L.M.A.
La Galería Guillermo de Osma presenta hasta el 22 de julio una exposición dedicada al artista y ensayista cubano Waldo Balart, compuesta por 30 obras entre óleos y obras sobre papel realizadas entre 1979 y 1989.
Waldo Balart nace en Cuba en 1931. Su interés por el arte se despierta en la década de los 50 mientras realiza sus estudios sobre Economía en la Universidad de la Habana. Su vocación, no obstante, no se decanta hasta la década de los 60, cuando, una vez instalado en Nueva York, frecuenta el ambiente artístico y se forma en la Escuela de Arte del MoMA. Se introduce de lleno en el panorama artístico más moderno de la ciudad, compartiendo una gran amistad con Andy Warhol y su círculo. Su arte, sin embargo, lejos de encaminarse por las sendas delPop Art tan en boga en ese momento y en sus amistades, se dirige hacia elconstructivo concreto, estética que ha presidido su trayectoria hasta hoy en día.
Waldo Balart considera su obra como una experiencia puramente plástica sin conexión alguna con la realidad, y es en cierto modo opuesta a los mensajes que muchos artistas coetáneos pretendían transmitir a través del Pop Art, el Arte Conceptual o el Realismo Social. Su punto de partida es el grupo Art Concret que fundó Theo Van Doesburg en París en 1930, y que tuvo su continuidad en varios artistas europeos, como Max Bill o Vordembergue-Gildewart, que asimismo tanto influyeron a los artistas de corte geométrico de Latinoamérica. Entre las diferentes escuelas creadas en el nuevo continente deudoras de esta estética hay que estacar el grupo cubano, encabezado por artistas de la importancia de Mario Carreño, Sandu Darie, Carmen Herrera o Luis Martínez Pedro, a los que Balart trata en Nueva York, compartiendo exilio y experiencias plásticas. A principios de los años 70 se instala en Madrid, donde ha desarrollado una intensa actividad artística y expositiva, convirtiéndose en uno de los puntos de partida y sin duda uno de los referentes del arte geométrico en nuestro país. La trayectoria de Balart es una de las más interesantes dentro de la corriente constructiva, pues, lejos de repetir reiterativamente una fórmula estética, su pintura evoluciona constantemente desde sus inicios hasta ahora, pero al mismo tiempo manteniendo una gran coherencia. Trabaja en series, de las que presentamos en esta exposición Conjuntos No Vacío (1979-1980), Serie del Espacio(1981), Espectro de Color (1982), Ritmos (1982), Estructura de Luz (1985) y Desarrollo Cromático del CEL (1988-1989). Las series están compuestas de cuadros, que él denomina “proposiciones”, donde explora las numerosas posibilidades que ofrece la forma plástica planteada en la serie en la cual está trabajando. La geometría preside todas sus obras, pero no es la protagonista. Al igual que Josef Albers en sus Homage to the Square (Homenajes al cuadrado), usa formas geométricas muy sencillas, para que ellas mismas se diluyan a favor de los efectos producidos por combinaciones cromáticas y sus interacciones rítmicas, fruto de un movimiento energético donde la luz es el origen. Escribe el autor “La luz es la génesis de los colores y éstos su atributo y, al mismo tiempo, su estructura medidos en longitudes de onda y frecuencia”.
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con textos de Ángel Llorente y María José Gutiérrez, grandes especialistas en la obra del artista, en el que están reproducidas las obras que componen la exposición.
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