sábado, 28 de junio de 2014

Infanta Isabel de Borbón, La Chata, Centenario de su visita a Palencia





Monumento en paseo de Rosales. Madrid



Julia Sáez-Angulo

         Fue una mujer muy popular y querida en Madrid. Infanta Isabel de Borbón (Madrid, 1851- París, 1931), La Chata era simpática en la calle con todos los ciudadanos y algunos dicen que era dura y autoritaria en la intimidad. La Casa de Palencia en Madrid ha celebrado la visita de La Chata a Palencia, con una conferencia de Francisco José Rodríguez Velasco, un recital de Celuchi Zambrano y un vino espumoso con dulces.

         El conferenciante citó a su biabuelo don Arturo Ortega Romo como alcalde de la ciudad en la visita regia y al diputado don Abilio Calderón Rojo, que acompañó a la primogénita de la reina Isabel II y Francisco de Asís de Borbón, princesa de Asturias desde 1981 a 1857, en que nació su hermano el futuro Alfonso XII. Isabel de Borbón contrajo matrimonio con su primo Cayetano de Borbón –Dos Sicilias, el conde Girgenti.

         “Llueve como cuando vino la Infanta”, se dice en Palencia porque cuando en 1914 la Chata llegó en ferrocarril hasta Venta de Baños, nudo ferroviario, y después a Palencia, cayó una fuerte lluvia en la zona, que alteró en parte el protocolo militar. Fue un gran chaparrón de estío.




         La Infanta Isabel se entrevistó con las fuerzas vivas de la ciudad y también con los vendedores de la plaza de abastos a quienes estrechó la mano. Visitó algunas fábricas de mantas de Palencia. En el palacio donde se le alojó la Infanta es hoy Capitanía Mayor.

         El conferenciante recordó que la Chata tuvo que salir de España “casi con lo puesto” en 1931 y al poco tiempo falleció en París, donde le acompañó su hermana, la Infanta Eulalia, la primera que se había divorciado en la familia real española. Sus restos mortales fueron traídos por disposición del rey Juan Carlos I y hoy reposan en La Granja de San Ildefonso, Segovia.

         Madrid cuenta hoy con un monumento a la Infanta Isabel en el paseo de Rosales, reinaugurado por el alcalde señor del Manzano. También con un restaurante denominado “La Chata” en la Cava Baja.

         Celuchi Zambrano, espléndida recitadora, declamó con soberbia interpretación el poema de Rafael Duyós sobre La Cata y los toros. Fue muy aplaudida


        






         

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