jueves, 23 de junio de 2016

Teresina Jordá en el Centro Asturiano de Madrid presenta “Mediterránea. La espiral de la vida”


Teresina Jordá y Pepita Cervera (2010)


L. M. A.

         23.10.16 .- Madrid.- Con motivo de la Semana Grande en el Centro Asturiano de Madrid se ha presentado Mediterránea. La espiral de la vida, un diario poético de Teresina Jordá, quien al final del acto interpretó al piano. Intervinieron en la presentación: Andrés Menéndez, vicepresidente del Centro Asturiano, la poeta Soledad Martínez y la escritora Julia Sáez-Angulo.

         Leyeron fragmentos del libro: Marta Arbas, M. Ángeles Fernández Jordán, Teresa Canelo, Feli Moreno, Ana Ballesteros, Susana Zotés, Mercedes Castaño e Isabel Bettina Caparrós.          Finalmente actuaron la soprano Pilar Maroto, Alberto Joya, Carlos Enrique Velasco y David Jordá al piano.

         Julia Sáez Angulo dijo en la presentación: “      Hoy es el día europeo de la música y vamos a celebrarlo con la presentación de un libro de Teresina Jordá, que habla de aquella y de dos grandes compositores e intérpretes: Enrique Granados y Pepita Cervera.
        
         Teresina Jordá es una artista que aúna en sí las artes más sublimes: Música y la Escritura, con la poesía por medio. Los griegos las consideraban artes superiores respecto a las otras. Compositora musical, intérprete de piano, poeta… Teresina ofrece ahora el compendio/libro La Espiral de la Vida III . Mediterráneas, una publicación que da cuenta de lo antedicho, además de unos dibujos realizados en color por ella misma. Como adivinarán por el título, este es el tercer volumen, que sigue a dos anteriores.

         Teresina Jordá es en todo momento y manifestación, una creadora de música, armonías y ritmos, porque de estos componentes está hecho el arte. Ella dirige el Instituto Internacional de Música Cervera-Jordá.
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Teresina Jordá

Homenaje a Enrique Granados

         La compositora es también mujer generosa, que ha querido ofrecer un homenaje al músico Enrique Granados en la conmemoración del centenario de su muerte, que tuvo lugar en el Canal de la Mancha en 1916, cuando el Sussex, el barco en el que viajaba, fue torpedeado por la armada alemana. Estamos en tiempo de la I guerra mundial de 1914 a 1919, más conocida en Europa como la “gran guerra”. Granados había nacido en 1867; murió por tanto a los 52 años según mis cálculos. Un compositor ciertamente prolífico.

         Enrique Granados nació en Lérida como la propia Teresina Jordá y su madre Pepita Cervera, que fue nada menos que la discípula de Frank Marshall, a su vez discípulo dilecto de Enrique Granados. Una conjunción de leridanos o ilerdenses, que hemos tenido la fortuna de disfrutar en Madrid, porque, para nuestra suerte como hoy se demuestra,  en esta Villa y Corte se afincaron Pepita y Teresina con sus hijos.

         Pepita Cervera –madre como he dicho de Teresita Jordá- fue condiscípula de Alicia de Larrocha, de Rosa Sabater y de los hermanos Padrós –uno compositor y otro intérprete. Estos cinco nombres de la música española constituyeron una particular “edad de oro” del momento.  Y por ello, cuando Pepita Cervera murió, Víctor Ullate escribió precisamente de esto: Ha fallecido, dijo, un gran icono de la música en España. La última de esos cinco grandes condiscípulos afortunados, que bebieron la música de Enrique Granados, a través de otro grande como Frank Marshall.

         Ella, Pepita Cervera fue en palabras de Julia Sanz Gadea, autora de la biografía Pepita Cervera. Anécdotas y vivencias”: mujer excepcional, que con gran talento, trabajo titánico, forma ya parte por derecho propio de la historia de la música contemporánea”. Digamos que está en todo diccionario biográfico musical que se precie. Ella fue una profesional con sensibilidad y maestría, con seguridad y perfeccionismo, gran investigadora, docente exigente y comprensiva al mismo tiempo, al que han seguido más de tres mil alumnos con destinos de concertistas, críticos musicales, docentes…

         Granados fue el gran compositor de “Goyescas”, una suite pianística de gran éxito, en la que se basó la ópera humorística del mismo nombre. Su obra se sitúa en el romanticismo del siglo XIX y principios del XX, en la saga de Schumann, Schubert o Chopin. La Diputación de Lérida ha colaborado en la publicación de este compendio/libro La Espiral de la Vida III. Mediterránea , que hoy presentamos. Un compendio/libro que abarca dos partes o conceptos: “Del alma de los tiempos” y “De la verdad del ser”.

         Teresina Jordá no olvida homenajear también a su madre y maestra, la gran pianista Pepita Cervera, de la que se celebra el 90 aniversario de su nacimiento; ella nació en 1925 y falleció en 2010. De Pepita Cervera, pedagoga, musicóloga, concertista y compositora, Teresina Jordá aprendió todo o prácticamente todo; con su progenitora actuó en piano a dúo en más de dos mil recitales por auditorios de todo el mundo, por más de cien países, según el recuento llevado a cabo. La tarea de ambas ha sido y sigue siendo ingente en nuestro país.

         El libro de Teresina concita por tanto, una conmemoración, la de la muerte de Granados, y una celebración, la del nacimiento de Pepita Cervera. Se conmemoran las muertes y se celebran los nacimientos.

         La compositora y pianista Teresina Jordá tiene la fortuna de tener dos hijos que le siguen en el campo de la música: David Jordá, compositor e intérprete de piano, y Verónica Jordá, igualmente intérprete. La música es el caldo de cultivo de la familia Jordá Cervera, la música como arte poderoso y arrebatador hacia lo sublime. Lo llevan en el ADN.

         En el libro La Espiral de la Vida III. Mediterránea  encontramos poesía, y prosa poética que nos envuelve y traslada. El libro se abre con dos semblanzas de Pepita Cervera y de la autora. Lleva una introducción de amigos, entre ellos de la actriz Verónica Forqué o del pintor y profesor Alejandro Aguilar Soria. Tiene opiniones impresionistas de algunos de sus oyentes, como por ejemplo de la escritora Julia Navarro.

          Teresina Jordá encontró un texto inédito de Pepita Cervera sobre Enrique Granados al ordenar los papeles de su progenitora, justo este año que es el centenario del compositor de Goyescas.

         Teresina podría hablar todo sobre su madre, parafraseando la película de Almodovar y más y más del gran  Enrique Granados, porque ha vivido y crecido en el humus de su música junto a la discípula dilecta, la que fue su madre y maestra.

         Al igual que Pepita, Teresina es también compositora, intérprete de piano, investigadora de la música de tecla del s. XVIII o de Occitania, el país de la Langue d´Oc, vecino a Cataluña.

         “La música en el espacio sideral” se dice en una de las páginas de la publicación. La música siempre eleva, desde luego la de Teresina Jordá, lo logra con certeza. El libro tiene una parte de diario, de contemplación de la belleza, de los lugares, de impresión de sensaciones, de manifestación de sentimientos, de exposición de admiraciones y elogios a los genios que la precedieron en el campo de la música, donde ella se desenvuelve con brillantez. Hay reflexiones filosóficas como la de la “quimera espacio/tiempo”, que les recomiendo especialmente.

         La forma poética toma no sólo la forma de la musicalidad de repeticiones, aliteraciones y ritmos, sino también de la visualidad en la colocación de los versos, en su ocupación del espacio en la página. El compendio/libro respira optimismo y esperanza, en sintonía con el carácter de su autora. Es una declaración de amor a su “música amada”-

         Los dibujos ilustran con trazos de lápices de distintos colores; traen a la memora los de Federico García Lorca o de Rafael Alberti. Son de curiosa plasticidad y singular ingenio. Yo me voy a permitir pedirle alguno para los fondos de la Biblioteca Nacional, ese gran tesoro de dibujos en España, junto al Museo del Prado y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.


         El Mediterráneo, mare nostrum de Roma, mar de cultura está presente en los repliegues de Espiral de la Vida III . Un compendio/libro de un centenar de páginas que termina –no podía ser menos- con pentagramas, con composiciones musicales de David Jordá, de quien vamos a disfrutar su música. Un libro, que vale la pena adquirir para disfrutar de su contenido poético y musical, de sus gozosos dibujos.

Teresina Jordá

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