Julia
Sáez-Angulo
Fue secretario personal del papa Juan Pablo II desde 1963 a 2005 en falleció el pontífice.
Stanislao Dzwisz (Polonia, 1939) siguió los pasos evangélicos de un papa magno
que va a ser canonizado el próximo domingo de la Misericordia, 27 de abril. Lo
conocía muy bien y con él el papa polaco pudo practicar su lengua dentro de la
Santa Sede. Junto al periodista Gian Franco Svidercoschi ha hecho el libro He vivido con un santo, publicado en la
editorial La Esfera de los Libros.
La
traducción del italiano al español corre a cargo de Itziar Hernández.
“He
vivido con un santo, O, al menos, durante casi cuarenta años, cada día, he
visto de cerca la santidad como siempre he pensado que debía ser. La he visto
en este hombre, Karol Wojtyla, por la relación tan íntima, tan llena de
misterio, que tenía con Dios. Por la fortaleza y la transparencia de su fe. Por
la valentía con que atestiguaba la verdad de Cristo y el valor de la vida. Y por
el amor con que se acercaba a cualquier hombre, a cualquier mujer, respetando
su dignidad independientemente del color de su piel, su raza o su fe
religiosa”, dice textualmente el autor en el libro.
Juan
Pablo II fue un pontífice que vino de fuera de Italia, rompiendo la tradición
habitual. Su tarea pastoral ha sido larga por el más de centenar de viajes que
ha hecho por el mundo, por su tarea incansable de defensa de los derechos del
hombre, lo que acabó llevando a la caída del telón de acero para los países del
Este de Europa.
El
autor del libro afirma en el prólogo sobre Juan Pablo II: “He visto, esta
santidad, en la pasión evangélica con que karol Wojtyla buscaba que la Iglesia
volviese a ser una familia, una casa acogedora en el signo de la misericordia,
de la comunión, de la unidad en la multiplicidad de carismas, de dones”.
“Con
los años he visto una santidad señalada constantemente por la cruz como lo
había estado por los demás la existencia de Karol Wojtyla desde su juventud”,
añade Stanislao Dzwisz.
El
libro, bien traducido, que tiene 180 páginas, se lee con facilidad porque es
ameno, de la mano del periodista que le da forma. La portada muestra un retrato
del papa con Stanislao Dzwisz, que fue nombrado sacerdote primero, obispo y
cardenal después por el mismo papa santo, Juan Pablo II.
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