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Paseo
del Prado, 8 - Madrid
Del
18 de junio al 22 de septiembre de 2019
Maica
NÖIS
17/6/2019.- Para
la muestra comisariada por Eloy Martinez
de la Pera, Comisaria técnica Paula Luengo -conservadora de exposiciones del
Museo Nacional Yhyssen-Bornemisza se han seleccionado un total de 90 piezas
de indumentaria que proceden del Cristobal Balenciaga Museo de Getaria, Museo
del Traje de Madrid, Museu del Disseny de Barcelona y colecciones particulares
nacionales e internacionales, muchas de ellas nunca antes expuestas. Le
acompañan 55 cuadros prestados por museos: Museo Nacional del Prado, Museo
Bellas Artes de Bilbao, Museo Lázaro Galdeano y por fundaciones: BBVA,
Santander, Casa de Alba. Colecciones privadas: Abelló, Alicia Koplowitz.
Entre los autores destacan: Greco, Velázquez, Murillo,
CarreñodeMiranda, Zurbarán, Goya, Madrazo, Zuloaga, Van der Hamen y Leon, Juan
de Arellano, Juan Pantoja de la Cruz, Espinós, G.de la Corte, Rodrigo de
Villandrando, Bartolomé González, Sánchez Coello, Esteve y Marqués, Rafael
Mengs, Esquivel y Suárez de Urbina, Ramon Casas y Romero de Torres.
La exposición
vincula la creación de Cristobal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado
e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española de
los siglos XVI al XX. Es la primera exposición que reúne junto a sus diseños
cuadros de grandes nombres de la historia del arte español y que fue una de las
principales fuentes de su inspiración.
Balenciaga
trabajaba con varios conceptos al mismo tiempo. Mientras recuperaba siluetas
clásicas desarrollaba formas vanguardistas. Siempre con líneas muy depuradas
que le caracterizaban. Audacia, técnica, elegancia, conocimiento, originalidad
, cultura. La comodidad es el factor
prioritario en sus piezas. Que no coarte los movimientos y que se adapten a las
necesidades de vida pública o privada. Virtudes que le hacen un maestro único
Importante resaltar, como ha hecho en la presentación en
rueda de prensa el comisario de la muestra, a Cristobal. Quien sin apenas formación académica, pero con una sensibilidad innata, supo apreciar aquel mundo que conoció gracias
a su madre, costurera de la Marquesa de Casa Torres en su pueblo Getaria, cercano
a San Sebastián. Siempre su recuerdo para la gran dama para quien realizó su
primer modelo y así lo expuso en la entrevista en Paris Match en 1968.
Balenciaga
revisaba continuamente la historia del arte: las líneas simples y minimalistas
de los hábitos religiosos, el aire de la bata de cola de una bailaora flamenca,
los brillos del traje de luces de un torero, la estética de la indumentaria en
la corte de los Austrias. Son influencias y estilos que calaron en su fuerte
personalidad sabiéndolos interpretar de una manera moderna
El recorrido por
las salas que hoy exhiben estas joyas en combinación de pintura e indumentaria
- ARTE en mayúsculas, sigue un itinerario cronológico. A los vestidos les
acompañan las pinturas adecuadas para establecer un fascinante diálogo entre vestir-moda
y pintura. Pone de relieve, además, que los pintores son también trasmisores de
moda con su representación pictórica de telas y adornos.
El espacio está
inundado y se rinde al color negro en las paredes, color fetiche del diseñador.
Se le ha denominado "arquitecto de la alta costura" por su
implicación en la importancia de la línea, formas puras, la túnica, y que
concluyó a finales de los sesenta en la abstracción."Un buen modisto debe ser arquitecto para los patrones, escultor
para la forma, pintor para los dibujos, músico para la armonía y filósofo para
la medida" (definido por Balenciaga)
Balenciaga se
establece en 1936 en París taller en Avenida George V, contando con
establecimientos en San Sebastián, Madrid y Barcelona y con la clientela de la alta sociedad y la
Familia Real Española. Allí continua con un homenaje y estética de lo español.
Christian Dior le define "con los tejidos nosotros hacemos lo que podemos,
Balenciaga hace lo que quiere" "Es el maestro de todos
nosotros". Coco Chanel lo calificó "el único auténtico
couturier" Se le reconoce "el rey de la alta costura" con sus
prendas de un acabado perfecto, casi escultórico . Su taller formó a algunos de
los más importantes: Hubert de Givenchy, Emanuel Ungaro, Oscar de la Renta o
Paco Rabanne.
En 1968 cuando
la alta costura empieza a perder peso frente al prêt-à-porter, decide retirarse
y se instala de nuevo en España. Acepta un último encargo, el vestido de novia de Carmen Martinez-Bordiú.
Fallece en marzo de 1972, de un infarto, en la localidad de Jávea.
Gran exposición
que enaltece la trayectoria del Museo para poder contemplar un derroche de arte
y sensibilidad y como ha expresado su comisario "en la exposición todos
los esfuerzos y logros se aunan con las colaboraciones institucionales y de
particulares así como la importante de Herbert Smith Freehills y Las Rozas
Village.
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