L.M.A.
Madrid, 06, 04, 2020
Lucrecio-Silvino Pérez Blanco (Mayorga. Valladolid, 1936), residente en Ciudad Real .- Profesor Numerario de la Universidad Complutense de Madrid, Premio extraordinario de Licenciatura y Premio extraordinario de Doctorado, Colaborador en la prensa de Ciudad Real -La Tribuna, Lanza, El día de Ciudad real- autor de varios libros y numerosos artículos de crítica literaria. Varios libros de poemas - Romancero del niño, Lenguaje del corazón, Tiempo retenido, Compañera de sueños, El Quijote: Cordura desmayada (sonetos),Espacios de luz 1 (sonetos), y Espacios de luz 2 (sonetos), Nanas de María para felicitar a mis amigos (villancicos). Poemas en varias revistas...Hombre sencillo y desprendido.
EN EL ESCORIAL: CRISTO DE TIZIANO
Señor ¿qué te hecho yo para que atado
Estés en esa cruz, manos cosidas,
Rígido el cuerpo, piernas doloridas,
Ojos sin luz, el corazón parado?
En soledad estás, crucificado
Para pagar las culpas contraídas
Por mi cabeza loca y bien prendidas
A mi pecho altanero y mi costado.
¿Mas qué te puedo dar para tenerte
En mis brazos, Señor, si yo te quiero
Y además de quererte, vivo, espero
Entregarte mi vida hasta la muerte?
¡Que si muero por ti, y por ti yo muero,
Ese será mi premio, ésa mi suerte!
AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE
Lo publicó la HERMANDAD DEL SILENCIO de Ciudad Real
acompañando a una postal con la cabeza de su CRISTO.
17/ enero/ 2011
Levanta, ¡oh buen Jesús!, esa mirada,
Que envidia del sol fue, pájaro al viento:
Tus ojos quiero ver y con su aliento
Mi alma iluminar desconsolada.
Llevo siglos en carne desgarrada,
Junto a tu cruz uniendo el sufrimiento
De mi alma a tu cuerpo roto, y siento
Que se me muere el gozo y la alborada.
Tuyo sea el amor con el que vivo,
El aire que me envuelve y que respiro
Preso en tus cinco llagas y cautivo.
¡Que hoy te pido, Señor, sea mi suerte,
En la noche de mi último suspiro,
En tus brazos hallar la buena muerte!
ORACIÓN A JESÚS EN LA CRUZ
Delante de la cruz, espejo y río
de tus misericordias, pena y llanto
nazca del ojo que prendió en quebranto
la caricia callada del rocío;
y del pecho invernal, de este vacío
de flores sin abrir, un dolor santo,
un amor, una brasa, un sable, en tanto
amanece tu dicha, Jesús mío;
y ante tu Cruz, Señor, del ojo bueno
sienta la amarga luz mi ojo altanero
y mi pecho la angustia de tu seno,
que así en tu pecho, si en mi pecho muero,
y así en tus ojos, si en el ojo peno,
podré encontrar un día lo que espero.
ORACIÓN A CRISTO CRUCIFICADO
Para robar la muerte y dar la vida
los ojos claros con amor apagas
y una bandera entre tus cinco llagas
al viento ondea de la luz herida.
La voz ausente y carne. Va crecida
la deuda del amor con que nos pagas,
mientras la pena rota nos halagas
con tu aurora creciente y encendida.
Quédate así, Señor, y que, en espera
de trasladar mi gloria a tu quebranto
esta dicha sin alma se me muera,
que bien está, Señor, que, en prueba un tanto
de que el amor aún tiene primavera,
piadosa el alma gima con tu llanto.
Autor: Lucrecio Pérez Blanco
1 comentario:
SON PRECIOSOS. GRACIAS AL POETA LUCRECIO SILVINO Y A TI, JULIA, POR HACERMELOS LLEGAR.
PAZ Y BIEN ESTA SEMANA SANTA.
UN CARIÑOSO ABRAZO, Trinidad Romero Blanco.
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