Julia Sáez-Angulo
Los
últimos Papas como Juan XXIII y Juan Pablo II han marcado la espiritualidad en
la Iglesia, frente a los grandes fundadores de instituciones eclesiásticas,
como fueron en su día benedictinos, franciscanos, dominicos, jesuitas, salesianos, o más recientemente en
torno a los laicos, el Opus Dei, Comunión y Liberación o los neocatecumenales,
señaló el profesor Alberto de la Hera en el seminario que ha tenido lugar sobre
los pontificados de los citados papas, que van a ser canonizados el próximo
domingo 27 de abril.
En el
seminario, impartido en la sede de la Oficina de Información del Opus Dei en
Madrid, han intervenido como ponentes los profesores Alberto de la Hera y
Rafael Navarro-Valls, el primero habló sobre Juan XXIII y el segundo, sobre
Juan Pablo II.
Juan
XXIII, llamado “el papa bueno”, fue también un papa inteligente y audaz para
llevar a cabo en los pocos años de su pontificado el comienzo de tres grandes
proyectos: un sínodo de la iglesia de Roma, la renovación del Código Canónico y
el Concilio Vaticano II. Fue un pontífice consciente de la renovación de la
sociedad tras la II Guerra mundial y supo hacerle frente con un nuevo estilo y
trabajo en su papado. Hombre afectivo y sencillo, despertó un gran fervor
popular; la gentes estaba con ansias de un papa así, con talento y bondad.
La trayectoria de Juan XXIII
como historiador, diplomático y pastor le llevó a la sede de San Pedro. Él estudió
los Archivos eclesiásticos, fue delegado apostólico con éxito en Bulgaria,
Turquía y Francia, para terminar como pastor y patriarca de Venecia. Toda esta
labor no pudo pasar desapercibida en el cónclave que lo eligió. En 1959 anunció
la convocatoria de un concilio y en 1962 se inauguró la primera sesión del
Vaticano II con más de dos mil obispos en torno al Papa. Se trataba de renovar
la Iglesia a la luz de los principios universales y eternos de siempre.
Además Juan XXIII dictó ocho
encíclicas, entre las cuales dos tan importantes como la Mater et Magistra y la Pacem
in Terris, sobre los respectivos temas de la doctrina social de la Iglesia
y la paz, gran anhelo cuando todavía se vivía en la guerra fría. Murió a los 81 años.
Un pontífice de oración y derechos humanos
Juan Pablo II abarcó un
largo pontificado de 27 años. Fue el pontífice 264 en la Historia de la
Iglesia, visitó 145 países y 150 iglesias en la sede de Roma. Se ha calculado
que pronunció más de 180 millones de palabras. Fue un gran defensor de los
derechos humanos, que también lo son de Dios, como lo señaló el pontífice en
diversas ocasiones. Denunció en foros públicos los ataques a la libertad, a la
vida, a la discriminación… y llamó “Gólgota del mundo contemporáneo” al campo
de exterminio de Auschwitz
Para Juan Pablo II, lo más
importante de su vida era la oración. Lo hacía muchas noches tendido (a la
manera eslava) en su oratorio ante el Gran Crucifijo y la imagen de la Virgen
de Chestokova. Fue llamado el grande, el
magno, no sólo por lo que hizo: consolidar y difundir las enseñanzas del
Concilio, también porque contribuyó a terminar con el telón de acero que
oprimía a los países del Este europeo. Supo hablar con valentía del socialismo
real. El primer ministro Gorbachov lo llamó “ la primera autoridad de la
tierra”. Juan Pablo II no tenía mensaje político alguno, su mensaje era el de
Cristo que se encierra en el Evangelio.
Juan Pablo II tenía una gran
capacidad de comunicación, porque lo que de verdad le gustaba era transmitir la
doctrina de Cristo y su Iglesia. Mostró a toda una generación que el tema de
Dios era inevitable en sus vidas. Decía la verdad poniendo a Dios por medio. En
ello radicaba su capacidad comunicativa.
La canonización de ambos
pontífices se hace vox populi, vox
eclesiae y vox Dei (voz del pueblo, de la Iglesia y de Dios).
DATOS
BIOGRÁFICOS
Alberto de la Hera.
Catedrático de Historia de América, ha sido Director General de Asuntos
Religiosos (Ministerio de Justicia). Es Vicepresidente de la International Religious
Liberty Association y consultor del Consejo Pontificio para los Textos
Legislativos.
Rafael Navarro-Valls,
Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado, académico y secretario general
de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Autor de "Del poder y
de la gloria" y "Entre la Casa Blanca y el Vaticano".
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