“Obra Completa” de Ramon Gaya
Edición de Nigel Dennis e Isabel Verdejo
Prólogo de Tomás Segovia
Editorial Pre-Textos
Valencia, 2010-06-21
Julia Sáez-Angulo
Además de excelente pintor-poeta por la sutileza de su trazo y color, Ramón Gaya es un ensayista interesante en cuanto a sus reflexiones sobre el arte y particularmente sobre el Museo del Prado, el amor de su vida. Ver toda su obra reunida en estas “Obra Completa” publicadas por Pre-Textos es una buena noticia.
Los temas abordados por Gaya son: El sentimiento de la pintura; Velázquez, pájaro solitario; Milagro Español; Roca Española; Carta a un Andrés; Cuaderno de viaje; Balcón Español; Diario de un pintor; Algunos poemas; Otros escritos; República; Guerra; De nuevo en Europa; Naturalidad del arte…
Gaya solía definirse como “un pintor que escribe”, no para quitar importancia a sus escritos sino simplemente para señalar que su propio impulso creador se manifestaba primordialmente en la pintura y que sus escritos cumplían una función secundaria, o mejor dicho, complementaria, ya que en ellos reflexiona sobre la pintura y sobre el arte en general, guiado ante todo por el deseo de expresarse a sí mismo, ciertos grados de ese impulso esencial que percibía en otras figuras del pasado y del presente”, explican Nigel Dennis e Isabel Verdejo.
“Con excesiva modestia quizás, no se consideraba un escritor “consagrado” y por consiguiente no le parecía deseable –ni para el lector ni para sí mismo- presentar sus escritos siguiendo un orden estrictamente cronológico (…) De esta manera explica y justifica su decisión de abrir el primer tomo de su “Obra Completa” con “los dos libros míos más firmes y maduros”, a saber “El sentimiento de la pintura” y “Velázquez, pájaro solitario”.
Ramón Gaya Pomes (Murcia, 1919 – Valencia, 2005) fue un artista exiliado a México tras la guerra civil y cuando regresó a España, su obra fue valorada y potenciada por Andrés Trapiello y Juan Manuel Bonet. Expuso en diversos museos y Murcia cuenta con uno monográfico dedicado enteramente a su obra.
Gaya no se interesó por la pintura de vanguardia y optó por la de la figuración y el color a base de manchas esbozadas que conforman la figura. Muchos de sus cuadros son verdaderos poemas pictóricos, con sabor a interior e intimismo. Pintó muchas flores en copas de cristal y, con frecuencia, su pintura resulta bella y monocorde. El Ministerio de Cultura le otorgó en su día el primer premio Velázquez en 2002.
No hay comentarios:
Publicar un comentario