martes, 9 de julio de 2013

Obituario: María Luz Barreiros Rodríguez, religiosa de las Carmelitas de Vedruna




Por Carmen Valero

La personalidad de María Luz  Barreiros Rodríguez y el reflejo de su perfil humano, es difícil de definir sin la fuerza del espíritu de fe, en la esperanza, y en la caridad  y su vida dedicada a la enseñanza,  como religiosa de la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, fundadas por Santa Joaquina de Vedruna, mujer que ”procede de una ilustre familia de la noble tierra española y hubiera tenido todas las dotes necesarias para recorrer con distinción los brillantes caminos del éxito mundano. Y que funda una familia de carmelitas que encuentra en la caridad la única razón de ser, de inmolarse; de modo que, madre de nueve hijos, se convertirá en madre, ahora bienhechora de innumerables pobres. Y en toda su vida un hilo invisible y seguro, la guía: hacer la voluntad de Dios.” (JUAN XXIII). Estas fueron las palabras pronunciadas por el Papa Juan, sobre la mujer que pasó por todos los estados de la vida, soltera, casada viuda y monja.

Al principio de la fundación tenían dos casas de caridad, una en Vic y otra en Barcelona que atendían casi dos mil personas en cada una.

María Luz Barreiros Rodríguez era gallega y ejercía de ello. Nació el 23 de julio de 1931, en Noguera Ramuin, parroquia de Orense, aunque jocosamente decía que tenía un año menos porque en el documento de identidad figuraba nacida en el año 1932. Sus padres son el origen de la tan conocida familia de empresarios Barreiros.

Al conceder a su  padre una línea de transportes Orense-Los Peares, (unos veinte kilómetros), se trasladan a vivir a Orense. Era la quinta de seis hermanos, Eduardo, Valeriano, Graciliano, María, Maria Luz y Celso. María y María Luz se educan en el Colegio de las Hermanas Carmelitas de Orense y reciben las visitas de sus padres don Eduardo y doña Luz, con frecuencia, -según recuerdan algunas hermanas que la conocieron-, a los que  acompañaban también sus hermanos. Todos los recuerdan como una familia muy unida. En el colegio de las Vedruna, también se educa la que luego fue su cuñada Dora Ramos, casada con Eduardo Barreiros.

El 31 de octubre de 1952, María Luz ingresa en la mencionada congregación de las Vedruna, en el noviciado de Vitoria, situado en el hoy en el centro de la ciudad, y dedicado en la actualidad al cuidado de las hermanas mayores.  Se licencia en Ciencias  Quimicas, y comienza su dedicación al desarrollo de su carisma vocacional, en el Colegio Vedruna de Pamplona como profesora y Prefecta de estudios. 

Posteriormente y con los mismos cargos, en el año 1968, María Luz es destinada al Colegio del Sagrado Corazón de Vitoria; al Colegio Santa Teresa de Bilbao; al Colegio María y José de Zumaya. Y en  1973 es nombrada directora del Colegio Nuestra Señora del Carmen, de la Plaza de San Francisco el Grande de Madrid.

Al cerrarse el colegio de Madrid, en 1986 es destinada al Colegio Virgen del Carmen de Toledo, donde ejerció su profesorado con dedicación plena , hasta que en el año 2004, se traslada a Madrid, al Colegio Mayor Vedruna para ejercer su vocación al servicio internacional de la curia General de las hermanas Carmelitas en Madrid.


Una etapa de retiro y júbilo
María Luz estaba feliz en esta etapa, porque tenía que usar mucho el coche -le gustaba conducir-, para recibir a las hermanas de la congregación que llegaban a Madrid. Entendía mucho de automóviles y daba consejos para su mantenimiento. Ahí le salía la vena familiar.

         En todos los lugares que frecuentó y estuvo, dejaba la satisfacción en los otros por haberla conocido, por su entusiasmo en lo que se le encomendaba, y con la alegría y humildad con que actuaba. Se interesaba por el bien de todos, estaba acostumbrada a tratar jóvenes, sus sobrinos en general eran parte de sus preocupaciones, y disfrutaba cuando iban a visitarla al Colegio Mayor. Hacía lo posible por verlos y echarles una mano en todo lo que la pedían de consejo, ayuda u orientación. Ejercía de tía con mucho orgullo.
             Su último destino ha sido el mejor de todos, según declaró en festividades de celebraciones internas de las religiosas. El último 26 de febrero estuve con ella en la mesa del convento, y me decía que estaba en el mejor lugar que podía estar ahora, con una pequeña comunidad que la mimaban, y donde se practicaba el espíritu evangélico de la pobreza. Frecuentaba las visitas a su familia, y pasaba días con ellos, pensaba que su hermano Gracy, que era el único que la quedaba,  se iría por ley natural antes que ella, sin embargo los planes de Dios eran otros. El espíritu de la fundadora se vive en esta casa, donde se trata de seguir el espíritu y el carisma fundacional de la educación, al que Mari Luz se dedicó plenamente.

           Sus continuos desvelos por las alumnas en el internado de Toledo, la llevaron a vincularse con problemas sociales importantes, de difícil solución, por lo costoso de los tratamientos, y nadie sabe de dónde obtenía fondos para solucionar algunas cosas. Fueron experiencias dolorosas que la impactaron mucho.

             Las hermanas que la han tratado en la vida comunitaria, la recuerdan como una persona sencilla, humilde, y deseosa de complacer a los demás. Muy educada, trataba de anteponer cualquier cosa, antes que molestar a otros.

Fallecimiento el Día de San Juan

               Falleció el día 24 de junio, festividad de San Juan, y equinoccio de verano. El funeral corpore in sepulto, se celebró en la capilla del antiguo noviciado de las Hermanas Carmelitas en la calle General Ricardos de Madrid, actualmente residencia de hermanas mayores, donde son tratadas con inmenso cariño y dedicación profesional, por hermanas más jóvenes y colaboradoras. Y era  este el lugar de residencia de la pequeña comunidad de Mari Luz en los últimos dos años, donde acudieron muchas Vedrunas de todas las comunidades de inserción que hay repartidas por los barrios marginados de Madrid .Así como de los colegios y comunidades de esta provincia. El funeral fue oficiado por el capellán de la comunidad, y se leyeron unas palabras muy emotivas sobre su vida. Presidieron la misa su hermano Gracy acompañado de su esposa Mayte Spínola, y toda su familia, que asistieron emocionados al funeral de la tía religiosa.

            El día 3 de julio en la Capilla Nuestra Señora de Begoña, de La Florida, en Madrid, se celebró una misa funeral en su recuerdo, organizada por la familia Barreiros, en la que ofició el párroco, concelebrando el Padre Ángel de Mensajeros de la Paz, y a la que asistieron S.A.R. Doña Pilar de Borbón, acompañada de uno de sus hijos, e innumerables amigos de la familia Barreiros, que junto a sus hermanos Graciliano y su cuñada Mayte Spinola, presidieron la celebración junto a todos a sus queridos sobrinos.

Junto a la representación de las Vedruna, entre las que se encontraban la superiora Amparo de la Calle, y las hermanas de su comunidad, Rosario Sánchez, Luisa Retuerta, y Petra Izquierdo. Y Leonor Maset Maldonado representante de la Curia General en España y de la antigua comunidad de María Luz.

Se ofició la misa con un excelente repertorio de piezas musicales que fue un concierto por el Grupo Alborada, y se terminó el acto con el canto del Salve Regina por todos los presentes.
              
 
      
  


    

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tuve la gran SUERTE de conocer a la Hermana Mª Luz, muchos años con ella en el colegio Carmelitas de Toledo, y puedo decir que es una de las mejores personas con las que me he cruzado en ésta vida, siempre dedicada a los demás.
Me ha entristecido mucho saber de su pérdida, pero imagino que estará gozando en su nuevo retiro y los demás junto con ella porque se merece sin duda lo mejor.
Un beso enorme Hermana allá donde quiera que esté, la tendré siempre en mi corazón.

myr63@gmail.com dijo...

A mi me dio clases en EGB en el Colegio de San Francisco el Grande, hicimos el viaje de fin de curso a Mallorca y nos llevó a su casa allí, estuvimos bañándonos en su playa (tenían una urbanización con su apellido donde estaban las casas de todos los hermanos y su playa privada), nos lo pasamos genial, era muy buena profesora, muy coherente, justa y humilde. D.E.P. Hermana.

Ileana Villar dijo...

Era un encanto de profesora. Me dio clases en el colegio de Pamplona.
Murió mi padre y recuerdo que ella y la profesora de Francés, que no recuerdo su nombre, me sacaron de clase para llevarme a portería, donde me esperaba mi tía…. Con un cariño las dos.