“Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester”
Organizan: Sociedad Estatal de Acción Cultural
Fundación Gonzalo Torrente Ballester
Colabora: Biblioteca Nacional de España
Comisarios: Carmen Becerra y Miguel Fernández-Cid
Biblioteca Nacional de España. Del 27 de enero al 6 de marzo de 2011
De martes a sábados de 10 a 21h y domingos de 10 a 14 h.
Entrada gratuita
L. M. A.
Su Alteza Real la Infanta Doña Elena inaugura la exposición Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester.La Biblioteca Nacional de España acoge esta muestra organizada por laSociedad Estatal de Acción Cultural y la Fundación Gonzalo Torrente Ballester, con la colaboración del Instituto Cervantes.
La Sociedad Estatal de Acción Cultural y la Fundación Gonzalo Torrente Ballester
recuerdan al autor de Los gozos y las sombras, en el centenario de su nacimiento, con la exposición Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester, que recorre la trayectoria vital y literaria del escritor a través de más de 200 piezas (muchas de ellas inéditas) entre manuscritos, libros, artículos de prensa, cartas, fotografías, cuadros, dibujos y diversos documentos y objetos que nos acercan a su iconografía personal.
S.A.R. la Infanta DoñaElena preside la inauguración de está exposición en un acto en el que está acompañada por la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; la Presidenta de la Sociedad Estatal de Acción Cultural, Charo Otegui; el Presidente de la Fundación Gonzalo Torrente Ballester, Álvaro Torrente Sánchez-Guisande; la Directora de la Biblioteca Nacional de España, Gloria Pérez-Salmerón; el director de Cultura del Instituto Cervantes, Rufino Sánchez y Miguel Fernández-Cid, uno de los dos comisarios de la exposición, entre otras personalidades.
La muestra, que cuenta con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España, despliega ante los ojos del lector los mundos del escritor, iluminando también aquellos que son ignorados o que permanecen en la penumbra del olvido. Torrente Ballester no sólo desarrolló su maestría en el arte de construir discursos de ficción adscritos a diferentes géneros –cuento, teatro, novela–, su faceta más conocida; también fue profesor y estudioso de la Historia y, durante cuatro décadas, ejerció como profesor de literatura, profesión que reivindicó por encima de cualquier otra de las suyas. Torrente Ballester fue, además, un perspicaz y fino ensayista, un crítico inteligente y, a veces, mordaz, y un hábil, divertido y profundo articulista de prensa.
“Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester” se podrá ver a lo largo de 2011 y 2012 fuera de nuestras fronteras en distintos centros del Instituto Cervantes ubicados en ciudades con las que el escritor o su obra tuvieron especial relación, de la misma manera que, durante 2010, la exposición se pudo ver tanto en las ciudades españolas en las que vivió el escritor como en aquellas con las que mantuvo una especial vinculación. En cada una de las sedes se destacó un aspecto que define esa relación: en Ferrol, la importancia de las vivencias del mundo de su infancia; en Salamanca, su vocación académica; en Logroño, el espíritu cervantino de su obra; en Santiago de Compostela la exposición ocupaba los distintos espacios de la Fundación GTB, de modo que incorporaba su biblioteca y recreaba su rincón de trabajo; y en Pontevedra se recalcaron dos momentos especialmente vinculados a la ciudad: cuando escribe Los gozos y las sombras, porque recrea ambientes pontevedreses; y el mundo imaginario de La saga/fuga de J. B., obra en la que son frecuentes las alusiones a rincones, monumentos y sensaciones cuyo origen está claramente basado en Pontevedra.
En Madrid la exposición se hace más selectiva y se centra en la palabra, los objetos y las
imágenes de Torrente Ballester. Arranca con el retrato que le pintó Damián Flores con motivo de la concesión del Premio Cervantes, de la colección de la BNE. La totalidad de las primeras ediciones de sus libros se muestra junto a manuscritos de todas las épocas, y objetos personales, tanto aquellos que le servían al trabajar o escribir (plumas, grabadoras, máquinas de escribir, ordenadores, gafas, fotografías) como los que compartían sus rincones, caso de una mínima selección de su excelente colección de teteras o de su amplia colección de maquetas de barcos. En Madrid, al tratarse de la Biblioteca Nacional de España, se expone por última vez un amplio muestrario de distintos tipos de manuscritos y mecanoscritos corregidos a mano por el escritor. Para posteriores exposiciones se han preparado facsímiles, tras iniciarse el proceso de digitalización de los archivos (en papel y sonoro) de la FGTB.
Como prueba de esto último, en la exposición puede escucharse la conferencia “El Quijote por un hombre moderno” que el escritor pronunció en la Universidad de Carleton de Ottawa el doce de noviembre de 1969 y que preparó y grabó en un magnetófono.
imágenes de Torrente Ballester. Arranca con el retrato que le pintó Damián Flores con motivo de la concesión del Premio Cervantes, de la colección de la BNE. La totalidad de las primeras ediciones de sus libros se muestra junto a manuscritos de todas las épocas, y objetos personales, tanto aquellos que le servían al trabajar o escribir (plumas, grabadoras, máquinas de escribir, ordenadores, gafas, fotografías) como los que compartían sus rincones, caso de una mínima selección de su excelente colección de teteras o de su amplia colección de maquetas de barcos. En Madrid, al tratarse de la Biblioteca Nacional de España, se expone por última vez un amplio muestrario de distintos tipos de manuscritos y mecanoscritos corregidos a mano por el escritor. Para posteriores exposiciones se han preparado facsímiles, tras iniciarse el proceso de digitalización de los archivos (en papel y sonoro) de la FGTB.
Como prueba de esto último, en la exposición puede escucharse la conferencia “El Quijote por un hombre moderno” que el escritor pronunció en la Universidad de Carleton de Ottawa el doce de noviembre de 1969 y que preparó y grabó en un magnetófono.
Fotografías del escritor nunca expuestas
Carmen Becerra y Miguel Fernández-Cid son los comisarios de esta exposición que incluye también una serie de fotografías tomadas por Gonzalo Torrente Ballester y que nunca se ha habían expuesto ni estudiado hasta este proyecto. La investigación desarrollada por los comisarios en la Fundación Gonzalo Torrente Ballester demuestra que la fotografía desempeñaba para él diferentes funciones, dejando al margen la más común de fichero para el recuerdo. Torrente Ballester no sólo fotografiaba su mapa emocional (imágenes de la torre Berenguela de la catedral compostelana, de los solitarios y gélidos paisajes de Albany, de la ría de Ferrol o de las calles de Pontevedra) sino que, además, utilizaba la fotografía como herramienta de trabajo, de manera que algunas de las imágenes que su cámara registraba se encuentran después en sus ficciones trasladadas a palabras, envueltas por la semántica, transformadas por la retórica y la imaginación. Recuperadas y llevadas a una escala expositiva, estas fotografías dejan ver con claridad la personalidad de una mirada que sabe recrear la vida de una calle, una plaza, o detenerse en detalles en apariencia accesorios. Un lenguaje “vulgar”, casi descuidado, que lleva, sin embargo, hacia nuevos mundos, en sintonía
con la técnica empleada en su escritura.
En la exposición también se puede ver diverso material que recrea la vinculación de Gonzalo Torrente Ballester con el teatro y el cine. Entre sus facetas más olvidadas está, precisamente, la de dialoguista o guionista de cine, labor que le ocupó durante cinco intensos años de colaboración con Nieves Conde. Casi treinta años más tarde vuelve a moverse entre grúas y platós para la supervisión de la adaptación cinematográfica de sus propias obras. El visitante también podrá escuchar a Torrente Ballester en diferentes soportes: desde la audición de cintas a través de auriculares, a la visión de fragmentos de entrevistas grabados en cine, video o televisión.
Carmen Becerra y Miguel Fernández-Cid son los comisarios de esta exposición que incluye también una serie de fotografías tomadas por Gonzalo Torrente Ballester y que nunca se ha habían expuesto ni estudiado hasta este proyecto. La investigación desarrollada por los comisarios en la Fundación Gonzalo Torrente Ballester demuestra que la fotografía desempeñaba para él diferentes funciones, dejando al margen la más común de fichero para el recuerdo. Torrente Ballester no sólo fotografiaba su mapa emocional (imágenes de la torre Berenguela de la catedral compostelana, de los solitarios y gélidos paisajes de Albany, de la ría de Ferrol o de las calles de Pontevedra) sino que, además, utilizaba la fotografía como herramienta de trabajo, de manera que algunas de las imágenes que su cámara registraba se encuentran después en sus ficciones trasladadas a palabras, envueltas por la semántica, transformadas por la retórica y la imaginación. Recuperadas y llevadas a una escala expositiva, estas fotografías dejan ver con claridad la personalidad de una mirada que sabe recrear la vida de una calle, una plaza, o detenerse en detalles en apariencia accesorios. Un lenguaje “vulgar”, casi descuidado, que lleva, sin embargo, hacia nuevos mundos, en sintonía
con la técnica empleada en su escritura.
En la exposición también se puede ver diverso material que recrea la vinculación de Gonzalo Torrente Ballester con el teatro y el cine. Entre sus facetas más olvidadas está, precisamente, la de dialoguista o guionista de cine, labor que le ocupó durante cinco intensos años de colaboración con Nieves Conde. Casi treinta años más tarde vuelve a moverse entre grúas y platós para la supervisión de la adaptación cinematográfica de sus propias obras. El visitante también podrá escuchar a Torrente Ballester en diferentes soportes: desde la audición de cintas a través de auriculares, a la visión de fragmentos de entrevistas grabados en cine, video o televisión.
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