* Edición y epílogo de Guillermo Aguirre y prólogo de Rosa Pereda
Manuel Álvarez Ortega, poeta (Foto: Diario Córdoba)Julia Sáez-Angulo
3/6/22.- Madrid.- Para el poeta cordobés Manuel Álvarez Ortega (Córdoba, 1923- Madrid, 2014) “la poesía es una manera de comprender el mundo”, escribe Rosa María Pereda en el prólogo a “Hieren todas”. Antología poética plurilingüe, libro publicado por la editorial Devenir Poesía, número 319, colección dirigida por Juan Pastor.
Vulnerant omnes, última necat, es una inscripción latina que aparecía en muchos relojes antiguos. De ahí se ha tomado el título del libro.
Calificado como poeta existencialista, con acentos surrealistas por sus sorprendentes metáforas, Álvarez Ortega fue un buen estudioso, antólogo y traductor de poesía principalmente francesa. El libro “Hieren todas” acoge una serie de poemas suyos traducidos a distintas lenguas como homenaje al gran poeta cordobés, respetado por las nuevas generaciones.
“Lo suyo es un existencialismo sartreano que, por estar desligado de cualquier idea de inmortalidad individual, exige el compromiso más puro, el que se sustenta en el puro ejercicio de la libertad, con su ética desesperada”, señala Pereda.
Amigo del poeta Marcos-Ricardo Barnatán y su esposa, la escritora Rosa María Pereda, permitió a ambos conocer de cerca la vida y literatura del cordobés. Primero la muerte, y después el amor y la Historia fueron los temas claves del poeta que nos ocupa. Una poesía que se emparenta con la música de jazz, en lo que tiene de ritmos y cesura.
Tuvo afinidad profunda con Antonio Colinas y Marcos-Ricardo Barnatán, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca y Chus Visor. Mantuvo buena amistad con dos escritoras, Fanny Rubio y Blanca Andreu. Manuel Álvarez Ortega es un poeta de primera fila a tener en cuenta.
FIEL A OTRA IMAGEN, LUEGO
DE UN LARGO PEREGRINAR
Fiel a otra imagen, luego de un largo peregrinar, tal un alma errante, regreso a la casa, el redil de pobreza, su última heredad.
Evocaba un tiempo perdido, cuando en el ayer del sur, hora en penumbra, en su ausencia, lloraba la nostalgia por la tierra.
Fuera entonces como un caudal de sueños que el olvido abrasara, como si la queja en los años no hubiera en el corazón nacido.
Y así renace ahora que acaba el día, un ser que se acoge a la paz que nunca fue, la miseria que resume su continuo naufragio.
Cenizas son los días (2011)
2 comentarios:
gracias por recordar a Manolo, veterinario militar y poeta largo aliento, no se consolidó a la altura de su talento poético. Y así sigue, lamentablemente. Tomás Paredes
Bella prosa poética. Saludos,
Raúl
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