Julia Sáez- Angulo
El diálogo es imposible con aquel
que no quiere dialogar, es decir, con aquel que no quiere moverse un ápice de
su posición, con aquel que utiliza el diálogo como un chantaje para obtener un
precio inicuo. Esto lo decía con lucidez el filósofo Julián Marías, referido al
terrorismo de ETA, y es lo que sucede ahora con el gobierno catalán de
Puigdemont: o te avienes a mi requerido referéndum o no hay diálogo posible. El
Estado de Derecho no puede claudicar de la Carta Magna, en pro de un contento ilegal.
En este clima, la oposición de Pedro
Sánchez y de Podemos no ayudan, porque su odio visceral al PP, les hace no
claudicar ni pactar en pro de la legalidad vigente. hablar de “diálogo” es lo
más cómodo para echar balones fuera. ¡Que pena de país, que no sepa pactar en
lo más importante contra un depredador de la Ley de Leyes!
Cierto que estos lodos vienen de los
polvos de pactar con separatistas, hasta el punto de dejarles la educación como
manipuladora de la historia y la idiosincrasia.
PP y PSOE lo hicieron en sus respectivos gobiernos y ya no digamos con
el peor gobierno de la democracia española, el de Zapatero que, por un lado, excitó
los sentimientos en contra de la racionalidad y nos trajo la lamentable ley de
memoria histórica, y ,por otro, dio alas al parlamento catalán que ha perdido
el seny y rige el sinsentido.
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