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Julia
Sáez-Angulo
13/5/19
.- Madrid .- La neurociencia pone de manifiesto que el ejercicio del poder despierta
neuronas y produce sensaciones agradables en quien lo ejerce y acaba por
provocarle el sentido de pérdida de la realidad, dijo entre otras muchas cosas
Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia, durante la
conferencia que impartió en la sede de la Fundación BBVA en Madrid, bajo el
título "De súbditos a ciudadanos. Balance y legado de un siglo. De la
Ilustración al Romanticismo".
La
conferencia se inscribe dentro de un ciclo “Historia de las Ideas”. La
historiadora está muy interesada en el asunto del poder y la neurociencia.
“Las ideas y los hechos forman pate
de la realidad. Las palabras crean realidad, no se las lleva el viento”, dijo y
señaló como las ideas avanzaron hacia una conciencia de ciudadanos, más allá de
la vieja idea de súbditos. La conferenciante subrayó la importancia de la
herencia griega y cristiana para entender en el tiempo la idea de individuo, su
dignidad y su libertad. Recordó el
dicho: “Donde está la libertad está mi patria”
Diferenció la monarquía pactista del
Medioevo, de la absoluta de la Modernidad y explicó como en la soberanía
absoluta, el poder tiene una escala piramidal y en el despotismo, hay un solo
dictador. Habló de cómo la Ilustración puso el foco entre la desproporción de
delitos y penas, para que fueran desapareciendo progresivamente las penas
tremendas de flagelación o a galeras. “Los ilustrados en su mayoría fueron
reformadores, no revolucionarios”, señaló. La ciudad hacía libres, protegidos los
ciudadanos por algún fuero.
En Occidente los reyes nunca fueron
divinos, porque el origen griego democrático era muy fuerte. Los griegos oraban
de pie a sus dioses y sentían repugnancia ante actos de sumisión exagerada.
La conferenciante se detuvo en la
historia de la independencia de los Estados Unidos y la comparó con la de la
América hispana y citó el libro La marcha
de la locura, de Barbara W. Tuchman, como libro ilustrador de decisiones
políticas en contra del interés general.
Tambián habló de que la búsqueda de
la felicidad -ahora líquida-, libertad, igualdad y propiedad son una constante.
Cada cual se procura la felicidad según su mejor criterio, en USA, mientras que
en Europa se centra en el disfrute de bienes materiales y cultivo de la mente.
La idea de la Ilustración era que el hombre puede ser feliz en esta tierra. Hay
una secularización de la felicidad, sin ruptura con la religión. José Antonio
Maraval se interesó por la felicidad en la Constitución.
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