jueves, 16 de abril de 2020

"Pardines. Cuando ETA empezó a matar", editado por Tecnos,





L.M.A.
16.04.2020 .- 

Pardines. Cuando ETA empezó a matar, editado por Tecnos, analiza cómo se gestaron los crímenes fundacionales de la banda terrorista

El 7 de junio de 1968 el líder de ETA Txabi Echebarrieta cruzaba "la línea invisible" asesinando a la primera de las 853 víctimas de la organización terrorista, el guardia civil gallego José Antonio Pardines.

La nueva serie de Mariano Barroso 'La línea invisible' se centra en los momentos previos al primer asesinato, cuando la organización decidió convertirse en brazo armado.

Pardines. Cuando ETA empezó a matar (Editorial Tecnos), escrito por algunos de los principales expertos en la materia (historiadores, politólogos, periodistas y juristas), es la primera obra que analiza minuciosamente todo lo que giró en torno a aquel crimen fundacional.
Desde una perspectiva multidisciplinar, este trabajo se ha elaborado tras una minuciosa y rigurosa investigación basada en fuentes inéditas, incluyendo testimonios orales, documentación policial, causas judiciales, etc.

Hacer memoria de lo ocurrido aquel 7 de junio, levantando testimonio de aquellos acontecimientos y sobre la época es el objeto de esta obra de alta divulgación, cuyo protagonista principal es José Antonio Pardines, guardia civil de 25 años que se convirtió en la primera víctima mortal de la banda terrorista. Fernando Aramburu afirma en el prólogo que “el presente libro supone un intento valioso de descifrar con datos y reflexión pormenorizada y serena, cómo, en qué circunstancias y por qué empezó aquel capítulo atroz del terrorismo de ETA.”


Pardines. Cuando ETA empezó a matar es un estudio sobre los autores materiales del asesinato y el grupo al que pertenecían, porque donde hay una víctima, necesariamente, hay un verdugo. Además, se indaga sobre la sociedad en la que vivían la víctima y los victimarios, las causas y consecuencias de aquel asesinato, la violencia en el entorno internacional o la respuesta dada por las instituciones a aquel terrorismo emergente.

Después de cinco décadas y un reguero de víctimas, “necesitamos una memoria que consolide en la sociedad el valor del respeto a los derechos humanos como fundamento de la convivencia, derechos que no pueden ser vulnerados en nombre de ninguna causa”, concluye Florencio Domínguez, director del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo.


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