Elsa Leonor Di Santo
26.04.11 .- Buenos Aires.- Es raro en la diversidad de expectativas musicales oír un concierto de música y poesía. ¿Volverá la lírica a sus orígenes? ¿Será la poesía oral el medio de purificación entre la humareda de este siglo tan ecléctico? Sin embargo esto es posible gracias al ingenio del poeta argentino Alberto José Logarzo, quien con el Coro Janus (que dirige el maestro Alfredo Di Pietro), ha brindado otro recital desplegando sus condiciones como artista de la palabra y de la escena. Su poesía de variada temática tiene raíces profundas, trascendentes: la Eternidad, el Cielo, la Luz. Sus conocimientos artísticos le permiten la creación de poemas que son verdaderas trasposiciones estéticas, ora de la pintura, ora de la música: Así por ejemplo: Filippo Lippi, J.SBach, Marcello, el Cancionero de Turín, o Carlos Guastavino –entre otros-. se derraman por sus versos con originalidad constelados en su marco vivencial. Otras poesías están imbricadas al entorno familiar lejano, en estados anímicos donde se engarzan la melancoía y la soledad.
El concierto culminó con la destacada actuación de la soprano Gabriela Bogo, especializada en música del renacimiento y barroco, efectuando canto con coloratura expresado en la famosa aria Lascia che´´ io Pianga de la ópera Rinaldo, la primera de Haendel para la escena londinense, basada en la Jerusalén Liberada de Tasso.y en perfecta sintonía con la hermosa poesía que escribió Alberto José Lograzo, que subtituló “El hechizo de esa historia de Amor”.
El director del coro coordinó con excepcional arquitectura una sonoridad paralela con la trama de las composiciones.
Esta gala lírico-poética tuvo lugar el 19 de abril en el Salón Anasagasti del Jockey Club de Buenos Aires, ámbito decorado con bellísimos tapices antiguos, cuadros, esculturas y como telón lateral, un jardín de invierno, tras los cristales
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