lunes, 16 de diciembre de 2019

Máximo Stüerckow: "EL 9 DE NOVIEMBRE EN LA HISTORIA DE ALEMANIA", conferencia en la Tertulia Ilustrada




Máximo Stüerckow González



por M. DOLORES GALLARDO LÓPEZ
Fotos: Adriana Zapisek

 15.12.19 .- Madrid .- La Tertulia Ilustrada, que preside M. Eugenia Martínez y dirige Julia Sáez Angulo, ha cerrado el año 2019 con la interesantísima y documentadísima intervención de Máximo Stüerckow González, hispano-alemán, que, desde el año 1975 hasta fechas no lejanas ha trabajado como periodista y locutor en los servicios internacionales de la radio y televisión de la República Federal de Alemania, la Deutsche Welle, “La Voz de Alemania”.

El resumen de la intervención del Sr. Stüerckow es el siguiente:

  Inició su intervención indicando lo aparentemente  paradójico que resulta que anualmente  el día el 3 de octubre se celebre como “Día de la Unidad Alemana” (la fiesta nacional de Alemania reunificada) y NO el día 9 de noviembre, pese a que el 9 de noviembre de 1989 -hace 30 años- los alemanes consiguieron ver cumplido su deseo más profundo desde que finalizara la II Guerra Mundial: ese 9 de noviembre de 1989  cayó el  tristemente célebre “Muro de Berlín” (desde el 13 de agosto de 1961 el muro había dividido herméticamente a los alemanes en dos estados diferentes) y   se abrió  la frontera que separaba a las dos Alemanias.
 Acto seguido hizo breve exposición histórica recordando las diversas vicisitudes que en Alemania han acaecido en 9 de noviembre.
 El 9 de noviembre de 1848 la ejecución, en Viena, del líder liberal Robert Blum puso punto final a la Revolución de 1848, cuya meta principal era lograr un Estado Nacional Alemán.
También un 9 de noviembre, pero de 1918, triunfó la llamada “Revolución de Noviembre”: en Berlín se proclama la República de Weimar, el emperador Guillermo II abdica y emigra a Holanda, al exilio.
 Cinco años más tarde, en Múnich, tuvo lugar un golpe de estado -encabezado por el general Ludendorff y Adolfo Hitler- del NSDAP, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. El también llamado “Putsch de la Cervecería” fue sofocado por la Reichswehr, el Ejército Imperial. Adolf Hitler y su lugarteniente Rudolf Hess fueron condenados a cinco años de cárcel: sólo cumplieron 9 meses. Durante estos meses Hitler dictó su Mein Kampf, Mi lucha, ideario del partido nazi.
       A continuación recordó  el tristísimamente célebre  9 de noviembre de 1938,  conocido como “La Noche de San Bartolomé” o “La noche de los cristales rotos”: esa horrible noche las hordas de las milicias nazis -apoyadas por la pasividad de la policía y otros servicios públicos- destruyen 1.000 sinagogas, otras 7.000 diversas propiedades judías; asesinaros a 400 personas, varios cientos resultaron heridas y muchas mujeres violadas.
Después unos 30.000 judíos fueron internados en campos de concentración y, además, las autoridades del Tercer Reich impusieron a la comunidad judía una multa colectiva, nada menos que de 1.000 millones de marcos, acusándolos de “responsables de los actos de violencia”.
         El 9 de noviembre de 1938 marcó un antes y un después para los judíos en Alemania. El Sr. Stüerckow destacó que ese tristísimo 9 de noviembre sirvió a los nazis para tomar el pulso a la sociedad alemana. Para saber hasta qué punto apoyaba su política antijudía. El resultado fue evidente: con los alemanes se podía contar…
        Sin embargo destacó que los nazis no eran únicos que rechazaban a los judíos, si bien fueron los únicos que se atrevieron a poner en marcha la llamada Endloesung, laSolución Final”: las deportaciones a los campos de concentración y el exterminio de la población judía.
       La causa nazi tuvo grandes valedores extranjeros. Entre ellos Henry Ford. No solo está citado por Hitler en su libro “Mi Lucha”, sino que en 1938 recibió la medalla nazi de “extranjero distinguido”.
 También la General Motors colaboró con el Régimen Nazi.
 Sin los casi 100.000 camiones OPEL-Blitz y unos 50.000 Ford, los nazis difícilmente hubieran podido transportar sus tropas al frente ni trasladar a los campos de concentración a miles de judíos, sintis, romans, socialistas, comunistas o luchadores contra las dictaduras.
 Asimismo la IBM, con sus máquinas Hollerith, fue decisiva para el registro y posterior localización de la población judía.
   Tras enumerar a otras empresas que también colaboraron, destacó igualmente la participación de la Juedische Gheto-Polizei (la Policía Judía del Gueto) y la  del Juedischer Ordnungsdienst (el Servicio de Orden Judío), unidades de policía organizadas por los consejos judíos locales en diversos territorios y puestas a las órdenes del ejército alemán de ocupación. Unidades similares colaboraron también en los campos de concentración.
      La cooperación de parte de la comunidad judía en el exterminio provocó una amarga crítica de Hanna Arendt, socióloga y periodista judía afincada en Nueva York.
     Hanna Arendt asistió como corresponsal del rotativo The New Yorker al juicio, seguido en Israel, contra Adolf Eichmann, el organizador del transporte de judíos a los campos de concentración. En el transcurso de las sesiones Arendt llegó a la tremenda conclusión de que la complejidad de la condición humana y la banalidad del mal -es decir la sumisión total a la autoridad- había hecho posible el holocausto y que en él también tuvieron parte de corresponsabilidad un buen número de judíos que no supieron o no quisieron enfrentarse a las autoridades nazis, pese a que su proceder violaba los más elementales derechos humanos y la dignidad moral.
     Finalmente, el conferenciante se refirió la reciente visita de la canciller alemana Angela Merkel al campo de concentración y exterminio de Auschwitz.
 En esa visita la Sra. Merkel dijo que, en nombre del pueblo alemán, se avergonzaba de lo que había ocurrido y habían protagonizado los alemanes,  en muchos casos  contra otros alemanes, ya que -explicó el conferenciante- no se puede ignorar que miles, incluso millones de los judíos asesinados,  eran alemanes y tenían sus raíces, desde hacia siglos, en tierra alemana, tierra que habían defendido en la I guerra mundial, en la cual muchos de ellos obtuvieron medallas y honores y otros muchos dieron su propia vida.
     Una última mención fue para los que Stüerckow llamó “Nuevos Flautistas de Hamelín”: la AfD, la Alianza para Alemania, la nueva extrema derecha alemana, propagadora del antisemitismo y xenofobia que existe hoy día en Alemania. Muchos de sus dirigentes proceden de los partidos conservadores.
 Aunque la extrema derecha es actualmente una minoría, muchísimos alemanes consideren que hay que estar atentos para que no vuelva a ocurrir lo sucedido en los años 30 del siglo pasado: cuando los alemanes de buena fe se dieron cuenta de los peligros del nazismo, era demasiado tarde.
 Hoy, por lo menos de momento -afirmó Stüerckow- existe la firme decisión en todos los partidos políticos de no coaligarse ni apoyarse para lograr gobernar en la AfD, la nueva extrema derecha alemana.
     Por todo lo anteriormente expuesto en relación con el 9 de noviembre de 1938, la fecha 9 de noviembre NO puede ser fiesta nacional en la Alemania reunificada. Por ello se ha elegido el 3 de octubre como “Día de la Unidad Alemana”, día en el que la República Democrática Alemana dejó de existir como Estado y se integró en el ámbito del Grundgesetz, la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania.

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Máximo Stüerckow recomendó a los interesados en el tema del retorno y posterior juicio, en Alemania, de los responsables nazis, la película documental El caso Fritz Bauer.        
Sobre la expulsión de los judíos: El viaje de los malditos, también película documental.


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