Julia Sáez-Angulo
8/11/2021.- Madrid.- Escritor, periodista, diplomático y hombre de mundo, Rubén Darío (1867- 1916) se labró una notable fama de artista bohemio y temperamento genial, a la que su propia pluma contribuyó con no pocos pasajes de carácter biográfico.
“Rubén Darío. La vida errante” es el título de la biografía de este sobresaliente literato nicaragüense, escrita por Rocío Oviedo Pérez de Tudela, catedrática de la Literatura Hispanoamericana en la Universidad Complutense y Julio Vélez-Sáinz, doctor por la Universidad de Chicago y la Universidad de Salamanca.
El libro “Rubén Darío. La vida errante” , y ha sido publicado por la editorial Cátedra, cuenta con un interesante prólogo en su serie de biografías, entre las que se encuentran las de Lope de Vega, Dante Alighieri, Sor Juana Inés de la Cruz, Gustavo Adolfo Bécquer o Molière.
El índice de esta biografía “Rubén Darío. La vida errante” acoge ocho capítulos: “En el alba de la vida todo es luz esplendorosa”. Infancia. Nicaragua; “El año que viene siempre es azul”. Chile, comienzos de la poesía modernista. Los años de azul; “Hay un lirio divino y delicado, que tiene toda la orgullosa candidez de los azahares. Viajes centroamericanos. Primer viaje a España. Nueva York. París. La Bohemia; “Yo persigo una forma”. Argentina. Los años de los raros y Prosas profanas”; “Sangre de hispanista fecunda”. En la España del 98. Amistades parisinas. París e Italia. España contemporánea y peregrinaciones”; “Hacia Belén la caravana pasa”. París y viajes europeos. Los años de Cantos de vida y esperanza y el Canto errante”; “Había en mí algo como una nostalgia del trópico”. Reconocimiento y cosmopolitismo. Viajes latinoamericanos. Mallorca. los años de Poema del otoño y Mundial Magazine, y, por último: “La música pánica vitalidad divina”. Muerte y Apoteosis. Los años de Canto a la Argentina y Pax.
Esta biografía de Rubén Darío se abre con una cita de Jorge Luis Borges: “Todo lo renovó Darío: la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado ni cesará. Quienes alguna vez lo combatimos, comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar libertador”.
“Nací el 18 de enero de 1867, en el pueblo de Melada, en la república de Nicaragua, en la América central. Pasé mis primeros años cerca de los jesuitas. Mi labor intelectual es conocida. He sido. Cónsul General de Colombia en la República Argentina. Mi país natal me ha enviado en 1892 a las fiestas colombinas de Madrid; en 1906 al Congreso Panamericano de Río de Janeiro. La Nación de Buenos Aires me ha sostenido por mi trabajo, desde hace diez y nueva años. El General Zelaya, presidente de Nicaragua me nombró Cónsul en Paris y me apoya eficaz y altamente. Lo demás, para cuando escriba mi vida, si la escribo”. Este párrafo figura en los Archivos Rubén Darío en la Universidad Complutense, 215. Libro de Copias.
1 comentario:
Dulce poetas de los cisnes,
de los lagos y los sueños
y del Parnaso de Francia,
recibe versos copleros
de quien quien aprendió de ti
también la gloria de España.
Gran poeta de las Princesas,
te venero desde lejos,
desde esta doliente patria,
que celebraste en tus versos.
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