Julia Sáez-Angulo
Biblos. Líbano, 07.05.200 .- Se dice que el icono sagrado busca despertar la devoción y la oración antes que la belleza artística, si bien es capaz con frecuencia de lograr ambas cosas. Líbano es un país que guarda un rico patrimonio de iconos en las iglesias y santuarios maronitas, no en balde, buena parte de su turismo es religioso en un recorrido sin fin por los distintos recintos sagrados que se reparten por sus montañas y que constituyen un rosario de edificaciones sacras.
Con motivo del XIII centenario (685 – 1985) de la institución del Patiarcado Maronita, Antoine Khory Harb escribió un hermoso libro titulado “Les Maronites”, en edición bilingüe francés/inglés que estudia y reproduce los iconos más relevantes del Líbano, con toda su iconografía. El célebre icono “La Virgen María y el Niño”, del evangelio de Rabula aparece en la portada del volumen; la figura de la Madre de Dios va a ser una constante en la representación de los iconos, así como su Dormición antes de subir a los cielos. Junto a ellos, los de la Anunciación, Visitación y la presentación en el Templo.
Las raíces del cristianismo en Líbano se remontan al mismo Cristo que llevó a cabo la mayor parte de su vida pública en Galilea, la región norte de Israel y sur del Líbano. El Mesías se acercó con frecuencia a los territorios de Tiro y Sidón, y en esta tierra llevó a cabo milagros como el de las bodas de Caná, donde convirtió el agua en vino o el milagro de la curación de la hija de la mujer cananea. Líbano fue además el primer país de expansión del cristianismo desde Palestina y las primeras iglesias apostólicas de san Pedro se fundaron en ciudades como Beirut o Byblos. Las ciudades del litoral libanés conocieron muy pronto el cristianismo.
El rito maronita es especial dentro de la iglesia católica de obediencia al papa de Roma. Se caracteriza entre otras cosas por decir la misa en árabe y siríaco, reservando las palabras de la consagración para el arameo, la lengua de Cristo. En Líbano conviven diversos ritos litúrgicos cristianos como son el maronita, el latino, el greco ortodoxo, copto, siríaco y armenio. Cada uno de ellos muestra sus iconos en sus iglesias, siempre muy venerados por la feligresía.
Los cruzados (1098 – 1292), además de en Israel, estuvieron en diversas ciudades del Líbano como lo demuestran los vestigios medievales de sus castillos en Biblos y otros lugares del país. Ellos afianzaron de algún modo el cristianismo bien arraigado y defendido en Líbano por los maronitas, que supieron llegar a importantes acuerdos con los invasores otomanos para que se respetaran sus iglesias, creencias y culto. Esta es una de sus grandezas históricas.
De Cristo y la Madre de Dios a san Charbel y san Rafqa
Cristo, en Patocrator, entronizado, crucificado o en la Ascensión, es una constante en los iconos, así como su Madre y san Juan Bautista, además de los cuatro evangelistas y los arcángeles. La escena de Pentecostés es igualmente presente, con las lenguas de fuego sobre los apóstoles, discípulos la Virgen María en el centro de todos ellos. Con esta escena nace la iglesia de Cristo en la tierra, santificada por el Espíritu Santo.
Los santos del Antiguo Testamento, como Moisés o Elías figuran habitualmente en el santoral y los iconos maronitas, además de los apóstoles, principalmente Pedro y Pablo que evangelizaron la tierra. San Marón 8410 d.C.), padre y fundador de los maronitas, su efigie se representa con frecuencia en los iconos de Líbano en distintas versiones. Junto a él, San Simeón el Estilita, que cuenta con su propio monasterio entre Byblos y Trípoli.
San Antonio el Grande, padre de los Monjes, (251 -356 d. C.) y santa maría Egipciaca son otros dos santos muy venerados, así como san Juan Clímaco, san Neófito y san Jorge, en sus dos personajes de a pie y a caballo atacando al dragón del diablo. San Cosme y san Damián, patrones de los médicos, son igualmente reprsentados. Más recientes, san Charbel (1828-1898), que cuenta con una espléndida ermita y monasterio muy visitado por los libaneses y san Rafka al-Rayes.
Santa Marina (siglos IV y V d.C.), santa Tecla y santa Catalina de Alejandría, son las figuras femeninas más veneradas en los iconos junto a la citada santa María Egipciaca.
El Instituto del Mundo Árabe en País, llevó a cabo una gran exposición de “Iconos Árabes. Arte Cristiano de Levante” en 2003, con un buen catálogo escrito pro por Agnès-Mariam de la Croix y François Zablal.
El arte de los iconos, que se acuñó fundamentalmente en el período bizantino llegó muy pronto a Occidente, que todavía utiliza su iconografía en numerosas iglesias neocatecumenales y en la catedral de la Almudena de Madrid, de la mano de Kiko Argüello, réplica de otra iglesia en la ciudad americana de Santo Domingo.
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