“Y a pesar de todo”
Exposición de Pinturas de Juan Martínez
Sala de Exposiciones Banco Herrero
Oviedo. Del 26 de mayor al 26 de junio
Julia Sáez-Angulo
Es un artista que se formó en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona y la de Bellas Artes de Lausana. Juan Martínez (Navas de San Juan, Jaén, 1942) es un artista con un leguaje y una poética contemporánea, que ha sabido dar una vuelta de tuerca a la vanitas del Barroco para acercarla con el pulso de hoy a la pintura. El artista expone actualmente en la sala de exposiciones del Banco Herrero en Oviedo.
El icono de la calavera, del cráneo, es predominante en la mayoría de los cuadros del pintor. Con imaginación y talento va jugando con esta figura y la alterna con otros signos o símbolos tomados de la geometría o de la naturaleza. Desde la línea recta hasta el tulipán o la figura humana. Toda una serie de guiños que provienen de las reflexiones secretas del artista.
También la letra “T” cobra su presencia en los cuadros del autor. La T como conjunción de verticalidad y horizontalidad, de aproximación a la cruz y al tao, como figura poderosa, rotunda y fuerte ante la mirada.
El color, los ritmos cromáticos, defienden la pintura de Juan Martínez, dotándola de atractivo retiniano. Rojos y negros, azules, pardos, ocres, amarillos... Una exposición en suma, unitaria y coherente, que evoca ante el espectador, con la presencia de la calavera, símbolo por excelencia de la muerte, no solo a los barrocos como Antonio de Pereda o Valdés leal, sino a vanguardistas como Luís Fernández, otro gran aficionado al mismo icono o a los artistas mexicanos tan aficionados al mismo tema.
El profesor Calvo Serraller señala que el icono fundamental de Juan Martínez ha sido “el rostro humano de expresión atónita”, pero en la última serie del pintor se ve trasvasado al cráneo como síntesis final de esas cabezas o rostros de la figura humana que laten dentro o detrás de las calaveras.
No es una pintura fácil o amable la de Juan Martínez, lo que sí cabe decir es que tiene un discurso propio e intenso, que se trata de una pintura entregada al color del pigmento, casi siempre en materia acrílica.
Los títulos son singulares y elocuentes en cada cuadro, algo que siempre se agradece para identificación oportuna: “Montaña verde”, “Miradas vacías”, “Viaje oscuro” (en este caso sin calavera aunque sí con silueta mínima del rostro), “La brutalidad en el coso”, “Les fleurs du mal”, “Límite”, “Consciente”...
Juan Martínez es uno de los pintores españoles más interesantes del circuito artístico. Su pintura es seria, solemne y a veces sublime. El color salva y matiza, con sus ritmos y presencia, su profunda reflexión ante la vida y la muerte del ser humano, ser lolitario desde el nacimiento, asustado o perplejo ante la vida. Estos cuadros sostienen una poética muy particular y también, por encima de todo, la pintura y el gusto por el color.
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