(Reproducimos por su interés el breve texto que el crítico de arte Alfonso de la Torre escribió para exposición de Arte Madí en la Galería Odalys de Madrid, la mejor exposición de 2018)
Madrid, 23.03.2020
Pocos movimientos de la historia del arte han llegado hasta nuestros días con la intensidad con que MADI arriba, permanece entre nosotros. Si bien el uso material que otros movimientos han hecho de técnicas artísticas ha llegado hasta nosotros, véase el uso del collage en el cubismo, o las opciones normativas, es bien cierto que no ha pervivido el ideario que los originó. Ahora sería difícil, sin un gesto de asombro o duda, encontrar un artista joven declarado novo-cubista o futurista, ultraísta o DADA, o bien hallar una revisitación de grupos que, surgidos, en aquel mismo tiempo, tuvieron un ideario que ya ha sepultado la historia.
Empero, ciertos valores de MADI, un grupo nacido oficialmente en 1946, han pervivido. Así, el aspecto manual de sus realizaciones; la relación lúdica con el espacio; la defensa de la invención meditada frente al impulso o, también, la separación respecto a otros movimientos representativos del siglo veinte, tal el realismo o el simbolismo, -la imagen “librada”, escribirán-, lo cual también les hará mostrar distancias del surrealismo, al que calificarán de entorpecedor y antiguo.
Era un proceso imaginativo y cerebral, dirán jugando con la contradicción del término, a la par que vindicaban modelos como Gropius, Kandinsky, Mondrian o Pevsner. Siendo fundamental también el valor que otorgan a la imagen pura mas también en una suma de valores cuyo relato es infatigado y sigue hasta nuestros creadores: su singular presentación de las obras y el debate respecto a la cuadrangulación del marco; la prolongación de la tensión estética de la composición; la consideración de ser el espacio dimensionable en profundidad; el aire irreverente de muchos de sus trabajos; el poder creativo de la poesía y el arte; la defensa de la pintura-objeto y la superposición como esencial forma creadora; la concepción, “conquista” escribirán, polidimensional de lo real; el sentimiento de diferencia en épocas críticas; la ortodoxia-no-ortodoxa en lo constructivo; la noción temprana sobre la integración de las artes y la colaboración con otras: música, arquitectura, teatro o danza , entre otras o, concluyendo, el análisis casi obsesivo, pero siempre tan libre, de formas geométricas. Baste con este relato, aunque haya más.
Reconociendo los aciertos del llamado Arte Concreto, pasarían de inmediato a rechazarlo: carecía de universalidad y caía en hondas contradicciones. De alguna forma, MADI proclamaba un idealismo, ellos parecían portar, en su ideario, la esencialización de sus propuestas, de tal forma que sí coincidían con otras vanguardias en su rechazo, tan vanguardista, de las vanguardias que les precedieron, también ciertas que les rodeaban. Había que abrir, libremente, las compuertas y “Universalismo Madi” es buen ejemplo de la llegada del movimiento hasta 2019.
ALFONSO DE LA TORRE (Madrid, 1960) es teórico y crítico de arte, comisario de exposiciones, quien se ha especializado en la reflexión en torno a las vanguardias abstractas del siglo veinte, en especial sobre autores próximos a lo geométrico y normativo. En 2009 comisarió para el Museo Oteiza la exposición “La sombra de Oteiza en el arte español de los cincuenta”, que analizaba la relación de Jorge Oteiza con el surgimiento de la abstracción. Anteriormente, en 2007, había escrito sobre la contradictoria presencia de Oteiza en la IV Bienal de São Paulo, para el mismo Museo Oteiza.
Especializado en la realización de Catálogos Razonados, es especialmente reconocido en este ámbito. Y así, clásicos suyos son el “Catálogo Razonado de Pablo Palazuelo” (2015), el más reciente, especializándose en la obra de un artista sobre el que ha teorizado en numerosas ocasiones, habiendo además compilado su obra poética o reconstruido su tiempo en París: “Paris: 13 rue Saint-Jacques (1948-1968)” (2009-2010). Ha sido autor también de los Razonados de Manolo Millares (2004) y Manuel Rivera (2009), trabajando en la actualidad en torno a la obra de Fernando Zóbel.
Analizando el surgimiento de la abstracción en Europa, entre las revisiones sobre autores o movimientos relativos a la geometría destacan también: “El trabajo de lo visible” (2013): “Confluencias: Ben Nicholson-Gerardo Rueda” (2015), “Abstracción. Del Grupo Pórtico al Centro de Cálculo (1948-1968)” (2015-2016); “Interactive” (2016) o “Lucidez” (2017). Así como el acercamiento a la obra de artistas latinoamericanos como Asdrúbal Colmenárez, Milos Jonic o Jesús Rafael Soto.
Ha comisariado más de un centenar de exposiciones, publicado ensayos y poesía e impartido cursos en Universidades e instituciones: MNCARS, Museo de Teruel, Universidad de los Andes, Universidad Antonio de Nebrija, Universidad de Córdoba, Universidad de Granada, Universidad de Castilla-La Mancha, UIMP o Université de La Sorbonne. En 2012 fue invitado por La Sorbonne al Coloquio Internacional “Le travail du visible”. Impartió en el Centro Pompidou de Málaga en el ciclo “Bifurcaciones”: “La levedad y el peso: Brancusi-Calder” (2016). Pertenece a la International Association of Art Critics (AICA).
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