Julia Sáez-Angulo
06.07.12 .- Madrid .- No solo Pamplona celebra por todo lo alto las fiestas de los
sanfermines. La noble iglesia de San Fermín de los Navarros y la Fundación
Caldeiro también se apuntan al chupinazo de cohetes que da la salida a las
fiestas, para ponerse el pañuelo rojo al cuello, saltar, bailar y comer
chistorra.
“Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de
abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio: san Fermín. A Pamplona
hemos de ir con una gorra, con una gorra, a Pamplona hemos de ir con una gorra
y un calcetín”, dice la canción que todos cantan para ponerse en sintonía con
la fiesta.
El atuendo blanco de
pantalón y camisa, junto al pañuelo y el fajín rojo constituyen la indumentaria ideal para
sentirse a tono. Aunque basta con un pañuelo rojo, unos lo llevaban pintado o
bordado con los nombres del santo o de sus localidades navarras correspondientes
como Estella, Tafalla o Lodosa.
Salvador Estébanez, delegado del Gobierno navarro en Madrid
presidió los actos del chupinazo. Siempre a las doce en punto del día 6, víspera
de san Fermín, para dar paso a la celebración. El sábado siete, día de la
fiesta, será la misa solemne en la que predicará el cura navarro Félix Jiménez Munarriz,
padre de los capuchinos terciarios de la fundación de Luis Amigó. Madrid cuenta con otra parroquia de San Fermín , además de la de San Fermin de los Navarros. Esta última cuenta con una Real Congregación que ha abierto una cuestación para restaurar el tejado y parte de su patrimonio histórico.
En la Fundación Caldeiro, el también navarro padre Cruz Goñi, saca la imagen de san Fermín a la puerta de la iglesia para presidir el
chupinazo. Los cohetes se suceden a las doce en punto de la mañana y se grita: ¡Viva san Fermín! ¡Gora San Fermín! Los
parroquianos aplauden y celebran al santo con un ágape de chistorra, producto
típico navarro. La imagen del santo permanece expuesta en la parroquia de
Nuestra Señora del Dolor durante una semana.
San Fermín (Pamplona, c.
272 – Amiens, 303) fue obispo y mandó construir la primera iglesia de Amiens
(Francia). Fue mártir de la intolerancia contra los cristianos y murió decapitado
a los 31 años, de ahí el pañuelo rojo en la garganta para indicar que somos seguidores de san Fermín y la vestimenta blanca símbolo de la santidad. Junto a san Francisco Javier, es patrón de Navarra. La catedral de Pamplona
guarda una reliquia de la cabeza del santo que Pedro de París llevó desde Amiens en 1186.
Peñas taurinas de boteros, joteros o vinateros se dan cita en los
sanfermines, desde primera hora con el encierro de los toros hasta la noche.
Sobre los sanfermines se ha escrito mucha literatura, entre ella, la novela “Fiesta”
de escritor norteamericano Ernest Hemingway, premio Nobel, gran aficionado a
los toros y amigo de toreros.
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