencia de varones en
la tarde para adquirir sus regalos de Navidad es muy bien recibida.
Este años las dos reinas, Sofía y
Leticia, visitaron juntas el Rastrillo e hicieron sus compras navideñas en él. Un
honor y bien para los niños de Nuevo
Futuro.
Doña Sofía y Doña Letizia
Mayte Spínola y la Infanta Doña Pilar ante un cuadro de la pintora
Reina Doña Sofía y Cfristina Benetton
Infanta Doña Pilar en el stand de Benetton
Mayte Spínola y la Infanta Doña Pilar ante un cuadro de la pintora
Reina Doña Sofía y Cfristina Benetton
Infanta Doña Pilar en el stand de Benetton
Más información
www.nuevofuturo.org
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