Mons. Álvaro del Portillo será beatificado en Madrid el 27 de septiembre
L.M.A.
Madrid, 23. - El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Rouco Varela, afirma en su carta semanal que la próxima beatificación de Álvaro del Portillo constituye “una gran alegría eclesial” y es un estímulo del “afán por ser santos en la vida cotidiana”.
Para el cardenal Rouco la beatificación “supone un gran gozo para toda la Iglesia y de modo muy singular para nuestra Archidiócesis” y destaca “su trabajo infatigable por el bien de la Iglesia”.
El cardenal anima “a todos los fieles madrileños a participar en las ceremonias de la beatificación del primer sucesor de san Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, que dirigió “con gran dinamismo evangelizador, un profundo sentido de comunión eclesial y fidelidad al carisma fundacional”.
El cardenal destaca su “gran creatividad evangelizadora” y la promoción de “nuevas labores apostólicas en numerosos países, con diversas iniciativas en favor de la Iglesia universal”. “Los jóvenes pueden aprender mucho de él”, escribe.
“Fruto de la necesidad –añade el cardenal- que sentía de vivir la caridad fraterna hacia los más pobres y necesitados, impulsó labores sociales en las zonas más pobres de muchas barriadas de las grandes ciudades y en países del tercer mundo”.
En relación al trabajo desarrollado por el futuro beato madrileño en el concilio Vaticano II, el cardenal Rouco afirma que “contribuyó a la renovación espiritual de la Iglesia con mentalidad abierta y fidelidad al Evangelio”.
ÁLVARO DEL PORTILLO Y MADRID
El futuro beato Álvaro del Portillo nació en Madrid el 11 de marzo de 1914, cerca de la Puerta de Alcalá; fue bautizado en la Iglesia de San José, junto a la Gran Vía; y recibió la Primera Comunión en la parroquia de la Concepción de la calle Goya.
Estudió en Madrid Ayudante de Obras Públicas y cursó la carrera de Ingeniería de Caminos. Después de varios años de trabajo profesional, recibió la ordenación sacerdotal en 1944 en la capilla del Palacio Episcopal, de manos del obispo de Madrid, el Patriarca D. Leopoldo Eijo y Garay. Más tarde se doctoró en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico.
Fue uno de los primeros miembros del Opus Dei, y ayudó y secundó fielmente al fundador. Tras la muerte de san Josemaría, en 1975, fue elegido para sucederle al frente del Opus De, que dirigió durante 19 años. En 1982, al erigir el Opus Dei en prelatura personal, san Juan Pablo II le nombró prelado del Opus Dei, y, en 1991, le confirió la ordenación episcopal.
Álvaro del Portillo falleció en 1994, tras peregrinar a Tierra Santa. San Juan Pablo II fue a orar ante sus restos mortales, como reconocimiento por su servicio al pueblo de Dios. Será beatificado el próximo 27 de septiembre en una eucaristía que tendrá lugar en el área de Valdebebas.
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