Julia Sáez-Angulo
8/10/2021 .- Madrid.- La artista visual Paloma Casado prepara y ultima los detalles para su próxima exposición en el espacio de la Sala Gutiérrez de Solana de la Casa de Cantabria de Madrid, una treintena de cuadros al óleo, en los que el mundo onírico se filtra dentro de su figuración realista. La muestra, que se inaugura el 2 de noviembre, permanecerá abierta hasta el día 15 del mismo mes.
Con esta exposición, la pintora celebra los 40 años de su vida profesional artística.
La pintora dice que ha expuesto otras veces en el mismo espacio de la Casa de Cantabria, porque allí la reclaman y reconocen, siempre le ha ido bien y además no está lejos de su casa. Paloma cuenta que siempre ha vendido bien sus cuadros, porque su pintura gusta y además, explica que sus precios son en todo momento razonables. “Ahora presento 38 cuadros, en su mayoría de figura humana en gran formato, pero también de mediano y 14 obras de pequeño formato”, me informa.
Paloma Casado no se puede quejar de los últimos acontecimientos artísticos en su trayectoria: ha sido seleccionada en los recientes certámenes del Premio Reina Sofía y el 87 Salón de Otoño en la Casa de Vacas de Madrid. Fue una selección de 49 nombres en medio de cientos de artistas que se presentaron. Todo un orgullo. En realidad ha sido seleccionada en varios Salones de Otoño.
Los títulos presentados de sus cuadros en 2021 eran largos, como los de Dalí, no en balde ella cultiva también el lado onírico como el artista ampurdanés del surrealismo: “El jardín de la memoria en el Palacio de los sueños” o “La imaginación es la única arma contra la realidad”.
La pintora no se ha perdido la exposición “La máquina Magritte “en el Museo Thyssen Bornemisza, porque admira al pintor belga y ella, también practica la conjunción surrealista de objetos o figuras imposibles que producen “chispas”.
Paloma fue igualmente galardonada con la Medalla José Moreno Carbonero en el Salón de Primavera de Valdepeñas 2018; el I Premio Carmen Holgueras y quedó accésit en la convocatoria Land Art en la Casa-Museo El Romeral de Mayte Spínola, entre otros galardones. Presentarse, resistirse o morir. Hay que estar en el circuito artístico.
La pintora se mueve, se arriesga, los tiempos no han sido fáciles, pero hay que luchar. “El confinamiento de la pandemia me ha venido muy bien para trabajar más a fondo y mejor, para preparar esta exposición de más de treinta óleos, que ha requerido mucha energía. La soledad y el silencio son muy fecundos. Madrid ya está de nuevo en plena agitación cultural y muchas veces no da lugar a la tranquilidad”, explica la autora y no lamenta, en este campo, el tiempo de encierro.
Algunos datos biográficos
Paloma Casado López (Madrid) ha sido una dibujante nata y los cuadernos de sus dibujos se apilan en la casa; lamenta que algunos se hayan perdido en los traslados de mudanza, que, al decir en el circuito artístico, “todo traslado equivale a un incendio”. Ella iba para estudiar Derecho, que era la marca de la casa, pero se cruzó un arquitecto, amigo de su padre, quien al ver sus dibujos le señaló que estaba llamada a la arquitectura. Paloma quiso hacer Bellas Artes, pero su padre se lo impidió: “Tu eres una chica normal, no una artista”, le dijo con rotundidad, porque “yo pertenecía a una familia tradicional y mi padre pensaba que en Bellas Artes se fumaban porros y cosas peores”, explica Paloma. “Tú, dibuja, dibuja y dibuja”, le insistía su padre, de ahí la cantidad de dibujos que atesora.
De su familia tradicional doy fe, porque en mi reciente viaje a Alcalá de Henares vi la casa-palacio de los Casado, en la Plaza de Atilano Casado, recientemente adquirida por la Administración madrileña, donde se quiere situar los fondos de pintura de los Madrazo. Atiliano Casado fue Rector de la Universidad y otro Casado fue juez importante de la ciudad hoy Patrimonio de la Humanidad.
“Alcalá de Henares ha tenido mucha relación con mi familia, aunque yo no he visitado mucho la ciudad, salvo cuando iba a ver a la tía Antonia Casado, tía de mi padre, que vivía precisamente en la casa-palacio de los Casado”, explica Paloma, a la que le gustaría exponer algún día en la familiar ciudad cervantina.
Después de estudiar Arquitectura de interiores en la Escuela Internacional IADE, Paloma, que seguía erre que erre con el dibujo y la pintura, estudió cuatro años en la madrileña Academia Peña; Pintura al óleo con Pedro Mozos en Artes y Oficios "una gozosa experiencia"; tres años de Acuarela, curso de Abstracciones… hasta que vio muy claro que lo suyo era pintar de manera realista y derivar la realidad a mundo oníricos de ensueño. Lo que hoy hace y le llena. En su ejecutoria hay 27 exposiciones individuales e infinitas colectivas dentro y fuera de España. En su catálogo figuran más de 500 obras vendidas y más, muchas más, pintadas, la mayoría de ellas expuestas en su casa de Guadalmina. Actualmente Paloma Casado es miembro de la Junta Directiva de AEPE.
Trabaja con éxito los bodegones de vasijas y frutas o las alacenas -una de ellas decora el gran salón del Hotel Casa de Agua en Marmolejo-, pero lo que de verdad le va es derivar su figuración al mundo onírico de lo imaginado o de los sueños. “Busco modificar la realidad con mudos nuevos, que no existen mas que en mi cabeza”, explica la autora. Arlequines que interpelan, textiles flotantes, niñas que inquietan, bustos que emergen de espacios imposibles, lámpara fuera de lugar… El arte puede dar vida y consistencia a todo ello y Paloma Casado lo sabe, porque lo domina.
Paloma Casado, pintora
Con Hernando Orellana-Pizarro y Paloma Casado
Hernando Orellana-Pizarro, director de la Obra Pía de los Pizarro en Trujillo, Julia Sáez-Angulo, critica de arte y Paloma Casado, pintora
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