"TOC TOC", éxito de la comedia en el Teatro Príncipe Gran Vía

“TOC TOC”
De Laurent Baffie
Versión española de Julián Quintanilla
Teatro Príncipe Gran Vía. Madrid
Dirección Esteve Ferrer


Actores: Fran Sariego; Ana Frau; Esteve Ferrer; África Gonzalbes; Miguel Foronda y Sara Moros.


Julia Sáez-Angulo


Una comedia chispeante, con soltura y gracejo, llevada con buen ritmo para que no se pierda uno solo de los comentarios jocosos de los que está lleno el texto, adaptado sin duda al público y gusto español, respecto a la versión francesa. En algunos momentos hilarante y con un final sorpresivo.

“TOC TOC” va ya por la tercera temporada y, al igual que sucedió en París, su éxito no se ha hecho esperar en España. Varios personajes se dan cita en la consulta de un afamado psiquiatra en busca de la solución de sus obsesiones compulsivas. El tema no es nuevo, lo hemos visto en películas. El encuentro de este tipo de pacientes psíquicos da mucho juego, pero la versión de “TOC TOC” se resuelve con ingenio y dinamismo.

Son personajes muy dispares que van desde el señor bien a la jovencita, pasando por un taxista resoluto y deslenguado (Esteve Ferrer, también director), que articula bien la trama junto a la señora beata pesada, el catalán y la obsesa de la higiene. Tipos tópicos ya conocidos, sobre todo el de no querer pisar raya, la beata latosa o la obsesiva de la limpieza, pero que mezclados en la turmix de “TOC TOC” dan un juego renovado de interrelación, picardías, juegos de palabras, malentendidos, cinismos, bromas, chistes, burlas, mofas, befas y ternura envolvente.

Nada de la sal gruesa “a la española” del mal cine o teatro grosero –ojala tuviéramos siempre como prototipo el elegante humor cervantino- sino más bien el humor fino de comedia francesa, con ligeros acentos de vodevil, y algunos ecos de astracanada. Quizás resulte un poco irreverente en algunas menciones sobre la de la Santísima Trinidad o del Papa (quien nunca habla de condones sino de castidad) en boca del personaje más zafio, el taxista). “Hay que jugar con los soldaditos de plomo y no con lo sagrado”, dicen los italianos que son un pueblo viejo y sabio. Salvo estas salvedades, el tono se lleva bien, incluidas las “groserías” escatológicas en el segundo sentido del diccionario de la RAE, del personaje interpretado por Miguel Foronda, sencillamente magistral, haciendo creíble, casi “real” su personaje de señor educado con exabruptos.

La gente tiene sed y necesidad de reírse; con esta comedia lo logra muy a gusto. Es curioso registrar las risas o carcajada en los distintos gags, según la sensibilidad de cada grupo que la escucha. Una lección elocuente de las diferentes procedencias de cada cual. La diversión de “TOC TOC” está asegurada. El ligero acento catalán de Esteve y, sobre todo, de Fran Sariego le confieren cierto encanto. Se adivina mucho ensayo detrás de la obra para empastar el ritmo y la rapidez de las situaciones sin que se pierda un átomo del diálogo en las risas. Un buen trabajo teatral; un buen ejemplo de comedia que sostiene el tono. El humor, la ternura y la generosidad final la hacen casi una obra maestra.

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