Julia Sáez-Angulo
5/3/21.- Madrid.- Dos libros recientes han salido al mercado, sobre Giordano Bruno (1548-1600), personaje controvertido del XVI. El primero, un interesante retrato titulado “Giordano Bruno. Mundo Magia Memoria”, del profesor Ignacio Gómez de Liaño, publicado por la editorial Libros de Innombrable. Y el segundo, un libro de propio Giordano Bruno, titulado “Cábala del caballo Pegaseo”, en traducción, Introducción y notas de Miguel A. Granada, publicado por la editorial Tecnos.
Gómez de Liaño advierte que “la hoguera donde un día de febrero de 1600 fue ejecutado Giordano Bruno tuvo la virtud de hacer de él un símbolo, un gran símbolo incluso: el de librepensador perseguido por el oscurantismo y la intolerancia. Pero la llama que hizo brillar al “mártir” fue la misma que oscureció al “filósofo”, comprimiendo su obra en la angosta forma de los lemas. Mitificado, reducido a un rasgo emocionante. Bruno ganó en proyección, pero ya era un Bruno esencialmente mutilado. Interpretaciones correctas y no compatibles, tanto la idealista como la materialista; pero el Bruno que a mi me interesaba, y que aún sigue interesándome, es otro: es el Bruno de los métodos de la memoria, el del “idioma de la imaginación”; en una palabra, el Bruno “mágico”.
El autor, a la hora de seleccionar escritos de Bruno juzga necesario que la páginas latinas de magia y Mnemónica debían figurar junto a las italianas de metafísica y cosmología. “De no haberlo hecho así, el retrato intelectual de Bruno habría resultado incompleto”, concluye el profesor Gómez de Liaño.
“Cábala de caballo Pegaseo” es el segundo de los tres diálogos morales publicados en Londres en 1584 y 1585, en él, además de la crítica por elogio irónico del cristianismo, del antintelectualismo y del escepticismo, defiende la doctrina del alma universal con sus accidentes particulares en constante mutación sobre la superficie de la materia universal.
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