miércoles, 6 de mayo de 2015

Marta Galatas, autora de la novela “La Princesa que cambió la Historia”


Un cuadro desaparecido. Una joven anticuaria. Un coleccionista ególatra. Una oscura pasión... Un retablo literario sobre una extraordinaria historia, en el que su autora, Marta Galatas, mezcla con maestría elementos de la novela histórica, el thriller psicológico y la crónica intimista. 






L.M.A.

La Princesa que cambió la historia es un relato riguroso y emocionante, una novela sobre la necesidad de buscar respuestas en el pasado. El libro ha sido editado por Sial.


Marta Álvarez Galatas es Licenciada en Arte y Traductora Intérprete Trilingüe (Inglés/Francés) por la Universidad Católica de Paris. Trabajó para la Cámara de Comercio Francesa y para Christian Dior en el departamento de Relaciones con la Prensa. Más tarde estudió Anticuariado y Tasación de obras de arte en la Escuela de Arte y Antigüedades y trabajó para Castellana Subastas como tasadora. En el 2004 monta su propia empresa dedicada al diseño y venta de muebles que cierra en el 2011, para comenzar su formación como escritora en el curso para novelistas de la Escuela de Escritores. La princesa que cambió la historia es su primera novela.


Marta Galatas

La novela
“Sólo tenemos que despertar para proyectar una nueva vida y entonces ser capaces de alcanzar nuestro verdadero destino”
Unas inquietantes puertas de marquetería despiertan una extraña atracción en la joven anticuaria Marieta. Estas puertas, de alguna manera vinculadas a su pasado, la guían al castillo del Bierzo, residencia de Aldo de Toledo, coleccionista de personalidad ególatra y futuro marqués de Villafranca, quien la contratará para hallar el retrato desaparecido de su antepasada Leonor de Toledo, obra que el pintor manierista Bronzino realizó en 1543 en Florencia. A partir de ese momento, y a pesar de que entre ambas mujeres distan siglos, Marieta quedará irremediablemente ligada a Leonor.

La princesa que cambió la historia, novela con la que la madrileña Marta Galatas irrumpe con fuerza en el panorama editorial, es un fascinante relato de intriga donde rigor histórico y ficción sirven a la autora para tejer una complicada trama –que deja de manifiesto los sentimientos, pasiones, miedos, búsquedas y anhelos que conforman el espíritu humano–, y en la que el arte, la espiritualidad y la pasión viajan por distintas épocas de la historia –desde el esplendoroso y renacentista siglo XVI a la actualidad– y recalan en diferentes escenarios –Florencia, Madrid, París y la comarca del Bierzo–.

Sobre una base impecablemente documentada, Marta Galatas compone una ficción en la que se entremezclan elementos de la novela histórica, el thriller psicológico y el relato intimista. Ello le permite combinar, con la maestría de un narrador experimentado, la tragedia, la acción y el suspense, para componer una trama poliédrica dominada por personajes de gran carga psicológica, creados por la hábil pluma de la autora –entre los que, indudablemente, destacan Marieta, la protagonista, quien se verá obligada a rebuscar en la historia y encontrar conexiones en el pasado para recomponer su vida y proyectarse hacia un futuro feliz; y Aldo, el aristócrata con quien Marieta se involucrará en un oscura pasión–. Estos personajes, que no por ficticios resultan menos creíbles, conviven en el relato con otros reales –como Leonor de Toledo, hija de Pedro de Toledo y María Osorio Pimentel, II marquesa de Villafranca del Bierzo; Cosme de Medici, quien tras su alianza con Carlos I, y a través de su enlace con Leonor, fue proclamado Gran Duque de Florencia; o Bronzino, pintor de la corte de Florencia y uno de los grandes maestros del manierismo italiano– lo que confiere a la trama de una gran solidez y credibilidad.

Uno de los elementos más recurrentes durante la narración de Marta Galatas es la pasión por el arte –verdadero protagonista del relato– que une a todos los personajes que desfilan por las más de 350 páginas de la novela, primera de una trilogía en la que esta experta en arte y antigüedades desvela los entresijos y la forma en que fueron creadas algunas de las grandes obras del renacimiento italiano. Una pasión que contagia al lector y que trasciende a la obra de arte para terminar siendo pasión por la belleza, en su más amplio sentido, y, cómo no, por la vida. Es en este terreno en donde el libro cobra un vuelo especial y acaba por atrapar al lector, pues entre pinceles, colores y lienzos se desarrolla una intriga que viaja por varias épocas y se entrecruza a través del espacio y del tiempo, y que nos muestra, en escenas de una elocuencia demoledora, que la historia se repite una y otra vez, como innumerables espejos que se proyectan hasta el infinito.

Consigue Galatas con esta primera novela –que más bien parece obra de una escritora consagrada– crear un apasionante relato coral que, como si de un caleidoscopio se tratara, se sirve de varios ejes narrativos, voces muy distintas y diferentes registros para abordar la historia desde muchos puntos de vista. La autora hace gala de un estilo de escritura ágil, en el que va entremezclando las distintas voces y formas de narración, que bebe de diferentes recursos –en función de la época que quiere relatar– y que lleva en volandas al lector hasta sus páginas finales. Su prosa dota de verosimilitud los diálogos entre los personajes y el relato en primera persona de sus dos narradores – masculino y femenino–, lo que aporta mayor complejidad a su escritura. A su vez, los continuos saltos en el tiempo a los que asistimos de forma intermitente proporcionan ritmo a la narración y permiten al lector sumergirse en un recorrido geográfico e histórico que le llevará de Florencia a Madrid, y de ahí a la comarca del Bierzo, pasando por París, y cuyos escenarios son reconstruidos al detalle. Un exhaustivo trabajo de investigación que se esconde tras la escritura de este libro y un minucioso trabajo de compilación de fuentes históricas.
La princesa que cambió la historia es, en definitiva, un relato de intriga psicológica, histórico y actual a la vez, –sobre la necesidad de encontrar respuestas en el pasado para poder afrontar el futuro–, que marca el ingreso por la puerta grande de Marta Galatas como una sólida narradora que se desenvuelve con soltura entre las aguas de una época histórica y artística inolvidable y que es capaz de entrelazar varias historias, escenarios y épocas con maestría, intensidad y pasión.


Una introspección en la etapa más fascinante de la historia del arte, la Florencia de los Medici, nos adentra en los entresijos de pasiones, poder, traición y nos muestra que, a través de generaciones, la historia se repite una y otra vez como innumerables espejos que se proyectan hacia el infinito.


Sinopsis.- Castillo de Corullón. El Bierzo. Residencia de Aldo de Toledo.
La joven anticuaria Marieta es contratada para hallar un Bronzino, obra que aparece inscrita en los registros de la época pero que desapareció en el siglo XVI. Sus clientes, una anciana marquesa y su arrogante y ególatra hijo Aldo –con quien la joven mantendrá una oscura y extraña relación– pertenecen a una familia de rancio y prestigioso abolengo que habita el castillo de Corullón, antigua residencia de sus antepasados, don Pedro de Toledo y doña María Osorio Pimentel, marqueses de Villafranca del Bierzo.

Rodeada de muros impenetrables y cuadros renacentistas, Marieta, que siente fascinación por la colección de obras de arte de Aldo, en especial por unas extrañas puertas de marquetería y por el retrato que el manierista Bronzino hizo de Leonor de Toledo, se da cuenta de que aquella extraña familia sigue anclada a un glorioso pasado con el que convive, al tiempo que descubre que a ella también le atormenta el suyo, que se remonta a su niñez entre Madrid y París. Surge entonces una pregunta, trascendental en el desarrollo de la novela: ¿Vivimos todos conectados de alguna manera con el pasado?

Palacete de Lucrecia Panciatichi. Florencia.
Marieta viaja a Florencia y se hospeda en casa de la experta en Bronzino, Lucrecia, mujer que desprende una sabiduría cautivadora. Su estancia en el palacete supondrá una continua exploración de los sentidos y de la mente, impulsada por las conversaciones y el aura que desprende aquel lugar. Allí, Marieta estudia las raíces del manierismo italiano y descubre que, de alguna manera, su vida evoluciona en paralelo a los personajes de los cuadros que investiga. En los frescos del Palacio Vecchio hallará la clave que le ayudará a interpretar el secreto, celosamente guardado a lo largo de los siglos, del Bronzino desaparecido. Entonces, descubrirá que sólo el que es capaz de ver más allá de las sombras puede alcanzar el conocimiento.

Palacio Vecchio. Florencia. Residencia de Leonor de Toledo, 1540.
En forma de biografía, el pintor manierista Bronzino relata los hechos ocurridos en la Florencia de 1540, el paso de la república al mecenazgo de Cosme de Medici, que tras su alianza con Carlos I, y a través de su enlace con Leonor de Toledo, es proclamado Gran Duque y gobierna de forma absolutista. Como pintor de la corte, Bronzino retrata en sucesivas ocasiones a Leonor, la española que gobernó Florencia y su mentora, por la que siente verdadera pasión. A través de su arte, nos desvela los entresijos de una época convulsa y el profundo misterio que se esconde tras la enigmática personalidad de esta mujer que fue capaz de vencer las barreras más inesperadas.

 Más información
www.martagalatas.es

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