Julia Sáez-Angulo
24/4/21.- Madrid.- El encuentro de artistas visuales, escritores, músicos, actores y actrices y/o intelectuales es siempre fructífero, por lo que tiene de intercambio de pensamiento y tormenta de ideas. En España tenemos las tertulias, tan abundantes en la tradición madrileña, tertulias en un café como el de Pombo, dirigida por el gran Ramón Gómez de la Serna, en el Café Guijón, en la Taberna de El Alabardero o en las propias casas, y, sobre todo, las de campo, como sucedió con los amigos italianos que dieron a luz el “Decamerón” ocomo la Tertulia Ilustrada que sostiene María Eugenia Martínez hoy en día en su amplio salón como lo hiciera Madame Recamier en Paris.
De todas las reuniones salen con frecuencia grupos o escuelas o actividades comunes de trabajo, como la Escuela de Barbizon en Francia
“Encuentros creativos”. Lugares de reunión en la modernidad, es el libro de Mary Ann Caws, publicado por la editorial Cátedra en su colección Grandes Temas. La amplia Introducción al libro es de Anni Albers.
“El arte es considerado habitualmente como una actividad solitaria. Pero los artistas visuales, escritores y músicos a menudo encuentran su energía a través de un entorno colectivo. Compartir ideas alrededor de una mesa siempre ha dado lugar a intercambios fructíferos entre artistas de todo tipo”, se recuerda en el Libro de Mary Ann Caws.
El libro explora una rica variedad de lugares de reunión pasados y presentes, que han sido propicios para la liberación y el sustento necesario de las energías creativas en Europa y los Estados Unidos.
Refugios en islas, casas privadas, café públicos o colonias de artistas dan lugar a encuentros fecundos como los de la casa de Florence Griswold en Old Lyme, Connecticut, lugar de reunión de la antigua colonia del arte de Lymer; el Café Louvre de Praga, lugar de reunión de Kafka y Einstein; el café modernista de Picasso en Barcelona, Els Quatre Gats; Charleston Farmhouse, lugar de reunión de Virginia Woolf, Vanesa y Duncan Bell o los cafés de Saint Germain-des-Prés y Montparnasse: los lugares de reunión de Apollinaire, Sartre y Patti Smith.
Son muchos los artistas visuales que trabajan todo el día solos en su estudio, pero salen por las tardes a la tertulia o a inauguraciones de exposiciones de otros colegas, para cambiar impresiones y reflexiones. El hombre es un ser social y el artista no puede ser menos. Las reuniones y encuentros informales entre creadores son tan necesarias como los seminarios y congresos más especializados y espaciados.
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