Mujeres con sabor
16.05.17.- El Toboso. ToledoPura Arca, todo un nombre simbólico,
es una mujer gallega que alunizó en la localidad toledana de El Toboso, para
compartir el espacio manchego con Dulcinea, creando una casa-museo no lejos de
la del personaje femenino de Cervantes. Nació en Galicia y pasó impartiendo
una prolongada docencia de Lengua y Literatura Española en el colegio A Ramallosa y en Lisboa, después de 47 años de trabajo. También
enseñó francés, lengua de la que le ha quedado un latiguillo o muletilla
coloquial: D´accord?, con el que interpela a sus visitantes al final de sus explicaciones. Un personaje.
Alta, fuerte, de estructura
cuadrada, con el pelo recogido hacia atrás y vestida de ciclamen, Purificación Arca (La Coruña, 1940) tiene presencia de gran matrona romana, si bien confiesa que vive sola y no tiene hijos ni marido.
El destino y su deriva le llevó a La
Mancha, donde Pura Arca ha creado en su casa un auténtico templo del arte kitsch
a base de recortes, fotografías antiguas, familiares o recientes retocadas y
coloreadas, hojas y flores secas, tarros de cristal, chapas de botella, tapetes
de ganchillo, purpurinas varias, carteles, recortes de periódico, infinitos
trabajos manuales, escrituras varias y hasta las fotos de los reyes cuando él
era príncipe de Asturias…
Una casa museo abigarrada hasta lo
indecible, donde se contradice la máxima minimalista de “menos es más” del
arquitecto Mies van der Roe, para dar culto al abigarramiento de las cosas de amor
personal, encontradas o buscadas para reafirmar la máxima del arte kitsch “nada
está de más”. Pura Arca se ha convertido, desde su jubilación docente, en un
personaje de película de Pedro Almodóvar, visitado por impertinentes y curiosos
en El Toboso, que alucinan con su casa y las explicaciones doctorales de su dueña, en un castellano muy
articulado, a veces pomposo, solemne, profesoral, pedante y tierno, acorde con
la proyección estética de la dueña y su hábitat.
A
ciertos visitantes se les antoja que todo aquello no es otra cosa que el mal
gusto o la acumulación de la pobreza, el síndrome de Diógenes, las excrecencias
de una criatura amorosa y excesiva, que ha hecho del kitsch su estilo estético,
a menos que tomemos al pié de la letra aquello de que el kitsch es “un estilo
con ausencia de estilo”, del que escribieron Walter Benjamin y Theodor Adorno.
Una puede salir mareada de la casa-museo de Pura Arca ante tanto horror al
vacío y acopio de materiales, donde lo ingenuista, naïf y cotidiano se dan la
mano con cierta pretensión de obra de arte, que algunos le elogian con ambiguo
botafumeiro.
Pura Arca de fucsia y espalda
Pura Arca de fucsia y espalda
Pura Arca está encantada con la
última alcaldesa de El Toboso, porque “es la única que me ha hecho caso” y le
ha dado espacio cultural del Ayuntamiento para exponer sus cachivaches u obras
de arte, como por ejemplo la colección de sillas blancas de plástico tachonadas
de incrustaciones pop de chapas, cromos, recortes y pegados varios, en homenaje a distintos
personajes de la cultura como son: Frida Khalo, Dalí, Picasso o su admirado
Joan Miró, ídolo reciente de los entusiasmos de admiración de Pura Arca. Una de las sillas quedó para los fondos
artísticos del municipio.
Para la dueña de la casa museo, la “joya de la
corona” es la instalación de chimeneas redondas metálicas y pintadas con
nombres de pintores y poetas, situadas en los tejadillos del patio superior.
Para mayor abundamiento, las
autoridades municipales toleran a Pura Arca ornar la fachada (rompiendo la
estética y la normativa municipal que exige el hierro) para poner una suerte de
carteles enfáticos sobre su casa-museo, guirnaldas de hoja secas u hojarasca y
una orza de barro a modo de macetero puntual. Si todo El Toboso fuera así,
echaríamos a correr.
Como diosa prima donna de El Toboso,
Pura Arca se permitió cerrar y cubrir el patio central de la casa para mitigar
el frío otoñal e invernal, pese a que el pueblo presume de patios hermosos y
abiertos durante el viernes y el sábado cercanos al Corpus Christi. Toledo,
después de que se cegara el 30 por ciento de sus patios para ganar espacio,
prohibió hacerlo para que no se deteriorara el hermoso tejido urbano histórico de
la ciudad imperial.
Algunos visitantes al salir de la
casa de Pura Arca dicen que aquello es el museo perfecto del arte kitch, de los horrores para otros, pero todos
salen convencidos de que su creadora, Pura Arca es un ser entrañable que ha construido
su mundo de todos aquellos archiperres. Una mujer que conmueve por el amor a su madre y las fotos de su progenitora. Un personaje auto-esculpido con el paso
del tiempo.
2 comentarios:
Bueno yo he de decir que estuve viendo la casa de Pura cuando visité el Toboso .Me parece de muy mal gusto decir que es el museo de los horrores. Es de lo más original que puede existir.Creo que el ayuntamiento le debería dedicar algun espacio para la exposicion de muchos de estos objetos reciclados y convertidos en obras de arte.Yo he visitado museos donde ua rayita es un cuadro expuesto en un museo de prestigio,pues lo de pura se merece que la gente lo vea.Maria Jesús
Mujer que deja huella en el alma. Me enseñó el amor a la fotografía, con una humanidad para fijarse en cosas desapercibidas con mucha sensibilidad!!
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